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Bienvenidos al consultorio, atendido por la psicóloga María Jesús Álava, del Grupo Álava Reyes Consultores (http://www.alavareyesconsultores.com). Podéis dejar aquí vuestras preguntas sobre este tema, y María Jesús Álava se encargará de dar respuesta a las dudas el viernes 02 de marzo entre las 10 y las 11 horas. Muchas gracias por vuestra participación.
En el consultorio se respondieron 3 preguntas
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Hola, tengo 22 años y soy entrenadora de baile funky de un grupo de chicas de entre 14 y 16 años. Solo llevo unos meses y la verdad es que me está costando bastante adaptarme. No se si las chicas no me toman en serio por ser demasiado joven, pero durante el entrenamiento están todo el rato riéndose y muy descentradas. Lo peor es que después cuando entran en el vestuario a ducharse están mucho tiempo y cuando se marchan entro a ver y esta todo hecho un desastre, con grifos y duchas abiertas, con mucha ropa que se dejan olvidada.
No se si ponerme más seria y empezar a soltar algún grito de vez en cuando y controlarles más cuando entran en los vestuarios.
Agradecería su opinion al respecto.
Gracias.María Jesús Álava Reyes: Sin duda, tus alumnas tienen edades difíciles; pero es importante que sientan que tú tienes el liderazgo. Marca unas normas muy claras, muy pocas, para que sean eficaces, pero absolutamente claras. A partir de ahí, pon una norma cada semana y ahí muéstrate tajante, sin pasar a la siguiente norma hasta que esa esté totalmente implantada y asumida. En relación a los gritos; la realidad es que los gritos son la muestra de nuestra desesperación, resultará más útil, por ejemplo, si están riéndose y no te hacen caso, parar la música, o parar de bailar o apagar la luz…, para que se sientan sorprendidas y puedas retomar la dirección del grupo. Es crucial que no te vean desesperada, pero sí firme; que sientan que controlas, aunque no asfixies. Analiza cuáles son las líderes del grupo, que seguro que las hay y céntrate mucho en ellas; señala lo que tienen de positivo, márcalas metas, haz que tengan protagonismo ante el grupo…; en definitiva, gánatelas con tu atención y conseguirás su implicación. Te puede venir bien leer sobre temas de asertividad, comunicación eficaz…, seguramente, te puede ser útil algún libro como “Emociones que hieren” (la editorial es la Esfera de los libros, aunque también lo puedes conseguir a través de Amazon); ahí detallo ejemplos de cómo conseguir pasar de las tensiones inútiles, a las relaciones inteligentes. Muchos ánimos. MARÍA JESÚS ÁLAVA REYES. PSICÓLOGA
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2
Buenos días. Hace unas semanas conseguí un trabajo en una empresa relacionada con mis estudios, al principio me hizo mucha ilusión pero la verdad es que me está costando mucho integrarme. Tengo compañeros que también son nuevos y están totalmente integrados pero yo no tengo relación con casi nadie y eso me está desanimando. Además me da miedo que la situación me cause ansiedad y no pueda desempeñar bien mi trabajo porque podría perderlo. No sé que hacer, cada vez me cuesta más relacionarme con gente nueva y eso me va a pasar factura.
Muchas gracias de antemano.María Jesús Álava Reyes: Todo parece indicar que has desarrollado determinados miedos, que cada vez te están creando más inseguridad. El miedo hace que cada vez te retraigas más y dejes de hacer aquello que más te cuesta (en tu caso relacionarte abiertamente con tus compañeros) En tu caso concreto, y ante la trascendencia que puede tener, sería deseable que tuvieras ayuda psicológica. Los psicólogos trabajamos constantemente estos aspectos, y en pocas sesiones verás cómo recuperas confianza y mejoras tus habilidades sociales. Se trata de que cojas seguridad y soltura y que llegues a disfrutar en tus relaciones con los demás. Podrá venirte bien la lectura de libros como “La Inutilidad del Sufrimiento” o “Trabajar sin sufrir” (ambos editados en La Esfera de los Libros, los puedes conseguir también a través de Amazon) Ahí describo casos que te pueden servir para ver cómo solucionamos situaciones parecidas a la tuya. En relación a la ansiedad, también verás que la puedes controlar, en cuanto consigas coger seguridad y estabilidad emocional.
Muchos ánimos. MARÍA JESÚS ÁLAVA REYES. PSICÓLOGA -
3
Buenos días, llevo con mi pareja alrededor de 5 meses y noto que la llama del principio se ha apagado un poco. Sí que tengo ganas de verla e ilusión por nosotros pero una parte de mí siente que no es lo mismo. No sé si es que se me ha ido ese sentimiento de enamoramiento del principio, que supongo que también es normal, o que si por el contrario es un sentimiento más profundo y esto se viene abajo... estoy un poco confundido y no sé identificar ni ponerle nombre a estas emociones, me gustaría que me dijera su opinión y que me aconsejara para aclararme un poco, gracias.
Antiguo Usuario
02-03-2018 10:33María Jesús Álava Reyes: Este es un tema que, inevitablemente, más tarde o más temprano surge en las relaciones de pareja. Voy a intentar transcribirte lo que expuse en el libro “Amar sin Sufrir” (editorial La Esfera de los libros) sobre este tema:
- En toda relación afectiva, tarde o temprano surgirán dudas. Cuando lleguen, las viviremos como una parte más del proceso, no como el inicio de un final anunciado.
- Las dudas no son peligrosas, cuando las recibimos sin angustia, nos ayudan a objetivar nuestros sentimientos y nos muestran hasta qué punto controlamos o no nuestras emociones (*).
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* Mª Jesús Álava Reyes, Emociones que hieren y La inutilidad del sufrimiento, La Esfera de los Libros, Madrid, 2005 y 2003.
- Además de analizar lo que está pasando, nos ayudará mucho el ser conscientes de lo que estamos pensando. Ya decíamos que los pensamientos son previos a las emociones y, en gran medida, son los responsables de lo que sentimos en cada momento. En muchas ocasiones, nuestros esfuerzos se dirigirán a cambiar nuestros pensamientos catastrofistas, por otros más realistas y más racionales. Si lo hacemos, nos sorprenderá ver en qué medida conseguimos mejorar nuestro estado de ánimo.
- Es bueno que tomemos distancia de la situación, para ello podemos utilizar el Registro de Conducta nº 1. Cuando lo rellenamos sentimos como poco a poco la razón termina prevaleciendo sobre la emoción. Posteriormente veremos qué podemos hacer para mejorar estas situaciones en un futuro.
REGISTRO DE CONDUCTA Nº 1
NOMBRE__________________________________ EDAD ________
Día/Hora
SITUACIÓN
¿Dónde estáis, quiénes y qué hacéis?
CONDUCTA PROBLEMA
Qué hace o dice la pareja (literalmente)
Respuesta tuya o de otras personas presentes
(literalmente qué hacen o dicen)
- Cuando nos encontremos demasiado agobiados o confusos ante estas dudas, será importante que nos concedamos un tiempo de descanso. Si la situación lo permite, unos días o semanas sin ver a nuestra pareja nos pueden ayudar a saber lo que sentimos. Aquí es probable que la otra persona no quiera acceder a esta tregua, pues la puede vivir como un distanciamiento; será muy importante cómo se lo comuniquemos; lo haremos con calma y con afecto, pero también con convicción, sin dar marcha atrás. De la misma forma que no nos podemos imponer un sentimiento, debemos concedernos la tranquilidad y la distancia que nos ayudarán a ver, sentir y analizar tanto la situación que vivimos, como el estado de nuestra relación.
