La CHG y la Diputación firman un convenio para el control del mejillón cebra

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), y la Diputación de Córdoba han suscrito este lunes un convenio de colaboración para el desarrollo de medidas de control y estudio del mejillón cebra (Dreissena polymorpha) en la provincia cordobesa.
Ceballos y Romero (centro) durante la firma
Ceballos y Romero (centro) durante la firma
EUROPA PRESS
Ceballos y Romero (centro) durante la firma

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), y la Diputación de Córdoba han suscrito este lunes un convenio de colaboración para el desarrollo de medidas de control y estudio del mejillón cebra (Dreissena polymorpha) en la provincia cordobesa.

El acuerdo, que han suscrito el presidente de la CHG, Manuel Romero, y la presidenta de la Diputación, María Luisa Ceballos, recoge la creación de un equipo de trabajo que desarrollará un sistema de alerta, detección precoz y estudio de la evolución de esta especie invasora, que en los últimos años ha proliferado en el embalse de Iznájar y en el de Bermejales, situados ambos en la cuenca del río Genil, en el Sur de la provincia.

En este sentido, ambas administraciones han mostrado su compromiso para afrontar esta problemática y han acordado poner en marcha actuaciones que se desarrollarán a lo largo de tres años y que contarán con una inversión de más de 160.000 euros, que aportará el organismo de cuenca.

A este respecto, Manuel Romero ha afirmado que la CHG "va a poner a disposición del equipo de trabajo las instalaciones e infraestructuras para el desarrollo de las acciones de estudio y seguimiento, así como los recursos técnicos y humanos que sean necesarios"

Por su parte, la presidenta de la Diputación ha afirmado que la institución institución provincial "tiene ya un gran conocimiento sobre la materia, gracias a los estudios que venimos realizando para el aseguramiento del abastecimiento y la calidad del agua suministrada en la provincia de Córdoba desde que la Confederación nos alertó de la presencia del mejillón cebra en Iznájar en el año 2012".

Así, la Diputación, a través de la Empresa Provincial de Aguas de Córdoba (Emproacsa), aportará los resultados obtenidos hasta el momento y los laboratorios de los que dispone, lo que implicará, según ha detallado Ceballos, que "el equipo de trabajo contará con el laboratorio específico para el control del mejillón cebra, el laboratorio físico-químico, el microbiológico, el de cromatografía, el de absorción atómica y el de aguas residuales".

Entre las medidas a adoptar y que recoge el convenio se incluyen el establecer puntos de control y seguimiento a lo largo de las zonas afectadas, realizar análisis físico-químicos y biológicos y también estudios sobre la caracterización térmica de los embalses, un factor relevante para la reproducción de la especie.

Los trabajos se van a desarrollar en la cuenca del río Genil, en el tramo comprendido entre el embalse de Iznájar y la desembocadura del Genil en el río Guadalquivir. Además, se va a intervenir en el canal que distribuye agua a la zona regable del Genil-Cabra y en el canal del Bajo Guadalquivir.

Del mismo modo, se va a actuar en los embalses de Iznájar, Martín Gonzalo, Sierra Boyera y Puente Nuevo, que son utilizados por Emproacsa para el abastecimiento a los municipios del Sur de la provincia, así como en otros embalses próximos a las zonas afectadas.

El mejillón cebra

El mejillón cebra, cuyo nombre científico es 'Dreissena polymorpha', es un molusco bivalvo de agua de dulce, similar a los mejillones marinos que pueden alcanzar unos tres centímetros de longitud. Su concha tiene forma triangular y el borde externo romo. Posee unas bandas blancas y oscuras en forma de zigzag, de donde le viene el nombre común de mejillón cebra.

Se sujeta a sustratos duros mediante una secreción denominada 'biso', formando extensos racimos. Prefiere aguas estancadas y con poca corriente, caracterizándose por su tolerancia a las variaciones de salinidad y temperatura. Puede llegar a resistir de cinco a seis días fuera del agua, y forma densas colonias de miles de individuos por metro cuadrado lo que puede generar importantes daños medioambientales y socioeconómicos.

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