Netflix demanda a las creadoras del musical no autorizado de 'Los Bridgerton'

Abigail Barlow y Emily Bear crearon un exitoso espectáculo en TikTok.
Fotograma de 'Los Bridgerton'
Fotograma de 'Los Bridgerton'
Netflix
Fotograma de 'Los Bridgerton'

Los Bridgerton logró convertirse en fenómeno de masas en 2020, consolidando su segunda temporada un éxito que está viniendo muy bien a Netflix en una época donde lidia con la pérdida masiva de suscriptores. Antes de que sobreviniera esta crisis, el triunfo de esta serie producida por Shonda Rhimes y basada en las novelas de Julia Quinn tuvo algunas consecuencias imprevistas pero (según opinaba Netflix entonces) simpáticas: así es como Abigail Barlow y Emily Bear crearon un musical no oficial basado en la serie, y lo lanzaron a través de TikTok. La obra se articulaba como un musical imaginario de Los Bridgerton en Broadway, con docenas de canciones originales, y se hizo velozmente viral.

Hasta el punto de que el público demandó una producción escénica completa, y The Unofficial Bridgerton Musical Album Live in Concert empezó a organizar funciones. Paralelamente, las canciones de Barlow y Bear nutrieron un disco que ganó el Grammy a Mejor álbum musical, con la directiva de Netflix empezando a fruncir el ceño. Finalmente, según Deadline, ya ha llegado la gota que colma el vaso, cuando el dúo celebró una representación en el Kennedy Center de Washington D.C. a la que asistió un gran caudal de público. Con cada entrada costando unos 149 dólares, Barlow y Bear se están enriqueciendo enormemente con la creación, y más si ahora planean otras funciones a lo largo del mundo.

Ya hay una programada para el Royal Albert Hall de Londres, así como toda una línea de productos derivada de Unofficial Bridgerton Musical. Puesto que, con este tipo de operaciones, Barlow y Bear han entablado competencia directa con Netflix (la plataforma ha preparado Bridgerton Experience con destino seis ciudades), la plataforma ha resuelto demandar a las artistas. Luego de, según aseguran sus portavoces, haberles advertido en numerosas ocasiones que esto ocurriría. “Netflix posee los derechos exclusivos para crear canciones, musicales o cualquier otra obra derivada basada en Los Bridgerton. Barlow y Bear no pueden tomarlos pero es lo que han hecho”, se lee en su demanda.

Las creadores de Unofficial Bridgerton Musical habrían cometido una “infracción flagrante” contra los derechos que posee Shonda Rhimes, y Netflix presentó los escritos que lo documentaban este 29 de julio. Barlow y Bear se habrían “aprovechado del trabajo creativo y del éxito” de cientos de trabajadores, usando una marca ajena para “construir su propia marca”. Pese a que Netflix les avisó de que emprenderían acciones legales, “Barlow y Bear creen tener carta blanca para lucrarse de la propiedad intelectual de Netflix como les plazca”.

“El espectáculo en directo incluye más de una docena de canciones que copian textualmente diálogos, personajes, expresiones y otros elementos de Los Bridgerton. A lo largo de la función, Barlow y Bear hicieron creer a la audiencia que estaban usando la marca Bridgerton con permiso, a pesar de que Netflix se ha negado rotundamente”, explican en referencia al show que tuvo lugar en Washington. “Netflix apoya el contenido generado por fans, pero Barlow y Bear han llevado esto demasiado lejos, buscando crear múltiples fuentes de ingresos sin un permiso formal para utilizar la IP de Los Bridgerton”.

“Nos hemos esforzado en contactar con Barlow y Bear y se han negado a cooperar”. En efecto, ni Barlow ni Bear han reaccionado aún a este movimiento, que por lo demás ha sido apoyado por figuras como la productora Shonda Rhimes. “Lo que comenzó como una divertida celebración en redes sociales se ha convertido en una descarada apropiación de la propiedad intelectual únicamente en el beneficio económico de Barlow y Bear”, declara la responsable de la serie.

Netflix y Shondaland (sello de Rhimes) también cuentan con el apoyo de Julia Quinn, autora de las novelas originales. “Hay una diferencia entre componer en TikTok y grabar o actuar con fines comerciales. Espero que entiendan la necesidad de defender la propiedad intelectual de otros profesionales”, afirma la escritora. 

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