El Atlético de Madrid tiene una oportunidad de oro de tomarse venganza en una ciudad que es casi maldita para los colchoneros. Seis años después de la primera final que perdieron contra el Real Madrid, el destino y una pandemia les ha dado la oportunidad de resarcirse.

Una constelación de estrellas en una Lisboa sin pasión y desierta por el COVID

El primer obstáculo del equipo que ha apeado al vigente campeón de Europa es el desconocido RB Leipzig. La inyección de millones del imperio de las bebidas energéticas han permitido crear casi desde la nada (es un club fundado en 2009) un equipo solvente y que cuenta en sus filas con jóvenes talentos como el del español Dani Olmo como gran seña de identidad. Julian Nagelsmann, un técnico que aún está en edad de ser jugador (se retiró como futbolista a los 20 años por una grave lesión de rodilla), ha imprimido un carácter desenfadado y valiente a un equipo que puede hacerle mucho daño al Atlético.

Por eso, contra el fuego, más fuego. Ante un conjunto joven debe aparecer el talento de Joao Félix, al que se le exige casi desde un sector de la afición colchonera que se erija en el líder en una de sus primeras grandes noches europeas. El portugués arriba y Jan Oblak en la portería, con una buena red en medio para configurar un equipo de garantías.

El Atlético anuncia que los positivos son Correa y Vrsaljko y revela pruebas negativas del resto de la plantilla

La vieja tonadilla de "el fútbol le debe una al Atlético" suena más que nunca este año, en el que incluso han perdido a dos jugadores para el vital encuentro de este jueves por el coronavirus. Desde sus casas, Sime Vrsaljko y Ángel Correa empujarán para que el 'Cholo' Simeone les lleve a otra final. Si superan al correoso Leipzig, tendrán que vérselas con un PSG que también llega a Lisboa con una buena factura que cobrarse.