En el fútbol de La Palma, en Canarias, hay un partido que siguen casi todos todos sus habitantes: el derbi entre el Mensajero y en Tenisca. Considerados dos de los equipos más potentes de la isla, incluso en categorías inferiores provoca gran expectación. De hecho, el partido que les enfrentó en 1983 batió el récord de 48 partidos de sanción entre los dos equipos, tras una multitudinaria pelea.

Este fin de semana se disputó el derbi palmero entre los conjuntos infantiles, que además tenía una importancia deportiva vital ya que a falta de dos jornadas se estaban jugando el liderato de la liga, pero fue el árbitro quien se llevó todo el protagonismo.

El partido, de hecho, ni llegó a completarse. El colegiado se hizo protagonista desde los primeros minutos, con quejas de los aficionados en la grada que se tornaron en gritos. Nada serio, sino cosas como "gomero hediendo", en alusión a su familia materna, ya que el árbitro es vecino de la zona. Esta calificación le enfadó tanto que advirtió a los dos equipos que como siguiera ese tipo de gritos, que él consideraba ofensivos, suspendería el partido.

El encuentro se fue 1-1 al descanso y nada más arrancar la segunda parte, Ismael Moral, delantero del Tenisca, fue derribado en el área. El árbitro no pitó penalti, lo que provocó que los jugadores se le echaran encima para quejarse. Desde la grada, le gritaron "cobarde" e inmediatamente tomó una drástica decisión: suspender el encuentro. Quedaban por disputar 32 minutos, en un encuentro clave para la resolución de la liga, ya que están separados por sólo dos puntos, con el Mensajero en el liderato, y quedan seis en juego.

Para redondear el surrealista encuentro, el Mensajero aún puede ver cómo pierde el partido: habían cometido alineación indebida. La normativa establece que los dorsales deben ir del 1 al 15, y uno de los futbolistas salió con el 17. Ahora será la Federación Tinerfeña de Fútbol quien decidirá qué ocurre con este partido.