Ricky Rubio fue una parte fundamental en la victoria de Phoenix Suns frente a Portland Trail Blazers por 116-122. 18 puntos, 13 asistencias y 5 rebotes fueron los números del español, que obviamente luego fue uno de los protagonistas para la prensa.

Como se suele hacer en la NBA, Rubio respondió delante de su propia taquilla en el vestuario. Estaba repasando cómo había sido el partido y la importancia de la victoria (segunda consecutiva tras una pésima racha de ocho derrotas), cuando sus compañeros empezaron a vocear al fondo. Ricky, entre risas, pedía disculpas a los periodistas.

Segundo intento. De nuevo, Rubio estaba tratando de responder a las cuestiones de los periodistas, mientras de fondo de oía cómo se iban a la ducha sus compañeros. "¡Vaya locura de equipo!", bromeaba, sonrojado, el español.

Las bromas de sus compañeros no pararon. Tercer intento, y Rubio escuchaba cómo le imitaban el acento español. "Dámelo tu corazón", decía uno por detrás. "Tengo 30 años y me toca hacer de canguro de todo el mundo en el vestuario", se tomaba con filosofía entre risas el base.

A la cuarta lo logró. Los periodistas pudieron grabar, por fin, un corte limpio de Rubio, en el que destacó que obviamente ganar o perder cambia el estado de ánimo del equipo y que espera que a partir de ahora vayan las cosas mejor.