¿Fueron Nacho Vidal y Toni Ribas enemigos? La historia real del antagonista de 'Nacho' que protagonizó la 'Gladiator' porno

En la serie son enemigos; en la vida real, Nacho Vidal y el pornostar catalán hicieron realidad sus sueños juntos.
Toni Ribas
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Instagram @realtoniribas
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“Tienes todo lo que hay que tener. Tienes la mirada, la sonrisa y la polla más grande que he visto en los últimos tiempos”. Son las palabras que el personaje inspirado en José María Ponce, considerado el padre de la industria del porno español, le dirige a Nacho Vidal en el tercer capítulo de la serie biopic de Bambú Producciones inspirada en el imparable ascenso al estrellato del pornostar catalán.

Entre otras cosas, Nacho recrea la supuesta enemistad entre Vidal y el también actor porno Toni Ribas, su antagonista en la ficción donde se le ha renombrado Toni Roca (interpretado por Andrés Velencoso). No en vano, Ponce aparece comentando a ambos que está buscando protagonista para su siguiente película triple equis y pretende darle ese papel al que “más tiempo aguante con la polla dura delante de la cámara”.

Según Ribas, que también llegó a ser una estrella del cine porno mundial, aquello nunca sucedió. "Han creado un antagonista para darle vida a la serie", comenta a nuestra revista. “[Nacho y yo] Nos conocimos en un rodaje, donde también conocí a Sophie Evans, y conectamos desde el primer momento. Fuimos muy amigos y, durante muchos años, hemos vivido juntos muchas batallas, aventuras y sueños que se realizaron”.

Andrés Velencoso como Toni Ribas en 'Nacho'
Andrés Velencoso como Toni Ribas en 'Nacho'
Cinemanía

La curiosidad lo llevó a Bagdad

El de Sant Boi de Llobregat llegó a la profesión por casualidad en la primavera de 1994. A los 18 años, pasaba el tiempo vendiendo calculadoras de día y estudiando 3º de BUP en el instituto y saliendo de fiesta de noche. Un día se fijó en un anuncio en el periódico que buscaba actores para una producción porno y, por mera curiosidad, se presentó en la oficina de la productora. Allí le dijeron que había llegado tarde, pero que aun así apuntarían su nombre en la lista de espera por lo que pudiera pasar.

Varias semanas después, de forma inesperada, Ribas recibió una llamada “a las ocho de la mañana de un domingo y después de una noche de juerga”. Era aquella productora, que quería verlo para que finalmente protagonizara aquella película de bajo presupuesto —Venganza sexual (1994), de José María Ponce—, ya que el actor que le había ganado el puesto había sufrido un accidente de moto. Pese al sueño y la resaca, Ribas regresó a aquella oficina dispuesto a acometer el rodaje, del que salió airoso.

Toni Ribas
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Desde entonces, nunca le faltó trabajo en la industria. Su consagración profesional llegó con Club privado (1995), considerada la primera cinta con producción profesional de la historia del cine porno español hecha en vídeo. Aquella película de Ponce, que se estrenó en televisión en la cadena de pago Canal Plus, sirvió para que el director francés Alain Payet fichara al barcelonés para las producciones de la multinacional Private.

Un estilo especial

Ya a finales de los noventa, Ribas dio el salto al mercado internacional. En esa misma época, se casó en Cataluña con Sophie Evans, otra estrella del cine para adultos con la que durante una temporada, dos veces por noche seis días a la semana, hizo el amor sobre el escenario de la sala Bagdad, donde reafirmó su vocación. También rodaron escenas juntos. Aunque el afán posesivo de ambos llevó a que en un principio optaran por no trabajar con nadie más.

“Nos ofrecían rodar con otros actores, pero aguantábamos por amor”, confesó ella. “Y también por celos. No es agradable ver a la persona que quieres disfrutando con otro. Después nos dimos cuenta de que éramos jóvenes y estábamos perdiendo dinero. Y volvimos a trabajar con otros actores, pero con preservativo. Y nos pagaban menos. Total, que volvimos a hacerlo sin condón. Aquello resucitó nuestra carrera”.

Toni Ribas
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La entrada en el nuevo milenio los vería convertirse en los Angelina Jolie y Brad Pitt del porno. “Toni y yo inventamos un estilo especial”, opinaba la actriz húngara. “Durante la penetración cambiábamos de posición sin separarnos; estábamos como fundidos. Nos copiaban. Y después de haber hecho tantos espectáculos en vivo, rodar la escena de una peli erótica es un juego de niños”.

Por su parte, Ribas viviría uno de sus grandes momentos de gloria como actor el día que le ofrecieron protagonizar la versión porno de la cinta épica Gladiator, titulada The Private Gladiator (2002), donde daba vida a Máximo (un general romano encarnado en la versión de Ridley Scott por el oscarizado Russell Crowe). En palabras del propio actor, este filme de Antonio Adamo supuso su “reconocimiento absoluto a nivel mundial”.

El fruto del porno

Tras un par de años rodando en el californiano valle de San Fernando, ubicado a espaldas de Hollywood, la pareja pasó a colocarse detrás de la cámara, como hacen muchos otros actores de la industria. 

Toni, que aprendió los aspectos técnicos de la elaboración de una película en Idep Barcelona, dirigiendo; ella, encargándose de la producción y los castings. Pero en 2005, en plena crisis de la industria por el cambio de hábitos de consumo y la difusión masiva en Internet, el amor se les rompió de tanto usarlo y terminaron divorciándose.

Después de participar en 200 películas, Evans pasaría a centrarse en su faceta de estrella de los espectáculos de sexo en vivo en la Bagdad. Su ex, sin embargo, seguiría triunfando en el mundo del porno con su productora Hot Frames, en la que lo dio todo actuando, dirigiendo y produciendo.

Toni Ribas
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Corría ya el año 2012 cuando Ribas se mudó a California. Allí se casó con la actriz porno Asa Akira, a la que había conocido mientras rodaban juntos un trío. Después de divorciarse de esta, contrajo matrimonio con la también actriz Kayla Kayden, con quien tiene un hijo de tres años y actualmente reside en Las Vegas.

“He crecido como persona en este trabajo, y le estoy y le estaré agradecido siempre”, apostilla Ribas, que a sus 47 años se dedica principalmente a ejercer de director para la productora Brazzers, “en exclusiva”, y al mismo tiempo opera con ellos la web de porno Squirted. “Aunque ya no actúe, sigo disfrutando haciendo de director. Rodar escenas de sexo puede ser mágico muchas veces”.

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