El VAR fue decisivo en la semifinal de la Supercopa de España entre el FC Barcelona y el Atlético de Madrid: anuló correctamente dos goles al Barcelona pero no señaló un discutido penalti por mano de Gerard Piqué.
Esta acción desató una importante polémica, ya que el Atlético acababa de empatar el encuentro gracias a un penalti transformado de Morata y buscaba el tanto de la victoria.
La acción se desarrolló en el minuto 82 de partido, cuando Morata se internó por la banda derecha y pisó área. El delantero colchonero trató de centrar el balón ante la oposición de Piqué, pero este impactó en la mano del defensa.
El VAR revisó la jugada, que habría supuesto un nuevo penalti para el Atlético, pero consideró que la mano fue involuntaria y no señaló la pena máxima.
La decisión provocó las quejas del bando rojiblanco, aunque el tanto de Correa solo dos minutos después les calmó y les hizo centrarse en defender su ventaja para meterse en la final contra el Real Madrid
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