Coches voladores no, robots aspiradora sí: las predicciones de 'Los Supersónicos' que se cumplieron

La serie animada de Hanna-Barbera cumple 60 años con más aciertos sobre el futuro de los que esperabas.
Los Supersónicos
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Aunque duela, el año 2015 que imaginó Regreso al futuro II (1989) va quedando ya peligrosamente lejano en nuestro pasado sin que hayamos podido disfrutar de sus predicciones de tecnología futurista más apetecibles. Para saber si podremos conducir unos de esos coches voladores que siempre nos prometió la ciencia-ficción futurista queda fijar nuestras esperanzas en 2062, el año de Los Supersónicos. 

Los Supersónicos, que el 23 de septiembre cumple 60 años tras su primera emisión en 1962, fue uno de los proyectos más importantes de Hanna-Barbera. Creada como derivación nada disimulada de la exitosa Los Picapiedra –en vez de ser una comedia animada sobre una familia en la Prehistoria, sería una comedia animada sobre una familia en el futuro–, la serie alcanzó un éxito sideral durante los 24 episodios de su única temporada original.

Los Supersónicos fue la primera producción del canal ABC emitida a todo color; aunque Los Picapiedra siempre se produjo en color, sus primeras temporadas fueron emitidas en blanco y negro por limitaciones técnicas. Décadas después, en 1985, la producción de medico centenar más de episodios completó el corpus de la serie con las aventuras de la familia Sónico: Súper, Ultra, Lucero, Cometín, su perro Astro y Robotina, su sirvienta robótica.

La tecnología en 'Los Supersónicos'

Cuando los maestros de la animación William Hanna y Joseph Barbera diseñaron la vida cotidiana de estos personajes en el futuro a cien años vista replicaron muchos elementos de la fórmula de éxito de Los Picapiedra: en vez de poner a dinosaurios y criaturas prehistóricas a hacer las labores de electrodomésticos contemporáneos, aplicaron automatismos y tecnología robótica a esas mismas funciones. ¡Un poco como la industria tecnológica real!

El hogar futurista de Los Supersónicos  –en bloques de apartamentos que se elevan por encima de las nubes– está lleno de gadgets, resortes con brazos robóticos y cintas transportadoras. Puede que nuestros electrodomésticos actuales no sean exactamente como los imaginados en la serie, pero es que en muchos aspectos les han adelantado en características "futuristas" como la incorporación de microchips y aparatos conectados a internet que se encuentran por docquier en las actuales casas inteligentes.

Es precisamente un tipo de "tecnología futurista" cotidiana y centrada en el hogar que, como la imaginada habitualmente en Los Supersónicos, cimentó el lugar de la serie en el imaginario colectivo como predicción de un futuro no demasiado distópico ni utópico: tan rutinario como la cotidianeidad de cualquier sitcom familiar.

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Predicciones de 'Los Supersónicos' para el futuro

Muchas predicciones de Los Supersónicos se han cumplido casi exactamente en nuestra vida cotidiana tal y como las imaginaron sus responsables: de los televisores con pantalla plana a los smartwatches que permiten acceder a toda clase de contenido audiovisual en la muñeca; por no hablar de los smartphones que ni siquiera se les pasaron por la cabeza en 1962.

Una forma de comunicación que sí nos adelantaron fueron las videollamadas. Ver en directo la cara de la persona con la que estás hablando por teléfono a cientos de kilómetros de distancia era una fantasía de la que no hemos tardado en estar hastiados gracias a los últimos años de pandemia, distanciamiento y reuniones de teletrabajo virtuales.

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¿Más cosas a las que nos hemos acostumbrado casi sin darnos cuenta? Los robots domésticos que barren, aspiran y friegan el suelo por nosotros no son tan parlanchines como Robotina, pero a cambio cumplen la mayoría de sus funciones domésticas sin rechistar. Para tener conversaciones con seres artificiales ya disponemos de Alexa, y según cuando quiere puede ser muy respondona. 

Lo que no ha llegado (todavía) es uno de los elementos insignia de la serie de animación: esos coches voladores con los que tan habitual era que soñara la ciencia-ficción clásica. Aunque vayan por el suelo, puede que la industria automovilística esté apretando las tuercas para la expansión de los vehículos autónomos que se conducen solos, pero su seguridad aún deja mucho que desear. Por no hablar de que dudamos que sea posible convertirlos en un maletín al aparcar, como hacía Súper Sónico cuando llegaba al trabajo.

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¿Jamás veremos un futuro como el de Los Supersónicos? La crisis energética, el cambio climático y la escasez de recursos a la que ya nos encontramos hoy en día hace difícil pensar en un futuro tan placentero como el de la serie. Eso, también es verdad, si solo nos fijamos en la superficie. 

Si los habitantes de Los Supersónicos hacen toda su vida en el aire, elevados sobre un enorme manto de polución, ¿no significa que en algún momento acabaron con la posibilidad de vivir sobre la tierra? Bien pensado, tampoco nos interesa que se cumplan todas sus predicciones.

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