'La casa del dragón' episodio 3: mucha política y pequeñas dosis de guerra en Poniente

Un nuevo heredero, inesperadas propuestas de matrimonio y una explosiva guerra en un capítulo que avanza tres años en el tiempo, pero se estanca en su desarrollo.
La casa del dragón
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Cinemanía
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[Este artículo contiene SPOILERS de 'LA CASA DEL DRAGÓN' 1x03]

Después de un segundo episodio que fue incluso más visto que el primero, de la confirmación de su segunda temporada y del reciente anuncio del abandono de uno de sus creadores, Miguel Sapochnik, La casa del dragón, el ya famosísimo spin-off de Juego de tronos, llega con su tercer capítulo: “El segundo con su nombre”.

La trama avanza tres años desde los últimos acontecimientos que conocimos. Viserys (Paddy Considine) y Alicent (Emily Carey) ya son padres de un niño, Aegon II Targaryen (el segundo con su nombre), Daemon (Matt Smith) y Corlys (Steve Toussaint) siguen en el frente en la guerra de Peldaños de Piedra (Stepstones) y Rhaenyra (Milly Alcock) se siente aún más sola y aislada que antes, si cabe.

Un capítulo que se sucede lento y en el que abunda el diálogo exceptuando las secuencias de apertura y cierre, donde la acción y el fuego brotan sin mesura. ¿Qué te ha parecido el tercer capítulo de La casa del dragón? ¿Te ha entretenido, o no acaba de despegar? Aquí nuestro análisis con SPOILERS.

El peso de la Corona

Si Viserys Targaryen pensaba que nombrar un heredero y tomar a una nueva esposa iba a acabar con todos sus problemas, estaba muy equivocado. Tres años pasan desde que eligiese a su hija Rahenyra como futura reina pero la gran parte de su pueblo sigue sin aceptarlo, y más desde el nacimiento de su primer hijo varón, Aegon. Además, todos en Poniente tienen una opinión al respecto que comentar al monarca. Qué raro.

Viserys I con su hijo Aegon II en 'La casa del dragón'
Viserys I con su hijo Aegon II en 'La casa del dragón'
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Este tercer episodio nos muestra al Viserys más turbado, más vulnerable. El rey pierde nervios a la misma velocidad que dedos y cada vez siente más el precio del Trono de hierro, que le obliga a decidir entre la tradición y el amor por su hija. Es verdad que siempre deseó un hijo como descendiente y heredero, pero parece que de momento quiere cumplir la palabra que le dio a la princesa tres años atrás.

Paddy Considine llena cada vez más de matices este complejo personaje y nos regala una interpretación que roza la locura, la ebriedad o la ira dentro de un mar de emociones que bien podrían valerle una nominación al Emmy. Todo ello en el marco de una bellísima y cuidada dirección de fotografía con la que la serie nos está sorprendiendo capítulo tras capítulo.

Rhaenyra, en el punto de mira

La verdad es que en La casa del dragón nadie lo está pasando muy bien. Rhaenyra sufre al mismo nivel que su padre al haber perdido a su madre, su mejor amiga y su adorado tío de golpe, además de la poca cercanía que tenía con su progenitor. Para más inri, ve amenazado su futuro reinado con el nacimiento de su hermanastro.

Rhaenyra en 'La casa del dragón'
Rhaenyra en 'La casa del dragón'
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Además, parece que ahora es ella la que tiene que casarse, algo que la princesa no lleva tan bien como su padre. Cualquiera podría ser su futuro marido, como por ejemplo Jason Lannister (Jefferson Hall), quien aparece por primera vez en escena y demuestra que nada tiene de diferente a los futuros descendientes de su casa: egocéntrico, seductor y audaz, intentará hacerse con el favor de la joven heredera.

Pero no es el único. Toda la corte quiere ver a la princesa junto a un marido, y hay varios posibles candidatos: Laenor (Theo Nate), el hijo de Corlys Velaryon, en un nuevo intento de unir a las familias de sangre valyria, o incluso el jovencísimo Aegon Targaryen, como se atreve a sugerir Otto Hightower (Rhys Ifans), quien parece que no pretende alejar a su dinastía del trono.

Rhaenyra teme que el pueblo nunca la acepte como reina y que su hermanastro la reemplace con efecto inmediato, ya que su padre siempre lo quiso así. Rebelde e intransigente, muestra en repetidas ocasiones sus preocupaciones que, sumadas a las de su padre, hacen que el episodio avance lento y redundante en torno a los mismos temas políticos una y otra vez.

El príncipe díscolo

Si alguien podía meterle algo de “marcha” a este capítulo, ese solo podía ser Daemon. El príncipe apenas pronuncia palabra en todo el episodio, pero no le hace falta: una impresionante secuencia de apertura del capítulo a lomos de su dragón Caraxes y un final en el que está dispuesto a sacrificar su vida con tal de no aceptar la ayuda de su hermano son más que suficientes.

Daemon Targaryen en 'La casa del dragón'
Daemon Targaryen en 'La casa del dragón'
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Admitámoslo. Daemon ya es ese personaje al que amamos y detestamos al mismo tiempo. Díscolo hasta el final, violento y sin escrúpulos, pero también un gran guerrero que solo quiere mostrar al reino y a su familia su valor.

Gracias a él, la ficción ofrece un final de capítulo memorable, que ayuda a recomponer el estancamiento en su desarrollo. Parece que la guerra en Peldaños de piedra ha acabado, pero habrá que esperar a ver qué deciden hacer el príncipe Targaryen y la Serpiente Marina. ¿Volverán a casa? ¿Seguirán tomándose la justicia por su mano?

Un capítulo de transición que esperamos solo sea la antesala de algo más movidito que aún está por venir. ¿Quizá en el capítulo 4? Con todo, La casa del dragón sabe captar nuestro interés con imágenes, interpretaciones y diálogos memorables que ya forman parte de nuestra memoria. 

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