Series de TV y mujeres al mando: ¿son estas las claves del futuro de Marvel?

Stan Lee lo sabía, Jim Shooter lo sabía y seguro que Kevin Feige también lo sabe: los universos compartidos pueden ser una fuente de visiones alucinantes (y de dólares a mansalva), pero corren el riesgo de estancarse. Como ha ocurrido ya en los cómics, el Universo Cinematográfico Marvel está avistando ahora ese peligro… pero su salvación podría llegar del último lugar que esperamos. 

Empecemos haciendo amigos: no hace falta ser el crítico más cultureta del mundo para afirmar que las últimas producciones Marvel en cine han bordeado el aprobado raspado, o a veces ni eso. Salvando el fin de fiesta apoteósico de Vengadores: Endgame, tanto Black Panther como Capitana Marvel han sido películas gravemente insatisfactorias, ya sea desde el punto de vista cinematográfico o como adaptaciones de los cómics originales. 

Pese a esto, aquellos que se quedaron con las ganas de ver a un T'Challa diabólicamente astuto o a una Carol Danvers rebosando mala leche cósmica han encontrado a un alivio en la programación de Disney+. Primero, Bruja Escarlata y Visión, y ahora Loki, han aparecido como los mejores productos para marvel zombies de las últimas temporadas. 

En la gran pantalla, el 'modelo Marvel' (un director o directora para las escenas dramáticas, y escenas de acción a cargo de los currantes de segunda unidad) da signos de agotamiento. Sin embargo, y pese a sus defectos, las series nos han recordado lo mejor del género de superhéroes: personajes cercanos, si bien extraordinarios, viviendo aventuras que no consisten solo en zurrarse contra los villanos, sino también en ir más allá de la lógica. 

A primera vista, el formato de serie televisiva (o, mejor dicho, de miniseries encadenadas entre sí) se presta mucho mejor a tramas complejas que el de largometraje. Máxime si estrellas de la casa como Elizabeth Olsen, Paul Bettany, Sebastian Stan (en Falcon y el Soldado de Invierno) y Tom Hiddleston se prestan a actuar en ellas. Pero aquí hay más detalles en los que fijarse. 

El más significativo, de hecho, es el de que todos estos productos están a cargo de mujeres. Bruja Escarlata… corrió a cargo de Jac Schaeffer como jefa de guionistas, mientras que en Loki y Falcon... han trabajado las directoras Kate Herron y Kari Skogland, respectivamente.  

Mientras que, en su momento, el estudio publicitó hasta la nausea el trabajo de Anna Boden como codirectora de Capitana Marvel, los talentos de Schaeffer, Herron y Skogland han brillado mucho menos ante el ojo público. Una pena, porque (en espera de lo que nos muestre Chloé Zhao en Eternals), ellas sí han demostrado el potencial de una óptica femenina aplicada a las aventureras (y los aventureros) con disfraz. 

Ojo, eso sí, porque (como todo en Marvel) la presunta libertad de estas mujeres puede ser muy cuestionada. El estudio se ufana de no emplear showrunners, dividiendo las responsabilidades de cada show entre un guionista jefe y un director que se encarga de la puesta en escena. 

Por si no fuese poco con esta medida, que ha creado muchísimo resquemor en el gremio de los escritores, todos sabemos que las manos de Kevin Feige son alargadas, y podemos estar seguros de que aquí nadie se atreve a ir en contra de su Sagrada Línea Temporal.

En todo caso, y de momento, esta fórmula está saliendo bien. Así que abandonemos las suspicacias y preguntémonos algo importante: ¿llegarán estas innovaciones al cine alguna vez? ¿O veremos a la Casa de las Ideas precipitarse más y más en su pozo de guiones coyunturales y ambientaciones de plastiquillo?

Pues sobre esto no podemos decir nada con seguridad, pero sí fijarnos en un detalle. En contra de las expectativas, Viuda Negra ha acabado resultando una película extremadamente digna, sobre todo gracias a la solidez de su guion. Y entre los firmantes de este guion encontramos a Jac Schaeffer, de Bruja Escarlata y Visión. Si Marvel sigue este ejemplo y emplea sus series como cantera, tal vez sus películas vuelvan a brillar.