'La Ruta': Qué es verdad y qué es mentira en la serie sobre la Ruta del Bakalao

Analizamos junto a sus creadores, Roberto Martín Maiztegui y Borja Soler, qué hay en su serie de realidad y ficción
La Ruta
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El proceso de documentación detrás de la serie La ruta es fascinante. Al menos, eso es lo que se siente al hablar con sus creadores, Roberto Martín Maiztegui y Borja Soler. Por teléfono, los dos cineastas relatan el viaje que ha supuesto adentrarse en esta curiosísima explosión de fiesta, música y excesos que inundó durante décadas la costa valenciana. Antes de empezar, citan tres elementos clave en su bibliografía. 

En éxtasis, un ensayo del periodista y profesor Joan M. Oleaque, el primer libro en tratar el fenómeno social y cultural de la ruta desde el compromiso académico. El propio Oleaque ha trabajado como documentalista para la serie, siendo la principal conexión de esta con su rigor histórico. Junto a este, otro texto indispensable ha sido Bacalao, de Luis Costa, otro libro que analiza de forma exhaustiva el panorama musical de la época. Y por último, Valencia Destroy, el podcast de Eugenio Viñas sobre la ruta y sus complejidades.

Tráiler de 'La ruta'

Además, en este viaje al pasado, sus creadores han contactado con numerosos de los protagonistas de aquellos días, que han aportado testimonios, anécdotas y colores a su trabajo. Otro gran aliado en su trabajo fue YouTube y las numerosas sesiones de la época colgadas en esta web. Los comentarios que acompañan a estos vídeos, aseguran Borja y Roberto, pertenecen a gente de más de cincuenta años que se muestra emocionada al recordar lo que vivió. 

“Ten en cuenta –comenta Borja– que lo que pasó en Valencia es único. Un movimiento de vanguardia fuera de ciudades grandes como Barcelona o Madrid. De pronto, gente que vivía en pueblos, gente de La Albufera y alrededores, podía escuchar música que no pertenecía a la radiofórmula. La gente se desplazaba en coche a estos templos fuera de la ciudad, ¡o incluso iba a pie!”.

Ambos están de acuerdo en la imposibilidad de crear un relato objetivo, pues el legado de la ruta ha ido cambiando a medida que se ha ido contando. Decidieron incluir cosas que podrían haber pasado, que eran coherentes con lo que habían aprendido, sin fijarse en detalles. Esto los ha llevado a presenciar algún conflicto o alguna discusión en redes. 

“Lo que pasa con la ruta –explica de nuevo Borja– es que tiene varias etapas. Yo diría tres, pero hay dos muy claras. Los primeros años movida valenciana, antes de que la música tecno arrasara con todo, son los 80. Los que vivieron esta época consideran que a partir del año 90 todo se va a la mierda y que no tiene nada que ver con lo que hicieron ellos. Tienen algo de pioneros, de vieja guardia. Y luego, de la gente que vivió de los noventa en adelante, muchos desconocen la fiesta que se vivió antes. He dejado de hacerlo, pero a veces entraba en páginas de Facebook y los comentarios mostraban ese choque entre ambas etapas. Nos han llegado a decir que si no lo has vivido no lo puedes contar”.

Sin más dilación, sometemos a un exhaustivo fact check a las historias más alocadas de la serie de Atresplayer:

La droga y sus porcentajes

Imagen de 'La Ruta'
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“20 por ciento van de coca, 10 speed, 5 dexedrina, anfetas de las de antes. Y 60 por ciento, van de éxtasis”. En el tercer episodio de la serie, Toni (Claudia Salas) le ofrece a Marc (Alex Monner) su análisis sobre lo que la gente de la discoteca se ha metido, para que sepa lo que pinchar. “Vale, entonces doy caña”, le responde él desde el baño. 

