Un Real Madrid en modo ganador y un Barcelona con más política que fútbol

Ivan Rakitic, durante un partido con el Barcelona.
Ivan Rakitic, durante un partido con el Barcelona.
Europa Press
Ivan Rakitic, durante un partido con el Barcelona.

El Real Madrid y el FC Barcelona han sido, una vez más, los polos opuestos de esta temporada. Más allá de su rivalidad que les enfrenta cada vez más en todos los aspectos del fútbol, en esta campaña cada uno ha sido un lado de la moneda. Indudablemente, y con la conquista de LaLiga 19/20, los blancos han sido la cara y los azulgranas la cruz.

La trayectoria de los de Zidane ha tenido prácticamente todo lo que necesita un club: un líder en el campo como Sergio Ramos, otro en la sombra como lo es el propio 'Zizou', la capacidad para anteponerse a las adversidades y a su titubeante inicio de campaña, y la confianza y estabilidad en un proyecto. Prácticamente, todo lo que le ha faltado a sus archirrivales.

Desde principio de temporada, Valverde arrancó con una gran parte de los aficionados en su contra después del descalabro de Anfield y la Copa del Rey de unos meses atrás, esperando su primer fallo para pedir su cabeza. Una vez más el juego del Txingurri y la eliminación en la Supercopa, agravado por el casi nulo apoyo de la afición precipitaron la salida del extremeño.

La llegada del proyecto de Setién intrigaba en sus primeras semanas, pero tras algunos partidos parecía que el míster tampoco tenía la clave a los errores azulgranas. Tras una ilusionante presentación con muchas promesas, poco tardaron tanto aficionados como jugadores en cuestionar -o no creer- en el método del cántabro.

Además, las críticas a la directiva por la gestión económica y deportiva han sido la tónica de la temporada culé. Polémicas en cómo se despidió a Valverde y se anunció a Setién, las cuentas en RR SS para criticar a la oposición o la tormentosa salida de Emili Rousaud con acusaciones de corrupción de por medio.

En cambio, en el Bernabéu Zidane comenzaba su segunda etapa (desde la pretemporada) como un salvador del equipo tras un año de transición en el que poco tardó en volver. Con las lesiones del fichaje estrella Hazard por las que le ha costado entrar en dinámica, ha sacado lo mejor de los suyos con una constancia inédita en su etapa previa en el banquillo madridista.

En el campo, una prolongación clave para sostener al equipo en los momentos más complicados: Sergio Ramos. Un jugador insignia en el club que tapa su proceso de decadencia futbolística con garra, coraje y responsabilidad. Sabe organizar al equipo desde atrás y tener la templanza para ser el primer lanzador de penaltis del equipo con una gran eficacia.

Un liderazgo que parece faltar en el Camp Nou ya que son contadas las veces que se ha podido ver a Messi erigirse como estandarte del equipo, por lo menos en lo anímico, ya que en el juego sigue sin haber otro como él. A este Barça le falta la seguridad de antaño a la hora de cerrar partidos que va ganando y los nervios se muestran con la falta de un "Puyol de turno" que pegue un grito para recentrar a sus compañeros. 

Precisamente, ese es otro aspecto en el que ha patinado el Barcelona y que les ha privado de un nuevo título liguero. El aspecto mental ha sido uno de los pecados de los azulgranas, sobre todo tras el confinamiento, donde condenaron sus opciones con tres empates en cuatro jornadas. Los de Setién no supieron encajar ser primeros, aprovechando el tropiezo del Madrid contra el Betis en el último partido de marzo.

El ejercicio de Zidane fue más óptimo y supo darle la vuelta a la situación de sus jugadores, que desperdiciaron las opciones de ponerse líderes en más de una ocasión a lo largo de la temporada. Sin embargo, los capitalinos supieron cambiar el chip tras el parón y una excelente racha de victorias les han permitido coronarse como los mejores de España.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento