Strippers para mujeres, prostitución y un reguero de crímenes: la historia real tras ‘Bienvenidos a Chippendales’

Repasamos qué es verdad y que es ficción en la nueva serie de Disney + inspirada en el primer club de striptease para un público femenino
Bienvenidos a Chippendales
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Bienvenidos a Chippendales

Tenía nombre de grandes almacenes pero fue el primer garito de striptease para un público femenino. Su fundador pasó de gasolinero a exitoso hombre de la noche y, un poco más tarde, a convicto condenado por ocasionar un incendio provocado, crimen organizado y asesinato por encargo. 

Bienvenidos a Chippendales, creada por el responsable de Pam & Tommy Robert Siegel e inspirada en el libro Deadly Dance: The Chippendales Murders (K. Scot Macdonald y Patrick Montes DeOca), retrata estos eufóricos sucesos con tanto brillo como una bola discotequera y lo hace además al son de los temazos más bailongos de los 80.

Somen Banerjee era un inmigrante indio con un sueño y un ídolo, el magnate de Playboy Hugh Hefner. Sus ahorros como gasolinero los empleó en montar un club de backgammon, convencido de que había millares de jugadores en Los Ángeles pero todavía ningún espacio en el que reunirse. Lo llamó Destiny II y fue un tremendo fracaso. 

Con la ayuda de un hostelero de la noche en horas bajas y proxeneta en sus ratos libres llamado Paul Snider (Dani Stevens en la ficción) fueron probando otro tipo de negocios. Lo intentaron con una clásica pista de baile. Nada. ¿Un local de lucha en el barro? Tampoco. ¿Concursos de ostras? Menos aún.

Según Bienvenidos a Chippendales, fue en un garito gay, entre sudorosos hombres quitándose la ropa, cuando a Banerjee se le ocurrió la idea de montar un club de striptease exclusivo para mujeres, Male Exotic Dance Night for Ladies Only. Aunque algunas fuentes apuntan a que la idea fue de Snider. Sea como fuere, decidieron llamarlo Chippendales.

Bienvenidos a Chippendales
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El coreógrafo Nick De Noia (Murray Bartlett) puso el tugurio en otra liga. El negocio se convirtió en un éxito absoluto, facturando ocho mil millones al año y patentando sus propios calendarios. Lo que la serie cuenta por encima es que, según este artículo de Collider, Chippendales era un negocio encubierto de prostitución que tuvo sus muchos encontronazos con la policía.

Primer baño de sangre en Chippendales

Además, por el camino las primeras gotas de sangre habían sido derramadas. Para explicar de qué manera hemos de introducir en la historia a un personaje hasta ahora no mencionado: Dorothy Stratten era en aquella época una exconejita de Playboy haciendo sus primeros pinitos en Hollywood.

En Bienvenidos a Chippendales, aparece como la mujer de Snider en el momento en el que el negocio pega el estirón (de hecho, se le atribuye la idea de vestir a los strippers con pajarita... y nada más). Este ejercía como una suerte de proxeneta de la actriz desde que la había conocido cuando era estudiante de instituto y la miniserie narra su encuentro casual con el director Peter Bogdanovich como el momento en el que Snider pierde los papeles y la asesina.

En la realidad, Dorothy Stratten llevaba un tiempo abriéndose paso en la industria y había aparecido en Todos rieron, la undécima película de Bogdanovich, con el que había comenzado un romance. Al enterarse de que su mujer le iba a abandonar, Snider la asesinó suicidándose después. Arriba puedes leer su triste historia.

Que no pare la música

Con Snider fuera de escena el negocio quedó en manos de Banerjee y Nick De Noia. Pero las cosas entre los socios no tardaron en estropearse. Sobre todo, cuando el ganador de dos Emmy por la serie musical Unicorn Tales y exmarido de la actriz de Scanners Jennifer O’Neill, se llevó a sus strippers de gira en el tour Chippendale’s Revue y empezó a circular por el mundillo la teoría de que el éxito del negocio era mérito suyo.

No sería el primer caso de desacuerdo entre socios de un bar. Sin embargo, todo se fue de madre cuando en 1986 Banerjee contrató a un hombre para que asesinase a De Noia en su oficina de Nueva York, ciudad donde habían fundado otro club Chippendales. El empresario no tardó en ser arrestado y condenado por asesinato por encargo. Pero no fue el único cargo al que se enfrentó.

Banerjee fue condenado también por dos intentos de incendio provocado, ambos fallidos, a los locales de sus competidores: Moody's Disco y The Red Onion, y no The Electric Tomato, como se cuenta en la miniserie. Y por crimen organizado, pues se estima que el fundador de Chippendales llegó a ordenar más de 30 asesinatos entre bailarines tránsfugas, exsocios y competidores.

El día que el juez iba a dictar sentencia, Banerjee fue descubierto muerto en su celda. Se había ahorcado con las sábanas de su cama. Solo una persona permanecía a su lado, su incondicional mujer Irene. Bienvenidos a Chippendales retrata esta fidelidad y al personaje con bastante ternura y en gran parte el mérito recae en la actriz que la interpreta, Annaleigh Ashford.

Con sus ecos scorsesianos, su universo digno de Scarface o Boogie Nights, es comprensible que Bienvenidos a Chippendales no haya sido la única ficción que se ha inspirado en el emporio de Banerjee. La TV movie The Chippendales Murder recreó el caso en el año 2000 y Tony Scott y Craig Gillespie (Yo, Tonya) lo intentaron en 2009 y 2017. Aunque si quieres saber más sobre los pormenores de Chippendale, te recomendamos que escuches Welcome to Your Fantasy, la pormenorizada investigación en forma de podcast de Natalia Petrzela.

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