'How to with John Wilson' es lo mejor que ha pasado en 2020

En un año de pandemia y confinamientos, la mirada personal de John Wilson es la mejor invitación a recuperar las calles... cuando se pueda.
How to with John Wilson
How to with John Wilson
How to with John Wilson

En Sherman's March (1986), Ross McElwee decidía seguir los devastadores pasos del general Sherman por el sur de EE UU durante la Guerra de Secesión. El resultado es una brillante road movie documental en la que el cineasta asentó su particular voz fílmica, donde la observación desnuda de una realidad concreta se empapa de la subjetividad, reflexiones y dubitaciones de un autor que, en cierto momento, reconocía que si empezó a ir a todos lados con su cámara de 16mm fue porque era una buena forma de entablar conversaciones con chicas.

John Wilson, el neoyorquino detrás de la cámara en How to with John Wilson, también lleva años grabando su vida y alrededores, haciendo de ese mismo gesto un acto de socialización y relación con el entorno. Es una manera de mantener un registro de lo que experimenta y una forma de canalizar esa experiencia a través de su mirada inquieta y curiosa. Una suerte de videodiario inabarcable, con horas y horas de metraje diverso, que le sirven para observar el exterior y analizar su interior.

De esa ingente cantidad de material salen las seis entregas de How to with John Wilson, la serie estrenada en HBO donde este vecino de Queens reordena sus caminatas por Nueva York, viajes a otras ciudades y conversaciones esporádicas con las personas más variopintas hasta armar fascinantes piezas de observación humana que, con un delicioso sentido del humor, tierno y agudo, tienen el efecto inmediato de mejorar tu día y reconciliarte con el mundo. 100% garantizado.

En realidad, esta serie aupada por el gran Nathan Fielder (responsable de la cima del humor hiperrealista que es Nathan for You) como productor ejecutivo no es una propuesta muy distinta a la que Wilson ha estado practicando durante años en su canal de Vimeo. Enfrentado al enorme archivo del que dispone con la ciudad y sus gentes, revisa las imágenes y las reorganiza en un montaje ágil que va comentando con una narración centrada en una temática concreta como leve hilo conductor. 

En HBO ha tratado temas como el ecosistema económico-social de los andamios de Nueva York (episodio absolutamente top), la memoria colectiva y el efecto Mandela, charlar con extraños o cómo preparar el risotto perfecto; en Vimeo te explica cuestiones fundamentales como los mejores trucos para permanecer soltero o no dejar de fumar.

Una pareja despidiéndose en la estación de tren, un hombre tomando el sol, una lata de refresco tirada sobre el asfalto, gente haciendo poses ridículas para tomarse un selfie, el fuselaje de un avión ardiendo en la pista de aterrizaje... Los detalles más inapreciables pueden alcanzar multitud de significados a través del encuadre, el montaje y la voz que guía su recepción. No solo en eso recuerda a la infalible Lettre de Sibérie (1957), también en el buen humor e inteligencia que irradiaba Chris Marker en toda su filmografía, siempre al acecho de los trampantojos humanos y los aforismos visuales.

Wilson patea las mismas aceras de Nueva York que Jonas Mekas caminó y filmó durante décadas. Si la mirada jovial del gran padrino del cine experimental estadounidense destilaba una contagiosa joie de vivre a través de su Bolex, en este caso estamos ante un sentimiento más afín a la angustia contemporánea. Wilson duda, cuestiona y arropa su innegable lucidez bajo capas de timidez y humor autocrítico que invitan a la más absoluta empatía. 

Porque, y aquí la conexión con Nathan Fielder es tan evidente como con Ross McElwee, Wilson lo que anhela es el contacto con los demás, los semejantes y los diferentes. Gracias a sus vídeos entabla conversación con gente a la que entrevista, o simplemente conoce por el don de haber compartido espacio y tiempo en un determinado instante. Esas cosas que antes pasaban cuando ibas a sitios o salías a la calle.

En un año como 2020, marcado por la pandemia de Covid-19, los confinamientos domiciliarios y la tensión violenta en las calles, la experiencia de volver a vivir la ciudad con How to with John Wilson, (re)descubrir su paisaje y paisanaje, es el doble de emocionante. Por supuesto, el material de la serie fue grabado en 2019, justo antes del coronavirus que ha cambiado radicalmente la superficie de casi todo lo que muestra. 

Wilson filma Nueva York, que es su hogar, pero también se desplaza a otros lugares (como Nueva Orleans) y, ante todo, invita a (re)descubrir la ciudad propia, sus detalles encantadoramente absurdos y la asombrosa cotidianeidad de sus habitantes. De momento, con distancia y mascarilla. 

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