Cuando la situación haga muy difícil esta opción, porque vivan juntos y tengan hijos en común, se buscará un acuerdo de mínimos, que consistirá en que, viviendo juntos, se concederán “un tiempo de descanso mutuo”, en que no hablarán sobre los sentimientos de cada uno, intentarán no realizar actividades conjuntas, no tendrán relaciones íntimas…
- Una vez conseguida esa tregua, para que ésta sea efectiva, en una primera fase nos forzaremos en ocupar nuestra mente en cosas distintas; de esta forma conseguiremos ese “distanciamiento”, que nos permitirá ver y analizar nuestros sentimientos y los hechos con más claridad.
- Si después de ese periodo seguimos teniendo dudas, no forzaremos la relación; se lo explicaremos a nuestra pareja e intentaremos encontrar un acuerdo. Si la pareja decide que no quiere esperar más, estará en su derecho, pero alejaremos inmediatamente de nuestra mente los pensamientos de derrota o fracaso. Una pareja que decide no darle a la otra persona la tranquilidad que en ese momento necesita, seguramente no era la pareja ideal para continuar la relación amorosa.
Cuando el amor es auténtico, las personas con equilibrio emocional saben que no pueden ni deben forzar las situaciones.
El respeto y la confianza en nosotros mismos y en nuestro amor, hará que esas primeras dudas las recibamos con calma. El conocimiento de la singularidad de la otra persona nos ayudará a superar inquietudes, vencer temores y establecer nuevos y fructíferos canales de comunicación.
Si al final, desde la tranquilidad que da el convencimiento, decidimos que se terminó el amor, no renegaremos del mismo; antes bien, intentaremos extraer las enseñanzas y las vivencias que nos aportó, y lo haremos no para trasladarlas a la siguiente relación, sino para avanzar en ese aprendizaje particular que nos permitirá sentirnos mejor cada día con nosotros mismos y con las vivencias que tendremos en un futuro.
Cuando el cariño se ha terminado, lo mejor que podemos hacer es mimarnos; mimarnos en la medida en que lo necesitamos. Para ello no nos regañaremos ni traeremos a nuestra mente sucesos dolorosos. Mimarnos es abrazarnos y querernos en esos momentos de buscada o forzada soledad.
¡Qué diferente era todo al principio!
Esta queja casi podríamos decir que es universal, universalmente compartida por hombres y mujeres.
Cuando decimos ¡qué diferente era todo al principio!, de nuevo lo hacemos desde la añoranza. La gente no suele decirlo cuando se siente muy feliz, sino cuando experimenta ese cambio hacia una relación menos gratificante.
En este punto, conviene señalar que la mayoría elaboramos expectativas demasiado optimistas o idealistas, cuando sentimos esa carga emocional tan intensa y placentera que tiene lugar al principio de una relación.
Con frecuencia, incluso aunque ya hayamos tenido otras experiencias amorosas, nos dejamos llevar por la intensidad de nuestras emociones, y nos olvidamos que estamos viviendo una Fase, y que esa fase pasará para dejar lugar a la siguiente, y así sucesivamente.
La confusión llega cuando pensamos que “esta vez es diferente” y que ese estado emocional del principio, que como tal es transitorio, se convertirá en permanente.
Desde la psicología tenemos muy estudiado este proceso. Ya en 1979 Jacobson nos lo describía de forma pormenorizada, y las investigaciones que se han realizado desde entonces, siguen confirmando las premisas fundamentales.
Lo normal es que al principio se de una Atracción Inicial Mutua. Ambos miembros de la pareja se sienten atraídos, y lo sienten con tan intensidad que incluso lo experimentan a nivel físico, emocional y cognitivo (en sus pensamientos y en sus procesos mentales).
Esa atracción se ve favorecida por una serie de circunstancias, que hacen que se mantenga en el tiempo. Lógicamente, cuando esas circunstancias desaparecen, la atracción y la intensidad del principio disminuyen.
Algunas personas podrán pensar que el tema se resolvería si consiguiéramos que esas circunstancias continuasen en el tiempo, pero la realidad lo hace casi imposible.
