Lewis Hamilton está dedicando su año 2020 a dos tareas fundamentales. En la pista, a dominar con puño de hierro y batir récord tras récord hasta alcanzar el 7º Mundial que, salvo debacle, acabará cayendo. Fuera del asfalto, a un activismo contra los abusos racistas en Estados Unidos.
Tras promover el cambio de color de sus coches, del gris plateado al negro, y que la propia Fórmula 1 emprenda una campaña antes de cada Gran Premio para pedir que acabe el racismo, él mismo va un paso más allá.
Ya lo demuestra en cada carrera (excepto en Monza, que no llegó a tiempo), cuando luce una camiseta distinta al resto: él luce una con el mensaje 'Black Lives Matter' y los demás pilotos el mensaje consensuado de 'End Racism'.
Antes de la carrera del GP de la Toscana, en la que salió desde la pole (95º en su carrera deportiva, 7ª en 9 en esta temporada), compartió un selfie dese su habitación con otra camiseta, en este caso con un mensaje más directo: "Arresten a los policías que mataron a Breonna Taylor".
#JusticeForBreonnaTaylor ✊🏾 pic.twitter.com/VdM2fAiLTB
— Lewis Hamilton (@LewisHamilton) September 13, 2020
Con esa misma camiseta salió al podio del circuito de Mugello tras llevarse la victoria, algo que va contra el reglamento de la FIA, que prohíbe expresamente los mensajes no aprobados previamente y mucho más los mensajes que pueden leerse como políticos.
Breonna Taylor fue una afroamericana que murió en un tiroteo con la policía el pasado mes de marzo. Los agentes irrumpieron en el apartamento de Taylor y su novio, Kenneth Walker, que argumentó que pensaba que eran intrusos y por eso empezó a disparar. La mujer, de 26 años y técnico de emergencias sanitarias, recibió ocho tiros y murió en el acto.
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