'Sweet Tooth: El niño ciervo': un tierno apocalipsis entre 'Bambi' y 'Mad Max' enseña los cuernos en Netflix

La adaptación del cómic de Jeff Lemire puede ser la primera gran ficción de la postpandemia.
Sweet Tooth: El niño ciervo
Sweet Tooth: El niño ciervo
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Sweet Tooth: El niño ciervo

¿Cómo de preparado está el gran público para una ficción ambientada en una pandemia vírica cuando ni siquiera hemos salido de la nuestra en la realidad? Puede que tengamos la respuesta muy cerca con el estreno de Sweet Tooth: El niño ciervo en Netflix. Aunque no se le haya dado mucho bombo, sin duda es uno de los títulos más interesantes con los que la plataforma cuenta de cara a este verano.

Un virus misterioso y fulminante, contagios masivos, el mundo en caos absoluto, búsqueda de curación, mascarillas, desconfianza de los unos a los otros... El arranque de Sweet Tooth: El niño ciervo corre el riesgo de echar para atrás a espectadores que no quieren someterse de nuevo a imágenes que aún no han abandonado los telediarios. 

Sin embargo, en esta adaptación del cómic de Jeff Lemire editado por el sello Vértigo de DC Comics (publicado en España como Glotón), pronto surge algo que nos hace olvidar nuestra deprimente realidad para sumergirnos en su propio mundo: el nacimiento de bebés híbridos entre humanos y otros animales. Uno de ellos es Gus, el niño protagonista de la historia (interpretado por Christian Convery), que nació con cuernos y rasgos de ciervo. 

Cuando Gus vino al mundo, su padre (el siempre genial Will Forte) decidió llevárselo lejos del colapso que se estaba desatando y lo crió completamente aislados en medio de la naturaleza mientras la civilización se derrumbaba. Nueve años más tarde, la tragedia les obliga a salir de su refugio y enfrentarse a un mundo postapocalíptico donde impera la ley del más fuerte y los supervivientes de la pandemia se organizan en peligrosas bandas a la caza de los niños híbridos como trofeos.

Así es como aparece en la vida de Gus el grandullón Tommy (Nonso Anozie, que interpretó a Xaro Xhoan Daxos en Juego de tronos), un viajero solitario que se apiada del niño ciervo y promete llevarlo hasta Colorado, a un lugar conocido como la Reserva donde será acogido y estará a salvo. No obstante, el viaje no estará exento de peligros, que iremos conociendo a lo largo de los ocho episodios que abarca la primera temporada de Sweet Tooth: El niño ciervo. 

Oscuridad con corazón

¿Por qué tiene Sweet Tooth: El niño ciervo tanto potencial para convertirse en una de las series más queridas del año? Más allá de la adaptación de un cómic de culto como Glotón, el caso es que el creador de la serie, Jim Mickle –cineasta considerablemente infravalorado pese a una filmografía dedicada al terror y el thriller tan pulcra como la vampírica Stake Land (2010), la caníbal Somos lo que somos (2013) y la sombría Frío en julio (2014)– la ha planteado como un caramelo apetitoso para todos los públicos.

Además de dirigir varios episodios, Mickle comparte con Beth Schwartz (Arrow) el puesto de showrunner de la serie. Su apuesta ha sido por la acción y aventura con corazón, sin cargar las tintas en las situaciones violentas (tiene una calificación por edades para mayores de 12 años) tanto como en la peculiar relación que se va forjando entre los dos protagonistas de la historia, Gus y Tommy.

Rodada en su mayor parte durante la pandemia en escenarios naturales de Nueva Zelanda, con una banda sonora de canciones luminosas y un tono tierno que no teme adentrarse en visiones más angustiosas, Sweet Tooth: El niño ciervo ha levantado comparaciones con el postapocalipsis de la saga Mad Max (particularmente la tercera entrega, Mad Max, más allá de la cúpula del trueno) contado con la ternura de Bambi.

Suena a una fórmula a la que Netflix se lanzaría sin dudar, y así fue cuando el proyecto, que cuenta con nada menos que Robert Downey Jr. y su mujer Susan Downey como productores ejecutivos, se quedó sin casa en Hulu, la plataforma que encargó la adaptación en 2018. Fue precisamente en abril de 2020 cuando dieron marcha atrás y el proyecto fue vendido a Netflix, donde se convirtió en la serie de ocho episodios estrenada ahora.

¿Está el gran público preparado para ver tan pronto una pandemia con no pocas similitudes con la de covid-19, aunque sea bajo el manto de la fantasía? Si es con la ayuda de un niño ciervo de por medio, seguro que mucho más.

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