Esta escena está basada en el testimonio de Fran Lenaers, uno de los DJ más emblemáticos de la ruta, que confesó a los creadores de la serie haber utilizado esta misma táctica para elegir los temas con los que animaría la noche, o incluso el color de las luces de la sala. Enviaba a un socio a analizar las drogas que habían triunfado esa noche. Según su análisis, la música cambiaba.

El circo de la Ruta Destroy

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¿De verdad apareció un elefante en medio de una fiesta? Aquí tienes todo lo que debes saber sobre los animales y la ruta del bakalao.

Chusín, el lanzador olímpico asturiano

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En el segundo episodio de la serie, un grupo de asturianos acude a Valencia para desfasar y lo que surja. Entre ellos se encuentra Chusín (interpretado por Gonzalo Caps), un lanzador olímpico que se hace amigo de Toni y disfruta con ella de momentos de honestidad y euforia. Por desgracia, este divertidísimo deportista nunca existió. 

Es obra de la guionista Clara Botas, asturiana, que dibuja una de las tramas más memorables de lo que llevamos de serie, que sirve a su vez para hablar de todos aquellos jóvenes españoles que acudían desde fuera de Valencia para disfrutar de sus discotecas.

Si bien Chusín es fruto de la imaginación de su guionista, en los 80 sí hubo mucho famoso y celebrity que acudió a la ruta del bacalao. Almodóvar, Alaska, Miguel Bosé -la movida madrileña, hermana de la valenciana- y muchos más han actuado o trasnochado en sus bares. 

Antonio Banderas llegó, según se cuenta, a vivir de manera muy intensa la noche en Spook. Francis Montesinos, diseñador de vestuario, tenía su propia barra en esa discoteca, conocida comúnmente como “barra Montesinos”.

El Padre Castillejo

Telegrafía rápida
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CINEMANÍA

El tercer capítulo de La ruta presenta al padre Enric (Nao Albet). Un cura bastante atípico, pues es un auténtico fanático de la música tecno, que incluso se prepara para dar sus sermones entrando en trance con su walkman. 

Enric nunca existió, pero entre los comentarios de los vídeos de YouTube que los creadores de la serie emplearon para documentarse, encontraron el de un cura que recordaba con nostalgia sus días de fiesta antes de ponerse el hábito.

Por otro lado, siguiendo con la conexión religioso-festiva, el ficticio padre Enric menciona al Padre Castillejo en ese mismo capítulo. Este fue un cura real, autor del libro Telegrafía rápida, la música eléctrica. En él, el cura hablaba de su trabajo recopilando sonidos a través de un artilugio de su invención, el aparato electrocompositor musical, creado 1933. 

Varias décadas antes del surgimiento de la música tecno en Estados Unidos, este cura ya aplicaba sus conocimientos sobre música electrónica para crear composiciones que le acercasen a Dios. Juan García Castillejo, cura valenciano, es considerado todo un pionero de la música electrónica.

Stone Roses

El capítulo tres presenta otra trama con una fuerte conexión con la realidad. Los Stone Roses son un grupo real que, aconsejados por otros grupos británicos de la época, decidieron tocar en la discoteca Barraca en el año 89. Fliparon con el ambiente y, como cuenta el episodio, el batería se perdió mientras salía de fiesta. 

No sabemos si hubo que ir a buscar al muchacho a Benidorm, como hace el personaje de Ricardo Gómez, pero su etílica presencia por esos lugares está bien documentada. Para curiosos, el propio Eugenio Viñas, mencionado anteriormente por su podcast sobre la ruta, cuenta en este hilo de Twitter cómo se desarrolló todo, e incluso cómo los Roses llegaron a jugar un partido de fútbol contra “barraqueros”.

En próximos episodios, asegura Roberto, la ruta seguirá mostrando la realidad histórica del fenómeno. “Por ejemplo, en los inicios del fenómeno, la ruta sirvió para cobijar a muchos miembros del colectivo LGBTQ+ y eso lo vamos a mostrar. Hay muchísimos guiños que van a sorprender al espectador, como una pintada que dice “quiero morir en los váteres de spook” y es absolutamente real”. Estaremos atentos.

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