Saúl Craviotto: "Unos Juegos sin público serían muy tristes"

Saul Craviotto enseña sus medallas de Río 2016 a la llegada a España
Saul Craviotto, con sus medallas de Río 2016 a la llegada a España.
EUROPA PRESS
Saul Craviotto enseña sus medallas de Río 2016 a la llegada a España

El palista Saúl Craviotto, cuádruple medallista olímpico, afirmó que prefiere no imaginar los Juegos de Tokyo 2020 sin público por la pandemia de la COVID-19 y confía en lograr la clasificación para compartir el honor de ser abanderado en la inauguración junto a la nadadora Mireia Belmonte o la halterófila Lydia Valentín.

"Unos Juegos sin público serían muy tristes. He vivido tres Juegos Olímpicos, inauguraciones, estadios llenos ... y eso es maravilloso. No quiero imaginar una final olímpica yo solo, con el ruido del agua, sin nadie, sin el calor del público. Pero, si es la única forma de salvarlo y se puedan celebrar en el caso de que no haya vacuna ...", dijo tras asistir a la campaña del COE y la UCAM 'Por una España con valores' para afrontar la crisis del coronavirus.

El objetivo de alcanzar la clasificación para sus cuartos Juegos es algo que motiva a Saúl Craviotto, a pesar de que todo el calendario previo "está en el aire". "Teníamos Europeos, Copas del Mundo, ... y no sabemos si van a ser o no. Entrenar, ese día a día, es difícil, de cabeza, pero si piensas en el objetivo principal que es Tokyo te relajas un poco más", justificó.

A su juicio, lo peor es gestionar la incertidumbre que se generó con el aplazamiento o no de los Juegos. "Al final, el aspecto físico, estar más o menos en forma, es salvable, pero lo peor es la cabeza, pero no solo en el deporte sino en cualquier ámbito laboral, la incertidumbre y el no saber es lo que te come por dentro y hay que vivir con ello. Es la nueva realidad que estamos viviendo y hay que adaptarse cuanto antes, es el secreto", argumentó.

Después de tres años de preparación, afrontar otro más para alargar el ciclo olímpico "es largo". "Son cuatro años trabajando para una prueba que dura un minuto. Es mucha presión, y que te digan, faltando tres meses, un año más es un buen toque. Lo más inteligente es darle a la tecla del reset y ponerte a analizar y a trabajar y dejar de lamentarte", reflexionó.

Su compañera abanderada en Tokio

Acerca de su compañera como abanderada, Craviotto eludió polemizar. "De momento, no voy ni a los Juegos. Ojalá pueda coger la bandera yo. No quiero entrar en polémica de prefiero a una u otra. Me parece algo magnífico e histórico que se pueda compartir y me encantaría poder hacerlo con Mireia y Lydia. Con Lydia me llevo muy bien, tenemos un 'feeling' increíble y se lo merece", dijo.

Consideró que es injusto que Valentín no pudiera recoger la medalla de oro de Londres por que sus rivales se habían dopado. "No ha podido vivir el escuchar el himno de España cuando le tocó. Tuvo que quedarse en el hotel llorando cerca de la medalla. Solo por ese detalle es digna portadora de la bandera. Sería maravilloso, pero Mireia también", aclaró el ilerdense.

Mientras tanto, se declaró "alerta" ante la posibilidad de que se retome la competición. "Lo más inteligente es estar en forma por lo que pueda pasar y no olvidar la salud y Tokyo", aconsejó.

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