'Ojo de Halcón' ('Hawkeye') 1x04: la sombra de Natasha es alargada

[ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS DE OJO DE HALCÓN 1x04]

Con la espada al cuello. Así comienza Clint Barton (Jeremy Renner) el cuarto episodio de Ojo de Halcón, el arranque de la recta final de la serie más navideña, callejera y tontorrona (en el mejor sentido de la palabra) del MCU. Lo que empieza con un arma afilada termina con Eleanor (Vera Farmiga), su prometido Jack (Tony Dalton), Clint y Kate (Hailee Steinfeld) conversando sobre el caso que investigan estos dos últimos. "No puedo perder a Kate. Ser buena no siempre basta para seguir con vida", reprocha Eleanor al vengador, recordando a Natasha (Scarlett Johansson), sobre quien girará este episodio. Acto seguido, llama a alguien y subraya que es urgente. 

Clint abandona el piso de la madre de Kate con una katana que ha encontrado en el lugar. Pide a Laura (Linda Cardellini), su mujer, que averigüe lo que pueda sobre Sloan LTD, la compañía de Eleanor. La pesquisa desvela que la empresa, cuyo director ejecutivo es Jack, es una tapadera de los Chándal. Laura pregunta preocupada por un Rolex que podría haber desaparecido en la subasta. 

Esa noche, Kate coge a Perropizza y decide celebrar la Navidad con Clint, que está solo en la ciudad. Se ponen jerséis horteras, organizan un maratón de películas navideñas, hablan de flechas bumerán y montan el árbol mientras Clint instruye a su compañera en el noble arte de lanzar monedas. También aprovecha para contarle que ha descubierto que Sloan es una empresa fantasma que blanquea para los Chándal.

La solitaria vida del héroe

En determinado momento, Kate pregunta al vengador cuál ha sido su mejor disparo y él responde: "El que no dispare". El tono cambia cuando el protagonista recuerda aquella misión en la que tenía que liquidar a alguien, pero pronto se dio cuenta de que ella quería acabar con todo. Era Natasha. 

La joven arquera empieza a indagar en el pasado reciente de Barton, con la pérdida de su familia durante el Lapso, y no tarda en averiguar que él era Ronin. "Al final, mi trabajo consistía en hacerle daño a la gente", asegura Clint. "Eras un héroe", rebate Kate. "Era un arma", corrige el vengador. Minutos después, ya solo, recuerda la desaparición de su familia, sus años como Ronin y la muerte de Natasha. 

Cinemanía

A la mañana siguiente, en un ingenioso giro de los acontecimientos, vemos a Clint beber café en una taza en la que se lee: "Thanos tenía razón". A continuación, el arquero va en busca de Kazi (Fra Fee), mano derecha de Maya/Echo (Alaqua Cox), para que convenza a su jefa de que deje de dar caza a Ronin. Mientras, Kate se reúne con los Larpers, un grupo repleto de agentes, para que le ayuden a recuperar las flechas con truco del vengador, requisadas por la policía. 

Para cuando Clint se reencuentra con su joven discípula, esta, disfrazada de vikinga, ya es una más en la banda y ha conseguido que los Larpers le devuelvan las flechas a cambio de material para trajes. Justo en ese momento hilarante y surrealista, Clint recibe un mensaje de texto con una dirección: el Rolex no ha sido destruido. 

La hermanísima

Desde una azotea, la pareja protagonista mira el lugar en el que se encuentra el reloj. Clint trata de aleccionar a su joven discípula, ("prioriza una salida fácil a una entrada fácil"), pero ella, desobediente, decide colarse en el lugar a su manera: conversando con un señor mayor y asegurándole que es socia de un vengador. 

Ya en el apartamento, Kate busca el reloj mientras Clint le cuenta que este guarda la identidad de alguien con quien solía trabajar y que se retiró hace tiempo. ¿Se refiere a su mujer? Se trata de alguien cercano a Barton, quien teme que se arruine su tapadera. Además, cuando la joven da con el reloj, a su lado hay una lista con notas sobre la familia de Clint. Es entonces cuando este se da cuenta de que se trata del piso de Maya. Esta aparece y se pelea con Kate mientras, en una azotea cercana, Barton se mide a un diestro encapuchado.

Cinemanía

Kate huye de la casa en tirolina y entonces asistimos a una lucha a tres bandas en la que la joven termina cayendo por la azotea. Clint se asoma aterrado al borde, rememorando la caída de Natasha, pero por suerte su discípula cuelga de una cuerda. Le pide que se vaya de allí, pero Kate regresa al lugar justo a tiempo para deslumbrar a los presentes con una flecha. Maya escapa y Clint consigue quitar la capucha a su contrincante antes de que esta también se marche: es Yelena (Florence Pugh), la hermana adoptiva de Natasha a la que conocimos en Viuda Negra. 

En los últimos minutos del episodio, Clint rompe su alianza con Kate, temeroso de que le pase algo como a Natasha. Alguien ha contratado a una Viuda Negra y la cosa se ha puesto seria, afirma. La soledad del héroe, que está condenado a perder o a alejar a sus seres queridos, es así el leitmotiv del cuarto episodio, que gira en torno a los traumas del protagonista. Una vez más, se cuestiona lo que significa ser un superhéroe: para Barton, él ha sido un arma; para Kate, con una visión más inocente, ha ayudado a la gente. 

Afortunadamente, pese a la alta carga emocional del capítulo, Ojo de Halcón sigue siendo todo un disfrute y no olvida su esencia cómica en esa tierna escena en la que vemos a los protagonistas celebrar la Navidad, en la tirolina fallida o en la secuencia en la que una agente de los Larpers sufre al prestar su bolsa 'Pivonazo' a los protagonistas. Ahora estamos deseando saber más sobre el papel de Yelena en la trama, así como la identidad del personaje tras el reloj o si Clint llegará a casa por Navidad. Suerte que las nevadas e iluminadas calles de Nueva York hacen la espera semanal más llevadera. 

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