Las verdades y las mentiras de '¿Quién es Anna?', el nuevo bombazo de Netflix

  • Aunque la serie de Shonda Rhimes narra la historia verídica de Anna Sorokin, la showrunner también ha introducido algunos elementos que no ocurrieron en la vida real. 
'¿Quién es Anna?'
'¿Quién es Anna?'
Cinemanía
'¿Quién es Anna?'
Julia Garner fascina en la piel de Anna Delvey, la supuesta heredera alemana que engañó a la alta sociedad neoyorquina. '¿Quién es Anna?', la nueva apuesta de Shonda Rhimes para Netflix.

Shonda Rhimes es sinónimo de éxito televisivo. La showrunner estadounidense continúa triunfando después más de dos décadas de trabajos en la pequeña pantalla, donde ha prosperado con producciones como Anatomía de Grey y Scandal. Ahora, ¿Quién es Anna? continúa el gran legado de la norteamericana a través de una historia real que está conquistando al público en Netflix. 

La vida de la estafadora Anna Sorokin impactaba a la sociedad de Estados Unidos, cuando sus timos eran descubiertos en 2017. La serie recoge los acontecimientos más relevantes en su trayectoria delictiva, pero también ficciona algunos que nunca sucedieron. Porque como reza el comienzo de cada episodio: "Toda esta historia es completamente cierta. Excepto por las partes que están completamente inventadas".

Las verdades más sorprendentes detrás de la serie 

Al igual que viéramos en ¿Quién es Anna?, Sorokin también engañó a la alta sociedad neoyorquina con sus estafas, así como a los hoteles y los bancos, y su historia fue recogida por la periodista Jessica Pressler (Vivian Kent, en la serie), cuyo artículo inspiraba a Rhimes. Nadie sospechaba nada de ella debido a su identidad falsa como Anna Delvey. Sin embargo, algunas de las tramas más locas han sido cuestionadas por la posible falta de verosimilitud. Si bien, la realidad supera muchas veces a la ficción 

De igual forma, Sorokin también conoció a Billy McFarland, uno de los organizadores del Fyre Festival. Recordemos que este evento musical de lujo fue un gran fraude, destapado cuando los asistentes se trasladaban a la isla caribeña en el que iba a tener lugar. Allí eran testigos de la falta de seguridad, personal, comida, alojamientos y la cancelación de los artistas. Una trama que ya estrenaba su propio documental en Netflix en 2019. 

Los caminos de McFarland y Sorokin se cruzaban debido a un negocio fraudulento llamado Magnises, una especie de suscripción deluxe que proporcionaba entre sus características el uso de una casa en el centro de Manhattan. Antes de que ambos fueran detenidos, Sorokin se alojaba allí durante meses en este emplazamiento, pese a que tan solo tenía permiso para quedarse unos días. Dios los crea y ellos se juntan. 

No sería el único estafador presente en su incursión criminal, Martin Shkreli también ha aparecido entre los personajes de la ficción. El farmacéutico juzgado por sus actividades ilegales cenaba realmente con Sorokin. Una serie de encuentros confirmados también por Rachel Williams- la que fuera amiga de Sorokin y clave en su detención- en su libro My Friend Anna. La secuencia musical entre ambos escuchando a Lil Wayne también se producía realmente. 

Con este historial, no era muy difícil adivinar el destino final de Sorokin, quien finalmente era cazada por las autoridades. Otro de los momentos más cómicos, que parecen sacados de la ficción, es su negativa de acudir a la Corte mal vestida. Esto sucedía en varias ocasiones, hasta que Sorokin se calzaba un diseño de Anastasia Nicole Walker. De hecho, gran parte de los trajes de la serie son aquellos que ella misma visitó en su momento. 

Estafas deluxe: las mentiras de la serie

Respecto a los acontecimientos inventados por Rhimes para la ficción, encontramos algunos tan destacables como la relación entre el grupo de amigas conformado por Rachel Williams, Kacy Duke, Neffatari (Neff) Davis y Anna Sorokin. La pandilla no era tan cercana como se nos muestra, aunque algunos capítulos como el viaje de Sorokin y Williams a Marruecos sí sucedieron, donde la editora de fotografía de Vanity Fair pagaba las deudas de ambas. 

Williams vendía estos años los derechos de su obra a HBO, pero se ha mostrado disconforme durante todo este tiempo con la plasmación presuntamente irreal de la serie de Netflix. Mostrada como alguien tóxica y antipática, esta denunciaba públicamente en los juzgados a Sorokin, por lo que ha visto muy injusto cómo ha salido parada en ¿Quién es Anna?

Otros elementos diferentes serían la revista Manhattan, que en realidad era el New York. De hecho, la serie ha contado con la visión de Adam Moss, quien fuera editor de la publicación en el pasado. Pese a lo cual, la historia de la periodista Jessica Pressler es bastante realista, así como la de las estafas de Sorokin, quitando algunas ficcionadas como sus viajes en yate junto a su novio y los miles de euros acumulados en Bergdorf Goodman. De hecho, esta creaba la Fundación Anna Delvey después de estar con él, y no antes como vemos en la serie. Los claros y oscuros de una producción, que ha llegado para conquistar al público. 

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