'El silencio' análisis: un thriller inverosímil que no explota su potencial

Lo nuevo de Aitor Gabilondo, protagonizado por Arón Piper, parte de una premisa fuerte que se desmorona por el camino.
Arón Piper en 'El silencio'
Arón Piper en 'El silencio'
Cinemanía
Arón Piper en 'El silencio'

El guionista y director Aitor Gabilondo, conocido por crear series como Patria, La verdad, Allí abajo o El príncipe, llega a la plataforma de streaming Netflix con El silencio, una miniserie protagonizada por Arón Piper. Seis capítulos que cuentan la historia de Sergio Ciscar, un joven que es puesto en libertad 6 años después de haber asesinado a sus padres, tiempo durante el cual no ha dicho apenas una sola palabra.

Un thriller psicológico que también cuenta con actores como Almudena Amor, Aitor Luna o Manu Ríos y que, aunque comienza de una manera interesante, acaba perdiendo su tono, su fuerza y su verosimilitud, ya que muchas veces no resulta creíble por las disparatadas situaciones creadas o por el acting de sus protagonistas, además de derivar en demasiadas subtramas en las que no da tiempo a profundizar.

¿Has visto ya El silencio? ¿Qué te ha parecido? Te dejamos aquí nuestro análisis de la mini serie. CUIDADO, contiene SPOILERS.

El mutismo de Sergio Ciscar

Cuando empezamos a ver El silencio enseguida nos explican que Sergio Ciscar (Arón Piper) lleva seis años en un centro de menores tras haber asesinado a sus padres tirándoles por el balcón. Las preguntas se disparan al instante: ¿será verdad que lo hizo? ¿Será inocente? ¿Por qué no habla desde entonces? ¿Qué pasó realmente?

Arón Piper en 'El silencio'
Arón Piper en 'El silencio'
Cinemanía

Sin embargo, lo que al principio parecía un mutismo general y misterioso resulta ser una norma que El silencio se salta con facilidad. Más allá de una mudez selectiva, Sergio habla prácticamente todo el rato y con todos los que se encuentra una vez pone un pie fuera del centro de menores. Si hubiera permanecido en silencio, el suspense y la originalidad del thriller hubieran sido sin duda mayores.

El actor Arón Piper realiza un buen trabajo general al interpretar a este joven indescifrable y sombrío pese a que en ocasiones, especialmente en las escenas más violentas o dramáticas, su trabajo no resulta del todo creíble, lo mismo que le pasara con el personaje similar al que dio vida en ‘El desorden que dejas’, también de Netflix.

Un retrato de la obsesión

El silencio ahonda en el concepto de la obsesión, la cual domina a sus protagonistas. La psiquiatra Ana Dussuel (Almudena Amor) es encargada de estudiar junto a su equipo el comportamiento de Sergio tras salir del centro para valorar su reinserción en la sociedad, pero desde un principio no puede esconder la obsesión personal que tiene por su objeto de estudio. La misma obsesión que la joven Marta (Cristina Kovani) tiene por el chico al que envió cartas mientras estaba en prisión, o que el mismo Sergio tiene por encontrar a su hermana pequeña Noa.

Almudena Amor en 'El silencio'
Almudena Amor en 'El silencio'
Netflix

Aunque la serie intenta abordar esta tendencia a sentir atracción por personas que han cometido un crimen, también llamada hibristofilia, se queda a medio camino ya que se centra más en las tramas juveniles amorosas que nacen a partir de ella. Además, los personajes de Amor y Kovani cambian de opinión constantemente o realizan actos caprichosos que no tienen sentido y las actrices no ofrecen su mejor trabajo interpretativo, por lo que todo ello hace que muchas escenas no resulten creíbles, especialmente por cómo están escritos y dirigidos sus personajes. Por otro lado, Aria Bedmar, Mikel Losada, Manu Ríos y los ya veteranos Ramiro Blas y Aitor Luna completan el reparto y consiguen dotarle de mayor empaque y solidez.

Los diferentes giros y subtramas

Además de la obsesión y el silencio, la ficción también habla de las complicaciones que tiene un delincuente a la hora de su reinserción social y de cómo puede llegar a caer de esta manera en las peores manos, encarnadas en este caso en el personaje de Ramiro Blas, Natanael, educador externo de Sergio y líder de un grupo religioso que (sorpresa) resulta ser uno de los malos y se aprovecha de los jóvenes a los que acoge.

El silencio además indaga en la corrupción y en cómo el policía Cabrera (Aitor Luna) se reúne esporádicamente con un misterioso juez para intentar boicotear la investigación de Ana Dussuel y su equipo. Una poderosa farmacéutica está detrás de ello ya que la madre de Sergio hacía ensayos médicos con el joven para estudiar su agresividad, pero la serie no dedica tiempo a explicar esto en profundidad.

Cristina Kovani y Arón Piper en 'El silencio'
Cristina Kovani y Arón Piper en 'El silencio'
LANDER LARRAÑAGA/NETFLIX

Otra subtrama es la de Marta y la relación con su novio Eneko (Manu Ríos), al que un día quiere pero al siguiente cambia por Sergio y vuelta a empezar. Eneko no se queda corto con su paliza grupal a Sergio o la difusión de un vídeo sexual de él y Marta, pero es verdad que toda esta historia resulta bastante descafeinada.

Si El silencio quería sacudirnos con el giro dramático de que Ana Dussuel adoptara seis años atrás a Noa, la hermana pequeña de Sergio, y sea desde entonces su madre, no llega a conseguirlo por lo inverosímil de la situación. Ana confirma que era apenas una becaria cuando estudió el crimen de Sergio Ciscar por primera vez, así que no tendría más de 23 años, y en las fotos de la reconstrucción del crimen parece una niña.

¿Cómo podría de esta manera adoptar a otra niña de mínimo 10 años de edad? La elección de casting para estos personajes solo lo hace aún más difícil de creer, ya que Almudena amor parece poco mayor que la actriz que interpreta a su hija.

El final de la serie llega de manera abrupta, acabando todas las subtramas a trompicones y ofreciendo algún que otro momento incómodo y bochornoso, demostrando hasta dónde ha llegado la ficción a la hora de romantizar a su criminal protagonista, además de que vuelve a resultar bastante inconcebible. ¿Cómo confía Sergio en la doctora Ana tan rápido con el carácter tan desconfiado y agresivo que siempre tiene? ¿Cómo llegan incluso a protagonizar ese momento morboso como si nada?

Por otro parte, si abordamos los seis capítulos de El silencio desde la perspectiva de que sus inexpresivos personajes están perdidos y llenos de sombras, y si nos atrae la duda de si Sergio realmente lo hizo o no, que se mantiene hasta el final, la ficción puede resultar interesante para quien se enganche desde un principio. Para quien no, seguramente este no vaya a ser uno de sus títulos favoritos del año.

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