“Me han cancelado”: Frank Langella se defiende tras ser despedido de la serie de Mike Flanagan

El actor fue reemplazado por Bruce Greenwood luego de ser investigado por conducta inapropiada en el set.
Frank Langella
Frank Langella
Frank Langella

Hace unos días, coincidiendo con una controversia similar en el rodaje de Being Mortal con Bill Murray, supimos que Frank Langella había sido despedido de The Fall of the House of Usher. Es la nueva miniserie de Mike Flanagan (La maldición de Hill House) para Netflix, que adapta el relato homónimo La caída de la casa de Usher en combinación a otras obras de Edgar Allan Poe, y en ella Langella encarnaba al patriarca de la familia protagonista, Roderick Usher. Poco después este veterano actor de 84 años fue sustituido por Bruce Greenwood, colaborador habitual de Flanagan, sin que en ningún punto se esclareciera qué había pasado exactamente. Solo que Netflix había prescindido de Langella tras una breve investigación que buscaba aclarar su conducta inapropiada en el set.

Pronto se rumoreó que Langella había dirigido comentarios cuestionables a una compañera de reparto, pero finalmente el mismo intérprete (a quien vimos en El juicio de los 7 de Chicago) ha contado su versión completa. Lo ha hecho en una columna para Deadline, que inicia con un tajante “Me han cancelado. Así de simple”. “Dentro de la creciente locura que invade nuestra industria, no podía imaginar que las palabras ‘daño colateral’ caerían sobre mis hombros”. Langella denuncia el trato del que ha sido objeto desde que algo saliera mal durante el rodaje del pasado 25 de marzo. Se trataba de una escena de amor con una actriz (cuyo nombre se mantiene por ahora en el anonimato) en la que ambos estaban “completamente vestidos”.

En un momento de la escena Langella “tocó” la pierna de la actriz, algo que no estaba previsto según las disposiciones del coordinador de intimidad. Langella “estaba sentado en un sofá” con ella “delante de pie”, cuando de pronto exclamó que le había tocado la pierna, “se dio la vuelta y salió del plató, seguida por el director y el coordinador de intimidad”. Al actor le pidieron entonces que le diera espacio, pero la actriz no volvió al set y, poco después de que se abriera una investigación, el departamento de recursos humanos de Netflix se puso en contacto con él. Vía telefónica le leyeron los incidentes de los que se le acusaba, que también incluían un chiste fuera de tono, llamar a la coprotagonistababy o cariño”, y darle a un “abrazo o toque” no correspondido en el hombro.

Langella no lo niega, y confirma que, cuando descubrió que su escena estaba en manos de un coordinador de intimidad, pensó que era “absurdo”. “Era una escena de amor ante la cámara. Legislar la colocación de las manos, en mi opinión, es absurdo. Echa a perder el instinto y la espontaneidad”. Langella aún así aseguró que no era su intención, y en este punto “le interrumpieron amablemente”. “La intención no nos preocupa. Netflix solo se preocupa del impacto’”. Luego cumplimentaron su despido ante el “riesgo” a represalias. Langella solo pudo hablar con un productor, que le dijo “no puedes bromear, no puedes hacer cumplidos, no puedes tocar. Es un nuevo orden”.

La furia de Langella

“He hablado con gestores de crisis, abogados, profesionales comprensivos, y me han dado consejos gratuitos: ‘no te hagas la víctima’. ‘No demandes, investigarán tu pasado’. ‘Firme un acuerdo de confidencialidad, tome el dinero y corra’. ‘Haga entrevistas, muestre arrepentimiento, finja humildad. Diga que ha aprendido mucho’”, escribe Langella, a quien anteriormente ya se le había negado la posibilidad de reunirse con la directiva de Netflix. “Los directores y el productor dejaron de responder a mis correos electrónicos y llamadas. A los 30 minutos de mi despido, se envió una carta al reparto y al equipo, y un comunicado de prensa completo inmediatamente”.

“A mis representantes y a mí no se nos dio la oportunidad de comentar o de colaborar en la narrativa”. El plan es que Greenwood ruede la totalidad del papel destinado originalmente a Langella, grabando sus escenas de nuevo y completando las que faltan. “No puedo hablar de las intenciones de quien me acusa o de Netflix, pero el impacto en mí ha sido incalculable", prosigue Langella. "He perdido un papel emocionante, la posibilidad de obtener ingresos en el futuro y quizá me enfrente a una temporada de desempleo. Netflix me despidió después dre tres meses de trabajo, cuando solo quedaban tres semanas de rodaje, y aún no he recibido una remuneración completa por ellas. Y lo que es más importante, mi reputación se ha visto empañada”.

El actor concluye la carta volviendo a ese “me han cancelado” para arremeter contra el clima cultural actual. “La cultura de la cancelación es la antítesis de la democracia. Inhibe la conversación y el debate. Limita nuestra capacidad para escuchar, mediar e intercambiar puntos de vista opuestos. Esto no es justo. No lo es. No es americano”.

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