Conoce a Neil Marshall, el director que ha hecho arder 'Juego de tronos'

Decían que iba a ser la repanocha, y efectivamente, lo ha sido. Hablamos de Blackwater, el noveno (y penúltimo) capítulo de la segunda temporada de Juego de tronos, que HBO emitió este domingo en EE UU. Sin ir más lejos, la web de cine The Playlist se refiere a él como "el mejor episodio de la serie hasta la fecha", y Hitfix lo compara con el comienzo de Salvar al soldado Ryan, lo que tratándose de una de las series más aclamadas de la actualidad no es moco de pavo. La versión de Las lluvias de Castamere (una de las canciones fetiche de la saga) a cargo de The National acumuló decenas de miles de visitas en YouTube en sólo 24 horas tras aparecer en el show. Y los fans están de acuerdo en que el reparto en pleno, empezando por Peter Dinklage y Lena Headey, jamás se había lucido tanto.

¿A qué se debe este éxito repentino? Algunos dirán que a un argumento muy centrado, algo raro en una serie que tiende a la dispersión. Otros, que al guión de George R. R. Martin, autor delmeganovelón Canción de hielo y fuego, en el que se basa Juego de tronos. Pero nosotros apuntamos un 'pequeño' factor más: la presencia como director de Neil Marshall. Si tu reacción al oír ese nombre es preguntarte quién es ese tipo, no te culpamos, pero conviene seguirle la pista porque estamos ante uno de esos magos de la serie B capaz de cocinar grandes películas con cuatro perras.

Ahora que Alan Taylor, responsable de algunos de los mejores capítulos del serial (como el tremendo Baelor de la primera temporada) ha sido fichado por Marvel para dirigir Thor 2, ¿quién nos dice que no veremos a este inglés (nació en Newcastle hace 42 años) encabezando proyectos de más envergadura? Por lo pronto, os ofrecemos un análisis de sus 6 largometrajes hasta la fecha para que sepáis de quién estamos hablando.

¿Por qué mola? Tras trabajar como montador en un filme tan poco lucido como Cuerpo de élite (1998), Marshall decidió ponerse el cine por montera y aplicar las enseñanzas de sus dos referentes máximos: John Carpenter y el Spielberg de En busca del Arca perdida. Con semejante potaje, no es extraño que su debut largo fuese esta “película bélica con hombres-lobo, no al revés”, como él mismo la define. Pese a la cutrez de la producción, la desvergüenza del argumento (un grupo de soldados de maniobras es perseguido por licántropos) y lo bien que Marshall aprovecha el paisaje de los páramos escoceses hacen que Dog Soldiers merezca un visionado.

¿Por qué mola? La consagración de Marshall entre los fans del terror y la ciencia-ficción, sección ‘criaturas primigenias’ tuvo lugar con esta película, tan ajustada en recursos como brillante en sus resultados. ¿De qué va? Pues de un grupo de espeleólogas, sin un solo chico en sus filas, que entra en una cueva donde mora una tribu prehistórica de caníbales. Hasta aquí, la trama puede parecer trillada, pero no te fíes: a poco que le des una oportunidad, The Descent te sorprenderá por su atmósfera de pesadilla, su forma de dar primacía a la historia sobre los sustos (las rencillas entre las heroínas son más terroríficas, o casi, que los momentos de horror puro) y, sobre todo, por su forma de subvertir un tropo tan trillado como el de la final girl, esa chica que se salva al final en todas las ‘pelis’ de miedo. La secuela The Descent 2 (2009) tuvo a Marshall como productor ejecutivo.

¿Por qué mola? ¿Puedes imaginarte un cruce entre 28 días después, Mad Max y Soy leyenda? Nosotros sí… Porque lo hemos visto, y su título es Doomsday. Si en The Descent Marshall apostó por la seriedad y la psicología (hemos olvidado decirlo hasta ahora, pero nuestro hombre escribe el guión de todos sus largos) aquí se tiró a un desparrame trash que parece un compendio de todos los tópicos del cine de acción postapocalíptica. Una vez más, el argumento es un potaje de lugares comunes, pero lo que importa es la resolución: tras una epidemia letal ha exterminado a casi toda la población de Gran Bretaña, un comando se adentra en una Escocia neo-medieval para encontrar una vacuna. Tras tanto combate de gladiadores, tanta música ochentera a todo volumen y tanta exhibición de artes marciales a cargo de Rhona Mitra, a nosotros sólo nos queda una pregunta: ¿qué tiene este hombre con los escoceses?

¿Por qué mola? En dos palabras: Michael Fassbender. Cuando el nombre del germano-irlandés era un secreto a voces para los fans del cine de autor (Hunger) y de filmes británicos solventes pero cañeros, como Eden Lake, Marshall le reclutó para vestirle de romano y ponerle al frente de un péplum que debe mucho más a Apocalypse Now, a Apocalypto y al western clásico de John Ford que a Gladiator o Espartaco. Convertido en único superviviente de una legión exterminada, un ‘Fassy’ muy hecho polvo huye de una horda de bárbaros escoceses (sí, otra vez) encabezada por Olga Kurylenko. La crítica anglosajona destrozó Centurión y puso las habilidades de Marshall a caer de un guindo, pero (al igual que en el caso de La legión del águila, basada en la misma anécdota histórica) nosotros pensamos que infravaloraron un trabajo sobresaliente.