La mala suerte se ha cebado con Klay Thompson, uno de los puntales de Golden State Warriors. El escolta, uno de los mejores socios de Stephen Curry, se perderá toda la temporada 2020/21 por el desgarro del tendón de Aquiles del pie derecho durante uno de los entrenamientos individuales que estaba haciendo. 

Será la segunda campaña que el equipo entrenado por Steve Kerr no podrá contar con él, ya que se perdió todo el año pasado por la rotura del ligamento cruzado de la rodilla izquierda durante las finales de 2019 contra Toronto Raptors.

La ausencia de Thompson fue clave para el devenir del equipo en la extraña temporada pasada. Sin él y sin Curry, que se perdió una buena cantidad de partidos por una lesión en la mano, Golden State sólo ganó 15 partidos, con estadísticas muy bajas y sin apenas opciones de llegar siquiera a playoff.

La aportación del escolta es clave para el equipo, con un promedio de 19.5 puntos por partido en las ocho temporadas que lleva en la NBA y un juego exterior letal, con 41,9% de triples.

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La lesión de Thompson y, en parte, la de un Curry que no acaba de volver a arrancar han obligado a Golden State a reconfigurarse de cara al futuro. En buena medida, su rendimiento de esta temporada dependerá de si la apuesta por James Wiseman, número 2 del draft, sale bien. Pívot de 19 años, fuerte físicamente y con buena muñeca, quiere ser el referente en ataque desde el primer momento, si bien su juventud aún invita a que sea un proyecto a medio o largo plazo.