La localidad de Orebo, en Suecia, ha visto cómo su tranquila vida ha saltado por los aires debido a la actuación de unos gamberros, que decidieron que era buena idea destrozar el cementerio de la ciudad, el de Almby. Entre las tumbas que destrozaron está la de Ronnie Peterson, uno de los pilotos de Fórmula 1 más queridos de los años 70.

El periódico 'Nerikes Allehanda' asegura que la policía local ha empezado una investigación, si bien descartan que el objetivo de los vándalos fuera la tumba de Peterson, ya que sólo era una de las muchas que amanecieron rotas el lunes por la mañana.

Brita Wennsten, el líder de la iglesia local, se mostraba apesadumbrado por lo sucedido. "Es una pena. Creo que no tiene nada que ver con Peterson específicamente, porque actuaron de manera indiscriminada", señala.

En el mismo cementerio se encuentra la tumba de la viuda de Peterson, Barbro, que se suicidó días después de la muerte del piloto. No obstante, no está confirmado que su lápida sea una de las destrozadas.

Ronnie Peterson compitió entre 1970 y 1978 para los equipos March, Tyrrell y Lotus, hasta que en la salida del Gran Premio de Italia tuvo un fuerte accidente. Días después, falleció en el hospital debido a las heridas que se produjo.

Peterson era un piloto muy querido, como demostró que leyendas como los campeones del mundo Niki Lauda, James Hunt, Jody Scheckter y Emerson Fittipaldi llevasen el ataúd.

En su palmarés, dejó diez victorias en otros tantos Grandes Premios y muchos le veían como un potencial campeón del mundo.