El Betis goleó por 3-0 a Osasuna y certificó de forma matemática su permanencia tras un partido en el que dominó por completo a un rival con los deberes ya hechos, mermado por las bajas en ataque y que pecó de relajación para evitar fallos defensivos que terminaron por condenarle.

Tras un primer tiempo en el que los locales superaron con un claro 2-0 a un rival despistado y muy endeble en defensa, merced a los goles del argentino Guido Rodríguez y de Alfonso Pedraza, en el segundo no varió el guión, el Betis siguió con el control absoluto del choque y amplió su renta en el último instante con un tanto de Aleñá.