El Valencia no se presenta a su cita con el milagro y se despide de la Champions

Carlos Soler lucha un balón con Hateboer en un Mestalla vacío.
Carlos Soler lucha un balón con Hateboer en un Mestalla vacío.
EFE
Carlos Soler lucha un balón con Hateboer en un Mestalla vacío.

El Valencia se despidió ayer de la Champions League de la manera más triste: sin oponer demasiada resistencia y sin afición en las gradas de Mestalla. El 4-1 de la ida era un resultado difícil de remontar y dos errores groseros de Diakhaby en la primera parte acabaron con cualquier esperanza che y le dieron al Atalanta de un estelar Josip Ilicic, autor de cuatro goles, la clasificación para los cuartos de final.

No habían pasado ni dos minutos y Diakhaby ya había cometido un penalti innecesario sobre Ilicic. El delantero le dribló y el defensa decidió derribarle. Fue el esloveno el que convirtió la pena máxima.

Necesitaba el Valencia cuatro goles para forzar la prórroga y se volcó en busca de lo que sonaba casi a un imposible. El primero llegó en una pérdida en el centro del campo de los italianos que Rodrigo Moreno convirtió en un gran pase y Kevin Gameiro aprovechó ante el silencio de la vacía grada de Mestalla.

Soñaron los de Celades por un momento con forzar el tiempo añadido, aunque el partido estaba muy igualado, con llegadas para ambos equipos. Y entonces llegó otro penalti cometido por Diakhaby que acabó con las esperanzas valencianistas. Una mano absurda del central le dio otro lanzamiento desde los once metros a Ilicic, que de nuevo no falló ante Cillessen poco antes del descanso, todo un mazazo para los locales.

Nunca dejó de intentarlo el Valencia, que echó mucho de menos el calor de su público. Hacían falta cuatro goles y el primero lo firmó Kevin Gameiro, muy efectivo. Un gran pase de Parejo para Ferran Torres puso el 3-2 con una gran vaselina del talentoso centrocampista de Foios.

Había que marcar tres goles más, pero el problema no estaba arriba sino atrás. El Atalanta desnudó al conjunto che con su gran ataque y mostró las muchas debilidades de un equipo que llegó con solo un central sano al partido, Diakhaby, que además fue el peor jugador de la noche.

El tercer tanto, el que cerraba cualquier esperanza valencianista, fue de nuevo de Josip Ilicic, mientras que el delantero esloveno completó su particular poker con un zurdazo a la escuadra imparable para Jasper Cillessen.

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