¡Por favor, que alguien parodie estas series de los 90!

Si algo demostró Dwayne Johnson con Baywatch: Los vigilantes de la playa fue que, si uno repasa el estado de las series de TV en los 90, se dará cuenta de que muchas de ellas piden a gritos una película que las devuelva a la actualidad... y las parodie sin compasión. Aquellos intentos de resultar políticamente correctos en una época de cambios sociales, aquellas temporadas de 24 capítulos, aquellos pelos y aquellos vestuarios, son ahora mismo carne de chiste, y Hollywood debería percatarse de ello.

¿No te lo crees? Pues échale un vistazo a esta selección… y recuerda que, a diferencia de Salvados por la campana o El príncipe de Bel-Air, estos shows no fueron ningún chiste cuando llegaron a antena.

¿Dónde está la gracia? Desde treintañeros que la conocieron de primera mano hasta veinteañeros (y dieciochoañeros) que llegaron a ella mediante reposiciones: esta obra maestra del gran Aaron Spelling (con su princesita Tori Spelling figurando en el reparto) ha quedado como el epítome del pijerío televisivo de los 90. Vale que la historia de los hermanos Walsh y su pandillita chupiguay se mostró pionera en narrar auténticos problemas de la adolescencia, pero su reparto lleno de sonrisas profidén (Luke Perry, Shannen Doherty, Jason Priestley...), sus looks en perpetua mutación (del denim y las toreras tardoochenteras al rollo grunge) y su condición de reliquia pop la ponen de lleno en nuestro punto de mira.

¿Dónde está la gracia? Ya que hemos hablado de Sensación de vivir (o de Beverly Hills 90210, para los puristas), es inevitable traer a colación ese spin-off con el que Spelling quiso atraer a espectadores algo más creciditos... y que acabó triunfando al dejarse de remilgos y convertirse en un culebrón de toda la vida. Con sus tramas descabelladas (la doble personalidad de Kimberly, para empezar), sus muertes y sus resurrecciones y esa Heather Locklear que empezó como estrella invitada y acabó de protagonista, Melrose Place ofrece más material aún que su serial madre para convertirse en una película paródica. Y eso es decir muchísimo.

¿Dónde está la gracia? Si el título de este show no te suena de nada, descuida: a nosotros nos pasaba lo mismo... hasta que alguien nos la describió como "la de los polis en bicicleta". Claro que, en su momento, también se la apodó como "Los vigilantes de la playa con ruedas". Dadas esas referencias, está claro lo que nos vamos a encontrar en ella: una premisa que no se le ocurre ni al que asó la manteca, desacomplejada exhibición de perniles y torsos masculinos y, además, una colección de cameos que la lees y te da un sofoco (el recientemente fallecido Adam West, Carmen Electra, una gran sucesión de estrellas de la lucha libre…). Vamos, que Phil Lord y Chris Miller ya tardan en comprar los derechos.

¿Dónde está la gracia? Reformulemos la pregunta: ¿ha habido, en toda la historia de la televisión, una protagonista femenina más cursi que la que da título a esta serie? Pues seguro que sí, pero ahora mismo somos incapaces de recordarla. Con sus gorritos de punto, su corrección política y su moralina, el personaje de Mayim Bialik se ganó los odios de infinidad de espectadores… que, sin embargo, acudían puntuales a las citas con ella y con su enrollada familia. A semejanza de La tribu de los Brady, una película de Blossom podría petarlo a partir del contraste entre la mentalidad nineties y la actual. Pero, por favor, que no nos quiten esa canción que el gran Dr. John compuso para los créditos iniciales.

¿Dónde está la gracia? Haz la prueba: échale un vistazo a un capítulo de esta serie, y notarás cómo tu masa muscular se triplica y tus niveles de testosterona revientan las analíticas. ¿A qué se debe tamaño prodigio? Pues a que hablamos del vehículo televisivo que el gran Chuck Norris protagonizó durante la friolera de 9 años, propinando escopetazos y karatazos a diestro y siniestro pese a haber cumplido ya los 50. Además de la oportunidad para citar un montón de Chuck Norris Facts a la menor ocasión, una versión jocosa para el cine también ayudaría a recordar que el concepto del show original partió de un tal Paul Haggis. Sí, el mismo Paul Haggis que ganó el Oscar con Crash...

¿Dónde está la gracia? No sólo fue la serie que dio a conocer a George Clooney. El show creado por Michael Crichton (Parque Jurásico) ambién fue el drama médico por excelencia de los 90 y de los primeros 'dosmiles', heredero natural de las Hospital general y Marcus Welby de antaño. ¿Qué haría falta para convertirla en una buena comedia de cine? Pues litros y litros de humor negro, capaces de bañar en risas crueles toda la intensidad del original, con esos médicos que se muestran igual de atacaos al usar el desfibrilador que al enrollarse entre ellos. Además, dado su natural cachondo, seguro que a George no le importa pasarse para un cameo.