'Juego de tronos' 8x06: La indiferencia ante un final digno

La aceleración de los acontecimientos, la falta de desarrollo de la trama y las constantes polémicas han enturbiado el cierre de uno de los hitos seriéfilos de las últimas décadas.
'Juego de tronos' 8x06: La indiferencia ante un final digno
'Juego de tronos' 8x06: La indiferencia ante un final digno
'Juego de tronos' 8x06: La indiferencia ante un final digno

[Esta noticia contiene spoilers del final de Juego de tronos]

El temor ante las incongruencias y la temeridad al seleccionar las peores opciones posibles parecían advertir el cénit del caos. Sin embargo, la dignidad se ha impuesto al desconcierto final y ha conseguido concluir las tramas de los personajes con maestría. No sin ciertas irregularidades, pero evitando la espiral de desorden en la que se sumían los primeros capítulos de la temporada 8. Pese a todo, el  último capítulo amenaza con la indiferencia a su paso, causada por la pérdida del golpe de efecto que caracterizaba a Juego de tronos.

Aquel niño desgarbado y tullido: la llave de Poniente

Nunca imaginamos  que Bran conseguiría alcanzar el venerado Gobierno. Pero no podría importarnos menos. Una ceguera provoca por nuestros personajes favoritos, pese a que las pistas caían por su propio peso. Un joven con el poder de conocer todo lo que ha sucedido, sucede y sucederá. Quién mejor que él para saber lo que es beneficioso para el Reino.  

Todas las quinielas apuntaban hacia la coronación de Sansa, Tyrion, Jon, Daenerys o Arya, pero muy pocos señalaban al heredero (tras la muerte de Robb) de los Stark. Un evento que sorprende y disgusta, a partes iguales. Y es que el personaje hasta desaparecía de la serie durante varios episodios, pese a su incidencia relevante en la historia de George R.R. Martin.

Aceleración de los acontecimientos

"Cuando juegas al juego de tronos, o ganas o mueres". Cersei acertaba una vez más, vaticinando el asesinato de la nueva tirana: Daenerys Targaryen. Un personaje que se quedaba a un paso de alcanzar el Trono de Hierro. Un evento atropellado por las prisas, que podría haber supuesto un verdadero clímax para los seguidores de la serie. 

HBO se situaba en una posición engorrosa esta temporada, recibiendo críticas por doquier. Una problemática nacida tras la aparición de agujeros de guion y gazapos, fruto de la premura por concluir la ficción. Un estupor ante una serie que siempre había medido al milímetro sus tramas. La presión era recibida de esta manera por los showrunners Daniel Benioff y D.B. Weiss, quienes ahora responden ante los numerosos interrogantes del desenlace. Un capítulo donde las tramas concluyen, pero dejan una apertura hacia nuevas historias que contar en un futuro próximo. 

La oscuridad se cernía demasiado rápido sobre Daenerys. Unas tinieblas que disgustaban  al fandom tras el episodio 8x03 y que, en tan solo unos cuantos episodios, alcanzaban de lleno a la Targaryen. Envuelta en las sombras, la fotografía del desenlace nos regalaba momentos épicos bajo la firma del cineasta Miguel Sapochnik. El estadounidense ya realizaba otros episodios esta misma temporada, donde dejaba ver su enorme influencia por universos como El señor de los anillos. Un mundo creado por J.R. R. Tolkien, que también inspiraba al autor de la saga Canción de Fuego y Hielo. Las prisas al menos no penalizaban a la factura visual.  

Denerys, incipiente dictadora

El 8x06 supone también una crítica hacia el nazismo y los sistemas dictatoriales. Una tiranía ejercida por Daenerys, quien se creía valedora de la búsqueda de la libertad a través del asesinato de inocentes.  Y es que Juego de tronos no solo ha servido como un mero contenedor de sexo y violencia, sino que también ha abordado conceptos tan complejos como la democracia, la oligarquía o la monarquía. La serie abordaba veladamente los mayores errores históricos de la humanidad. 

La historia de la Targaryen suponía una de las tramas más enriquecedoras, y la más desaprovechada, al perderse entre enredos amorosos con Jon Nieve. Esto se suma a la tardanza en su llegada a Poniente, demasiado dilatada en el tiempo para morir a la primera de cambio. Un final improcedente para una historia con potencial. ¿Lo único bueno de esta resolución? Jon encaminando al Pueblo Libre, la sociedad sin ataduras que contradecía el mando impuesto por Daenerys. Una crítica directa a la Corona, que siempre cae en los mismos vicios y corrupciones

Girl power: las chicas Stark

El Norte abordaba las peripecias de una familia que sufría temporada tras temporada castigos inimaginables. Un ciclo que traía de vuelta a los supervivientes de la Casa Stark a su hogar y arrancaba los aplausos con la coronación de Sansa Stark como  'The Queen in the North', la nueva Guardiana del Norte, un reino independiente del resto. Un broche de oro para un personaje redondo, que superaba el odio que suscitaba inicialmente a golpe de inteligencia y tesón. Aunque no sea recordada como la monarca de los Siete Reinos, siempre se mantendrá presente entre los personajes favoritos de Juego de tronos. Un huracán de lucha femenina.

Por su parte, Arya sufría un desenlace poco propio para un Mujer Sin Rostro. Tras la apoteosis de su personaje con el asesinato Rey de la Noche y su ejército, esta dejaba atrás su lista, su venganza y se embarcaba en un nuevo viaje. Un destino que nos mostraba el empoderamiento para tomar las riendas de su vida, pero que no terminaba de explotar.  

La fuerza del amor

"Lo que hay que hacer por amor", destacaba ya un vil Jaime empujando a Bran por una ventana. El inicio de todo. Y del Rey Bran, el Tullido. El último episodio nos trasladaba a las catacumbas donde Cersei y Jamie yacían muertos. Una venganza cruel, que reflejaba la debilidad de unos personajes incapaces de ofrecer todo su amor, en pos de sus aspiraciones políticas. Un amor que también sería un destino final para Daenerys.

La Targaryen también moría a manos de su gran amor, después de que la Sangre y el Fuego de los Targaryen quedarán más que demostrados. Una secuencia trágica tras la quema (aplaudida) del trono, que demostraba la problemática de la ambición de los personajes. Entre el deber y el amor, los personajes pagaban así sus penas. El Trono de Hierro quedaba maldito. Una destrucción que permitía avanzar a los personajes, pero que nos dejaba un sentimiento agridulce, ante una temporada irregular que sabe a un final desaprovechado. 

Valar Dohaeris, Hijos de los Primeros Hombres.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento