Las dudas del Barça van en aumento. Ante el Slavia de Praga volvió a mostrar su cara más gris, no fue capaz de marcar ni un solo gol y logró un empate insuficiente que deja en el aire su clasificación para los octavos de la Champions.

El conjunto checo demostró que lo sucedido en la jornada anterior no había sido casualidad durante todo el encuentro y su inicio fue una declaración de intenciones. Dos llegadas en los primeros minutos avisaron al Camp Nou que no iba a ser para nada un partido sencillo.

Ante un equipo valiente y que defendió muy arriba, el Barça encontró un filón en la banda derecha. Por ahí hizo mucho daño Semedo y en un gran pase al hueco el luso se quedó solo ante el portero, aunque algo forzado, y Kolár le ganó la partida salvando el primero.

La respuesta de los centroeuropeos llegó con una buena jugada de Olayinka, incisivo siempre desde la izquierda, que Stanciu remató alto en una buena ocasión.

La mala noticia para los azulgranas era que su lateral derecho estaba siendo el mejor con un centro del campo perdido y sin ideas. Fue Messi el que trató de salir, como siempre, al rescate de los de Valverde y aprovechando la adelantada defensa visitante el argentino le ganó la espalda, se fue de dos hombres y su disparo se estrelló en la cruceta. Tremenda jugada pero sin premio.

El Barça buscaba a Messi con desesperación, conscientes de que a falta de fútbol solo él podía marcar y en un buen pase de Vidal estuvo a punto el '10' de marcar. Su duro disparo desde dentro del área lo desvió como pudo el portero checo. Y en el córner, un remate de Piqué de nuevo hizo lucirse al arquero.

Eran los mejores momentos del Barça, pero antes del descanso, los culés se llevaron un buen susto. Una buena combinación del combinado visitante la remató desde dentro del área Stanciu, Ter Stegen detuvo el balón como pudo y Boril empujó el balón a la red. El tanto sin embargo fue anulado por fuera de juego, se libraron los catalanes.

Valverde tuvo que meter tras el descanso a Sergi Roberto por el lesionado Jordi Alba y el canterano casi abre el marcador tras un maravilloso pase de Dembélé, errático toda la noche, que el lateral estrelló contra el cuerpo de Kolár, rápido en su salida.

El gol estuvo a punto de llegar en una jugada a la espalda en la que Messi le regaló el tanto a Vidal, pero había fuera de juego previo del argentino. Los minutos pasaban y el marcador no se movía para desesperación de un Barça que nuevamente veía como su mejor fútbol no hacía acto de presencia.

Valverde movió el banquillo y dio entrada a Ansu Fati por Dembélé y a Rakitic por Busquets, lo que aumentó el mordiente arriba de los azulgrana. Una gran jugada del jovencísimo canterano por la izquierda la remató Messi pero de nuevo se encontró con Kolár, héroe de los checos con una decisiva actuación.

El Barça ni siquiera apretó en exceso en el final de partido ante un Slavia que demostró que, pese a que no tiene mucho nombre, es un buen equipo y que supo aprovechar los problemas de su rival para arrancar un empate ante los pitos del Camp Nou en la despedida.