La cantera del Manchester City apunta a dejar muchos jugadores de futuro a no mucho tardar. El equipo juvenil se proclamó campeón de la FA Cup de la categoría en una final memorable contra el Chelsea, un duelo que se resolvió 3-2 en las postrimerías del partido con un gol de Cole Palmer.

Este talentoso centrocampista de apenas 18 años ya ha debutado en el primer equipo: ha jugado algunos minutos en la Carabao Cup y apenas hace menos de una semana lo hizo en la Champions League, como sustituto de Kevin de Bruyne ante el Olympique de Marsella. Pep Guardiola no le pierde de vista.

Pero ese gol fue muy especial para él. No sólo porque él falló el penalti decisivo en la final del mismo torneo del año pasado, condenando a su equipo a ser subcampeón, sino porque tenía la necesidad de marcar un tanto para dedicárselo a un amigo suyo. Y lo hizo.

Nada más anotar ese 3-2, Palmer se levantó la camiseta para mostrar una interior. En ella aparecía la foto de un chico, Jeremy Wistein, y dos fechas, 2002-2020: era uno de sus mejores amigos y unos días atrás se había suicidado.

El City llevaba una década sin ganar este torneo, uno de los más prestigiosos del fútbol inglés y donde se han dejado ver algunas de las generaciones más memorables, como la del Manchester United de los Giggs, Beckham, Neville, Scholes y compañía. 

En ese periodo, el gran dominador ha sido el Chelsea, que ha ganado siete de las últimas diez ediciones y que se presentaba en esta como el gran favorito a revalidar el título.