Si examinamos los factores más determinantes de la atracción inicial, de los principios idílicos, comprenderemos las razones de su transitoriedad. Básicamente, las gratificaciones que sentimos al principio se ven favorecidas por:
- El Carácter restrictivo de la interacción. Es decir, lo normal es que la pareja, al comienzo de su relación, sólo se vea algunas horas al día, y lo hagan en un contexto gratificante: para dar una vuelta, bailar, tomar una copa, ir al cine, compartir proyectos, ilusiones…
- Ausencia de toma de decisiones. En esa fase, y dado el carácter aún restrictivo de la relación, lo habitual es que la pareja no tenga que tomar decisiones importantes; decisiones que sí aparecen en la vida de una pareja estable: temas económicos, financieros, determinadas obligaciones… Lógicamente, si no tienen que tomar decisiones de ese tipo, tampoco se ven expuestos a las consecuencias que las mismas pueden entrañar.
- Novedad de la comunicación sexual. La novedad en este área es otro de los aspectos más gratificantes que tienen lugar en esta fase. Evidentemente, esa novedad se pierde con el paso del tiempo, y la frecuencia de las relaciones.
- Expectativas idealizadas. Al principio de una relación, los proyectos idealizados, los planes maravillosos, los objetivos increíbles… son muy típicos de esta etapa.
Llegados a este punto, nos podríamos preguntar ¿hasta cuándo dura esta fase inicial?. La respuesta de nuevo dependerá de las circunstancias que rodeen a la pareja y del carácter de cada uno de sus miembros, pero lo normal es que la crisis o el desarrollo del conflicto se inicie poco después de comenzar a vivir juntos. Entonces, tarde o temprano, deberán tomar decisiones importantes, tendrán que afrontar los problemas conjuntamente, se verán en las circunstancias habituales del día: por la mañana, por la tarde, por la noche, cansados, de buen y de mal humor, contrariados por algunos acontecimientos…; irá disminuyendo la novedad en la comunicación sexual, surgirá el choque entre las expectativas y la realidad; los puntos débiles de cada uno serán más palpables, podrán surgir las primeras dificultades económicas, quizás llegue el nacimiento de un hijo cuando aún la pareja no estaba consolidada, o no lo deseaban, o lo deseaba uno pero no el otro…; a veces puede haber interferencias por parte de algún miembro de las respectivas familias; pueden aparecer terceras personas que condicionen y dificulten la relación, incluso amantes; puede darse la pérdida de trabajo, surgir discrepancias ideológicas o políticas…; uno de los dos puede sentir que necesita más soledad o más tiempo para él mismo, de lo que el otro está dispuesta a conceder…
Poco a poco, casi sin darnos cuenta, aparecen los reproches, las críticas, las insatisfacciones, los lamentos y los enfados.
Si lo analizamos despacio, veremos en algún momento, antes o después, uno o los dos miembros de la pareja empiezan a pensar con nostalgia en ¡Qué diferente era todo al principio!.
La convivencia no es fácil, pero el problema fundamental es que las dificultades, cuando surgen, les pillan de sorpresa a la mayoría de las personas. Las parejas empiezan a vivir juntos, sin haberse preparado para ello de forma objetiva.
Uno de los principales errores es la idealización, por parte de ambos o de uno de los miembros de la pareja; el golpe que viene después es tremendo. Sin darse cuenta, la persona que había idealizado la relación sufre un desengaño muy fuerte y, de forma poco consciente, termina culpabilizando al otro miembro de la pareja de la decepción y el desencanto que está experimentando.
Espero que este análisis te ayude en tus reflexiones. En definitiva, la fase de ATRACCIÓN INICIAL, tarde o temprano se termina, y eso no quiere decir que el amor se pase, cuando hay auténtico amor.
MARÍA JESÚS ÁLAVA REYES. PSICÓLOGA
El próximo consultorio de psicología lo tendremos el viernes 16 de marzo a las 10.00 horas MARÍA JESÚS ÁLAVA REYES. PSICÓLOGA