'Invencible' es la serie de superhéroes que deberías estar viendo ahora mismo

La verdadera revolución superheroica en pantalla es animada y viste de amarillo y azul. 
'Invencible'
'Invencible'
'Invencible'

[ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS DE INVENCIBLE]

Mi primer amor superheroico fue la serie noventera de los X-Men, con esas apasionantes misiones animadas de un variado grupo de inadaptados con poderes extraordinarios. Cuando Bryan Singer llevo a mis queridos 'mutis' a gran pantalla, fui la primera en la cola del cine. A mis 9 años, no diría que la experiencia fue una decepción, pero recuerdo sentir que faltaba algo.

Faltaba algo en ese Lobezno de carne y hueso, mucho menos rudo y hortera de lo que lo recordaba; o en ese Cíclope demasiado atontado por Jean Grey; y en esa Pícara, mi personaje favorito en la serie animada, que aquí se había convertido en una especie de Júbilo relegada a un segundo plano. Por no hablar de Tormenta... ¿Y dónde demonios estaba Gambito?

Dos décadas, miles de vueltas de tuerca al género y un universo cinematográfico de Marvel después, sigo siendo una fanática de la ficción de capas y mallas, pero hasta yo reconozco que la cantidad desorbitada de oferta superheroica que recibimos ahora, también en televisión, es apabullante. Y, desafortunadamente, un género que siempre ha compensado su falta de reconocimiento en pantalla con originalidad y valentía, se esté volviendo cada vez más predecible.

The Umbrella Academy y sus disfuncionalidades familiares, The Boys y su desenfreno absoluto o Bruja Escarlata y Visión, deliciosa sitcom rompe esquemas, son joyas que se cuelan en un catálogo repleto de apuestas vagas y repetitivas como Falcon y el Soldado de Invierno o la reciente Jupiter's Legacy, aquejada de snyderitis aguda en su búsqueda constante de intensidad.

Y, entre esos diamantes, el que más brilla ahora mismo en las plataformas recupera el formato animado que a tantos y tantos nos ha adentrado en este universo de viñetas para rediseñar un género cada vez más constreñido. Hablamos de Invencible, la serie basada en los tebeos de Robert Kirkman para Image Comics que deberías estar viendo.

De padres e hijos

Invencible no tiene una premisa especialmente innovadora. El hombre más poderoso (y bigotudo) de la Tierra, Omni-Man (con voz atronadora de J.K. Simmons), perteneciente a la raza viltrumita y colaborador ocasional de los Guardianes de la Tierra, se dispone a entrenar a su hijo adolescente, Mark Grayson, alias Invencible, que a sus 17 años acaba de adquirir superpoderes. 

Tampoco el universo que plantea Kirkman es nada que no hayamos visto ya: una Tierra repleta de héroes protectores con los típicos poderes (superfuerza, vuelo, duplicación, rapidez) que hacen frente a amenazas internas (matones con habilidades) y externas (las razas alienígenas y sus ansias de conquista). Sin embargo, Invencible cambia las reglas del juego en lo que a la ficción de capas y mallas se refiere. 

No tiene tanto que ver con lo rompedor de la historia como con un tono que equilibra con pulso de cirujano la comedia tontorrona adolescente con la violencia más explícita. Los primeros amores y la inconsciencia juvenil se dan de bruces con las peleas pringadas de sangre en las que sobrevuelan cabezas decapitadas y vísceras recién 'extirpadas'. 

Omni-Man e Invencible
Omni-Man e Invencible

A su vez, la ternura de su protagonista, Mark (con voz de Steven Yeun), una especie de Peter Parker atolondrado y constantemente vapuleado en batalla, encuentra el perfecto contrasta en la dureza e imprevisibilidad de su padre, Omni-Man, que ya desde el final del primer episodio se descubre como el gran villano de esta función al masacrar a los Guardianes de la Tierra en un inesperado giro de guion.

Entre ellos, tenemos un amplio abanico de secundarios robaescenas que fortalece la diversidad racial en la ficción: desde Amber (Zazie Beetz), esa novia solidaria y cañera que sabe que eres héroe antes de que se lo confieses; hasta Monster Girl (Grey Griffin), una veinteañera condenada a la niñez por culpa de la 'Hulka' que lleva dentro; pasando por Cecil (Walton Goggins), las cloacas del Estado en tiempos de héroes, o Damien Darkblood (Clancy Brown), el demonio que todo lo deduce provocando bocanadas de aire helado a su paso.

A su apoteósico reparto de actores de voz (también Sandra Oh, Zachary Quinto, Jon Hamm, el productor Seth Rogen, Mark Hamill como sastre) se suma la impecable factura visual de la serie. Kirkman, también creador de The Walking Dead, consigue trasladas a la pantalla el ritmo irrefrenable y la potente impronta visual de sus viñetas, recordándonos que la animación es la transición natural del cómic al audiovisual.

Prestando especial cuidado a los detalles, como esas gotas de sangre que salpican un escenario, una animación totalmente alejada del hiperrealismo nos traslada a ese mundo inventado de tebeo donde todo vale, donde las catástrofes destellan en colores flúor y los aliens de trazo simple resultar igualmente repulsivos.

Masacres, traiciones y pasillos de instituto

La última escena de la primera temporada de Invencible, que ya ha sido renovada por una tercera y cuarta entrega, es posiblemente la que mejor recoge la esencia única de esta ficción: un extraterrestre pregunta a Mark qué va a hacer ahora, a la espera de un posible ataque de los Viltrumitas. 

Mientras Mark se lo piensa, asistimos a una sucesión de imágenes que recopilan todo el caos que ha ido generándose en nuestro planeta durante los ochos episodios de la serie: villanos inesperados, nuevas alianzas de poder, amenazas encubiertas... En pocos segundos, el protagonista responde: "Tendré que acabar el instituto".

Invencible y las desventajas de ser un héroe
Invencible y las desventajas de ser un héroe

Kirkman, además de radicalizar enfrentamientos paternofiliales (así sí, Jupiter's Legacy) y hacernos disfrutar de su universo superheroico sin censura alguna, ha colocado pacientemente todas las piezas del tablero en esta primera tanda de episodios. 

Desde esa cabecera que se va llenado de sangre a medida que la serie avanza, el creador se ha centrado en mostrar las pequeñas batallas (eso sí, son pura carnicería), con simples alusiones a la gran guerra que se avecina. Nos ha explicado su mundo y las extremas reglas de juego de este, entre robots que se clonan, demonios en busca de redención, viajes a Marte, charlas en el Everest y el uso bien medido del factor sorpresa a través de 'plot twists'.

La animación se ha convertido en el mejor lienzo sobre el que pintar una historia épica, una apuesta adulta con antagonistas llenos de matices y una cruda y sanguinaria realidad. Como ejemplo, esa escena en el capítulo 8 en la que Omni-Man trata de corromper a su hijo agarrándole de la nuca y obligándolo a chocarse contra un tren lleno de pasajeros que van siendo masacrados a su paso. Una de esas matanzas animadas que se te quedan en la retina, cargada de ese algo que a menudo se pierde en acción real. 

Invencible está disponible en Amazon Prime Video.

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