¿Beneficia la piratería a 'Juego de tronos'?

Pese a las filtraciones del pasado sábado, el culebrón medieval-fantástico ha pulverizado su propio récord de audiencia. ¿Debería tomar nota HBO?
¿Beneficia la piratería a 'Juego de tronos'?
¿Beneficia la piratería a 'Juego de tronos'?
¿Beneficia la piratería a 'Juego de tronos'?

En abril de 2013, el jefe de programación de HBO, Michael Lombardo, dejó caer que consideraba "un cumplido" el hecho de que Juego de tronos compitiese por el título de serie más pirateada de la historia. Sería interesante saber si, dos años más tarde, sigue pensando lo mismo: el pasado sábado, un día antes del estreno de su quinta temporada, cuatro nuevos capítulos del culebrón medieval-fantástico se filtraron en internet. Menos de 24 horas más tarde, habían sido descargados más 800.000 veces mediante el servicio P2P BitTorrent, llegando a los servicios de streaming gratuito a la velocidad del fuego valyrio.

En un comunicado comprensiblemente iracundo, la cadena afirmó que el contenido provenía de DVD proporcionados a la prensa, y lamentó la falta de "mecanismos proactivos para prevenir las violaciones de copyright". Algo que se entiende mejor si sabemos que HBONow, su nuevo servicio de vídeo bajo demanda, echó a andar el 7 de abril. En general, la situación del pasado fin de semana parecía un pequeño Apocalipsis para la casa de Sexo en Nueva York, Los Soprano The Wire: sólo cabía augurar un lucro cesante cuantificable en cientos millones, o puede que más, por no hablar del previsible terremoto en la organización interna de la compañía. Y sin embargo...

Sin embargo, el estreno de la quinta temporada de Juego de tronos el domingo 12 de abril no sólo no estuvo por debajo de las expectativas, sino que las superó: en lugar de hundirse en las listas de audiencia, el regreso de Jon Nieve, Daenerys Targaryen, Tyrion Lannister y compañía sumó 8 millones de espectadores en EE UU, 1,16 millones más que los registrados en el estreno de su temporada anterior. Y, ya que estamos, 6 millones más que en su estreno en 2011. Ante tales resultados, cabe preguntarse si los responsables de la filtración se merecen un viaje sin billete de vuelta al Muro (o, puestos a exagerar, una decapitación sumaria), o si HBO debería recompensarles más bien con un título de nobleza y un señorío en condiciones.

¿Resulta la piratería un beneficio para Juego de tronos? Afirmarlo categóricamente sería exagerar, desde luego, pero sí podemos decir que no la perjudica tanto como parece. En primer lugar, recordemos que el show ya no es una serie sin más, sino un fenómeno social. Los fans esperaban el lanzamiento de la quinta temporada con tanta expectación como el estreno de una película de éxito... con las salvedades que determina el cambio de formato: aunque uno vea la serie de forma legítima, sabe que eso no va a ser óbice para revisar sus capítulos a través de mil y un medios, bien los servicios de vídeo bajo demanda ofertados por la propia cadena, bien con el DVD (cuando éste llegue a las tiendas), bien a través de otras opciones de legalidad dudosa. Pero, con tentaciones o sin ellas, la ocasión sigue siendo perfecta para quedar con los amigos en casa, preparar un menú de especialidades ponientinas y pasar un buen rato en torno al televisor, incluyendo la posterior tertulia sobre lo tonta que es Cersei, lo malísimo que es Meñique y lo monísima que se pone Arya Stark cuando rebana un pescuezo.

Así pues, la filtración no pudo contra el poder del acontecimiento. Y, recordemos, también hablamos de una serie basada en la intriga y los cliffhangers: desde el punto de vista de un fan, propinarse un binge watching de cuatro horas el pasado sábado resultaba menos apetecible de lo que parece, puesto que tras dicho atracón le esperaba un mes largo sin saber cómo iba a evolucionar la historia. Aquellos que ya han leído Canción de hielo y fuego, el meganovelón de George R. R. Martin en el que se basa la serie, no se salvan tampoco de ésto, ya que los guiones del serial divergen cada vez más de su fuente literaria. Es significativo que Martin (veterano profesional de la TV, además de novelista) no hiciera ningún comentario sobre el particular en su no-blog: estaba más ocupado comentando la controversia político-internauta que se ha producido en los premios Hugo, los máximos galardones literarios de la ciencia-ficción.

Con mucho humor, el periodista australiano Justin Hill explicaba esta situación diciendo que, para él, ver los capítulos filtrados sería "como comerse una tarta antes de que ésta haya salido del horno". De nada sirve saber que Sansa Stark ha entrado en un lugar muy tenebroso (en otro más, queremos decir) si, tras saberlo, te esperan cuatro agónicas semanas de espera hasta que se emitan las entregas posteriores. Netflix, una cadena que sí nació en el medio digital, parece haber tomado buena nota de esto: sus series de producción propia, como Daredevil House of Cards, aparecen en internet de una tacada, dejando al espectador la opción de ver los capítulos en los intervalos que éste desee, como si se tratara de novelas audiovisuales. Estrategia ésta que no sólo resulta novedosa, sino que también minimiza los posibles daños provocados por la piratería... y que también convierte las filtraciones en algo totalmente superfluo.

Por otra parte, hay un aspecto en el que la filtración SÍ benefició a Juego de tronos. Y ese es el de incrementar su presencia mediática. Como sabemos, las cadenas de TV y las productoras de cine están hoy en día menos interesadas en ganar público que en ganar fans. En los tiempos que vivimos, las cifras de taquilla son insignificantes en comparación con los beneficios que pueden obtenerse a través del contenido derivado y los derechos de autor. Por algo comentaba Michael Lombardo que las descargas de Juego de tronos no habían supuesto una merma significativa para las ventas de la serie en DVD. Y, suponemos, afectarán todavía menos a las de camisetas, tazas, joyería y otros artículos de merchandising que no se pueden piratear. Al menos, hasta que se inventen los duplicadores de materia.

Así pues, los mandamases de la HBO pueden respirar tranquilos: no hace falta que se gasten un pastón contratando a los Hombres Sin Rostro de Braavos para que localicen y eliminen a los filtradores de Juego de tronos. Lo que sí deberían hacer, eso sí, es calibrar los efectos que pueden tener para su canal los cambios en el modelo de negocio, un tema sobre el cual se habla mucho pero al cual la industria se adapta a paso de tortuga. Y, tanto en nuestro mundo como en el Mar Angosto y alrededores, "renovarse o morir" es un lema que nunca pierde vigencia: que se lo pregunten a Lord Tywin Lannister...

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