Qué es 'The Devil in the White City', la miniserie de Scorsese y DiCaprio para Hulu

Ya tenemos nuevo fenómeno seréfilo en marcha. The Devil in the White City, la adaptación del bestseller de Erik Larson en la que Martin Scorsese y Leonardo DiCaprio llevan cuatro años trabajando y que supondrá su reencuentro después de El lobo de Wall Street, será finalmente una miniserie para Hulu.

La novela cuenta la historia de H. H. Holmes, un estafador y asesino de mujeres que se convirtió en una celebridad en la Chicago del siglo XIX, y que diseñó un hotel lleno de cámaras secretas donde torturaba a sus víctimas. Leonardo DiCaprio se hizo con los derechos de The Devil in the White City en 2010. En ese momento, fue concebida como una película que coproduciría Paramount con Scorsese como director y DiCaprio como protagonista. Nueve años después, el proyecto se ha convertido en una miniserie, aunque de momento se desconocen más detalles sobre la ficción.

Sin embargo, la historia que recoge Larson en su libro da buena cuenta del potencial de esta nueva producción. La historia se centra en las historias reales de dos hombres: Daniel H. Burnham, arquitecto de la Exposición Universal de Chicago en 1893, y el ya mencionado H.H. Holmes, un monstruo de pelo rubio y ojos azules que sacó provecho del crecimiento económico de la ciudad para convertirse en el primer y más prolífico asesino en serie de EE UU.

H. H. Holmes

Herman Webster Mudgett, conocido como H.H. Holmes, estudió anatomía y disección de cadáveres en la Universidad de Michigan hacia 1880 y en 1886 comenzó a trabajar en la farmacia Elizabeth S. Holton de Chicago. Pronto se hizo con la farmacia y la renovó tras burlar a sus acreedores y defraudar a los inversores. Perfeccionó aún más sus tretas al apropiarse del solar que había al otro lado de la calle, donde construiría su proyecto soñado: un hotel que sería conocido como "el castillo de los asesinatos".

El edificio contenía varias rampas y salas, y un sótano con una incineradora. En la planta baja del lugar había una farmacia, un restaurante y una peluquería, mientras la segunda planta era el hogar de Holmes y la tercera, según prometió a los inversores, se convertiría en hotel para los asistentes a la Feria mundial. Allí perpetraba sus asesinatos, que comenzaron en 1891, con la desaparición en la víspera de Navidad de la ama de llaves Julia Smythe y su hija Pearl. Nunca se pudieron recuperar sus cuerpos.

En mayo de 1892, una joven llamada Emeline Cigrande empezó a trabajar para Holmes y en diciembre desapareció en la farmacia de la planta baja. A ella le seguiría Edna Van Tassel. Con la ayuda de un carpintero local llamado Benjamin Pitezel, Holmes continuó defraudando a las compañías de seguros con los cadáveres de sus víctimas, llegando finalmente a matar también a Pitezel. Al parecer, Holmes también vendía los esqueletos de las mujeres que mataba a las escuelas de medicina.

Tras huir a Canadá con tres de los cinco hijos de Pitezel, Holmes llamó la atención de un detective de Filadelfia, Frank Geyer, que siguió al asesino hasta Toronto. Allí encontró los cuerpos de dos hijas de Pitezel, a quienes este había matado con gas. Geyer siguió a Holmes hasta Indianapolis, donde dio con los dientes y los huesos del hijo de Pitezel. En 1894, Holmes finalmente fue atrapado en Boston. Un año después, condenado a muerte por el asesinato de Benjamin Pitezel, confesó haber matado a 27 personas y haber intentado acabar con otras seis. Sin embargo, muchas de esas personas resultaron estar vivas y hoy en día sigue sin estar claro a cuánta gente mató.

La Exposición Universal de Chicago y Daniel H. Burnham

Además de Holmes y su hotel, la Exposición Universal de Chicago en 1893, también llamada World's Columbian Exposition, es otro de los protagonistas de la historia, el lugar donde este asesino buscaba a sus víctimas y que la novela recoge a través del arquitecto Daniel H. Burnham. Junto a su socio John Wellborn Root, Burnham fue el responsable del primer rascacielos de EE UU, the Masonic Temple Building en Chicago.

Después ambos fueron los encargados de planear y diseñar la exposición, que terminaría por dar un gran flujo de dinero a la industria de Chicago, así como mayor visibilidad a la ciudad en el país. Tras la muerte de Root, Burnham empezó a trabajar en proyectos más ambiciosos y a hacerse un nombre por sí mismo. Inspirándose en la Exposición Universal de París en 1889, Burnham terminó el diseño de la exposición, que abrió sus puertas de mayo a octubre de 1893.