Los pecados de Fernando Alonso en las 500 millas de Indianápolis de 2020 (o por qué perdió sus opciones días antes)

Fernando Alonso, durante las 500 millas de Indianápolis de 2020
Alonso, durante las 500 millas de Indianápolis de 2020
JAMES J BLACK / IndyCar Media
Fernando Alonso, durante las 500 millas de Indianápolis de 2020

Con música melancólica e imágenes dejando atrás uno de los templos mundiales del automovilismo, Fernando Alonso despedía en sus redes sociales su tercera visita a Indianápolis, que ha supuesto su primera edición completada.

El asturiano dio 199 vueltas (no dio las 200 porque entró doblado) al mítico óvalo estadounidense para acabar 21º, en una carrera a la que salió con muy pocas opciones de ganar.

¿Qué ocurrió para que Alonso pasara de ser un candidato antes de salir a la pista a no contar ni en las apuestas más optimistas? ¿Hubo realmente opciones de remontada tras su salida desde la 26ª posición?

El accidente que lo cambió todo

Alonso da varios motivos por los que no le salió cara la moneda de Indy. "Queríamos haber peleado por la victoria, pero no teníamos el ritmo, y yo aún no tengo la experiencia necesaria. Podríamos haber peleado por el top 10, pero tampoco tuvimos la suerte (ni el embrague...)", explicaba en un story de instagram. No le falta razón en ninguna de ellas: ni ritmo, ni experiencia, ni suerte, ni embrague.

Todo ello podría haberse paliado, en parte, de no haber cometido el error que le ha lastrado durante toda la preparación de las 500 millas. Ese choque en el segundo día de entrenamientos obligó a los mecánicos a arreglar un chasis que nunca volvió a ser el mismo, y que habría sido aún peor de haber tirado del coche recambio. El accidente, culpa y responsabilidad exclusiva de Alonso, convirtió un coche que estaba en el 'top 5' de manera constante a caer mucho más lejos de ese 'top 10'. De ser el primer piloto de Arrow McLaren, al más lento con diferencia con respecto a Pato O'Ward (que acabó 6º, mejor 'rookie' de la carrera) y Oliver Askew.

Falta de ritmo preocupante

Desde las primeras vueltas de carrera, se vio que Arrow McLaren SP se agarraba al clavo ardiendo de las estrategias. Alonso aprovechó las primeras 'caution' de carrera para entrar a boxes incluso cuando no era necesario, sólo para buscar llegar a las últimas 50 vueltas con ritmo y en el 'top 15'. A partir de ahí, todo serían sus manos.

Nada que hacer. En los primeros giros pasó de ser el 26º al 28º por momentos para subir posiciones únicamente gracias a los accidentes que marcaron el devenir de la carrera. En las resalidas, donde todos van en igualdad de condiciones, se vieron los redaños y la experiencia de un piloto de clase mundial, pero en cuanto se normalizaba la prueba, adiós a la efervescencia.

Se vio en 15ª posición en la recta final de la carrera, en ese último tercio de la prueba en el que se decide todo, pero fue ficticio: en cuanto Scott Dixon y los que iban con la estrategia ganadora ya no necesitaron apurar el consumo de combustible, Alonso fue una mera mota de polvo en el asfalto. 

El aeroscreen, una pesadilla común a todos

Uno de los factores ajenos a Alonso, y a los demás, es la presencia del aeroscreen. El 'parabrisas' que ha servido como alternativa al halo de la Fórmula 1 ha supuesto una auténtica pesadilla aerodinámica para los equipos y para los pilotos. 

Los adelantamientos se han convertido en algo mucho más difícil desde que se implementaron estos apéndices y la diferencia ha sido notable. En las 50 últimas vueltas se vio a la perfección: en los momentos entre las banderas amarillas, apenas hubo rebufos en los que los pilotos se la jugasen con garantías para pasar posiciones. 

Si a este problema, común para todos, se une que era la primera vez de Alonso con él, adaptarse a las necesidades para adelantar le supuso un serio 'handicap'.

Por último, el cambio

¿Por qué se produjo ese fallo en el cambio? No son pocas las voces que apuntan a que todo deriva de ese accidente del segundo día. Ni siquiera cambiar el volante, donde está el sistema de accionamiento del embrague, sirvió para solventar los problemas con el cambio de Alonso.

Para cuando este fallo se produjo, el asturiano ni se había asomado al 'top 10'. Ese conato de remontada se quedó en un amago más propio del deseo de los fans y la prensa afín (y más cercana a la Fórmula 1 que a la IndyCar) que a la realidad. Sin ese problema, Alonso quizá no habría acabado el 21º, sino un poco más adelante... pero ni mucho menos en posiciones de honor.

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