"Al adaptar un relato, hay que ser infiel": J. A. Bayona y Belén Atienza, a la conquista de 'El señor de los anillos: Los anillos de poder'

Hablamos con el director y la productora españoles que han dado forma a la nueva adaptación del mundo de Tolkien.
J.A. Bayona rodando 'Los anillos de poder'
J.A. Bayona rodando 'Los anillos de poder'
Prime Video
J.A. Bayona rodando 'Los anillos de poder'

El cine español da forma a la Tierra Media. Entrevistamos a J.A Bayona y Belén Atienza, productores de la mayor sería jamás hecha: El señor de los anillos: Los anillos de poder. La superproducción de Prime Video comandada por J. D. Payne y Patrick McKay de la que Bayona dirigió los dos primeros episodios de la primera temporada.

¿Cómo llegasteis al proyecto?Belén: Primero J me comenta que ha leído que se va a hacer una serie de El señor de los anillos. Yo soy muy fan, desde la adolescencia, cuando leí los libros. Nos pareció muy buena idea. El mundo de Tolkien es tan rico, hay tantos personajes, que una serie parece el vehículo perfecto. Poco tiempo después nos llamaron nuestros agentes de CAA para saber si estaríamos interesados en el proyecto. Por supuesto, quisimos escuchar la propuesta. No sabíamos nada. ¿Van a hacer una continuación? Nos sentamos con JD Payne y Patrick McKay a cenar y nos contaron la idea.

​J: Nos lo contaron todo. Todas las sorpresas, todos los giros.

¡Pero eso os convierte en una de las, no sé, ¿ocho personas? que conocen esa información! He entrevistado a actrices y actores que no saben nada, ni el desarrollo de su propia trama.J: Esa fue nuestra sorpresa en aquella primera cena. Si hubiésemos dicho que no, nos habríamos ido con toda la información. Pero la impresión fue muy buena. Ellos se mostraron como auténticos fans de nuestro trabajo y, poco después, nosotros nos convertimos en fans suyos.

​Belén: Ellos vieron en J un cineasta que podía manejar todos los géneros, algo necesario para una serie tan amplia como esta. Alguien que tiene querencia hacia géneros como el terror o el suspense, pero que maneja muy bien la emoción, lenguajes muy diferentes. Ellos son dos licenciados en literatura por Yale, ¡han tenido de profesor a Harold Bloom! En seguida conectamos y quedamos impresionados.

​J: Son muy jóvenes, muy diferentes entre sí, combinan muy bien.

¿Cuál es el tono de esta serie, cuál es la forma de El señor de los anillos? ¿Cómo puede esta serie obtener una identidad propia?J: Encontrarla ha sido lo más complicado. El guion nos hizo decidirnos. Lo más delicado era encontrar el nexo de unión entre reinos tan diferentes como el de los humanos o el de los enanos. Entendimos que el pegamento eran las repercusiones tras la guerra contra Morgoth. Ahí había algo que podía unir unos personajes con otros. Cada uno en su tono lidiaba con las repercusiones de aquella guerra. Los elfos a través de una perspectiva más política, los humanos muestran una visión más emocional, los harfoots se esconden pues ya no se fían de nadie. Tener esto claro también nos permitía jugar. Como cuando combinas a Durin con Elrond, que se crea una química muy única, porque son dos personajes totalmente diferentes.

​Belén: Además, por debajo existe un pulso que une a todos los personajes. Hay algo que indica que todos van a tener que enfrentarse a un destino común.

​J: Efectivamente, algo más grande que ellos mismos, un elemento muy habitual en la épica de Tolkien. Bueno, y que como ambos sabemos todas las sorpresas, hemos tratado este material con una excitación mucho mayor [risas].

La última experiencia audiovisual que ha tenido el espectador con El señor de los anillos es cinematográfica, mientras que aquí estamos ante una experiencia televisiva. Algo muy habitual en las series es que estas no encuentran su tono hasta pasados unos capítulos o unas temporadas. ¿Ocurre en Los anillos de poder?Belén: Hay una cosa que se nos olvida. Las películas están basadas en unos libros cuyo desenlace se conocía. Aquí no. Existe un doble riesgo, y una doble emoción. Los apéndices ofrecen unos espacios enormes para crear ficción, que es lo que han hecho JD y Patrick. La gente no sabe lo que va a pasar.

¿Creéis entonces, en esta primera temporada, que el espectador necesitará un tiempo de aclimatación, o comienza a engancharse desde el primer capítulo?J: Nosotros hemos trabajado en el primer y segundo episodio como si se tratase de una película que te deja con ganas de ver el tercero. De alguna manera, creas la bola de nieve y la empujas para que siga creciendo. El primer episodio se toma su tiempo para mostrarte los conflictos y presentarte a los personajes. El segundo es una montaña rusa en el que explota todo. Ahí creo que la gente encontrará lo que busca. Del primer episodio mi escena favorita es una conversación entre Elrond y Galadriel de siete u ocho minutos. Hablando de ética, de sacrificio. A mí es algo que me parece fiel al mundo de Tolkien y que me mantiene vibrando, protegido. Los blockbusters se suelen construir alrededor de cuatro o cinco set pieces y el resto da un poco igual. Aquí no ocurre eso.

Alrededor de El señor de los anillos surge siempre un debate entre CGI y efectos prácticos. ¿Estamos ante un nuevo El crepúsculo de los dioses, es normal que el cine evolucione hacia el desarrollo de una técnica o se pierde algo cuando se cambia lo real por lo digital?J: Para mí, la técnica es lenguaje. En el momento en el que puedes usar de manera narrativa y dramática la técnica, la conviertes en lenguaje. Hicimos Jurassic World porque la técnica permitía que se pudiese contar esa historia. Cuando daba clases decía “no pasa nada si le copias un plano a otro director. La cuestión es para qué lo haces”. Así que realmente no importa el contenido del plano, sino su función. Sobre CGI y realidad, realmente importa quién hace el CGI y quién captura la realidad. Me he encontrado películas en las que hubiese preferido más CGI. Hay que hablar con criterio y no hacer grandes generalizaciones. Las películas de Peter Jackson se hicieron hace veinte años. La técnica ha evolucionado mucho. Ahora tenemos herramientas que nos permiten afinar más.

​El cine es la suma de todas las artes. Es algo que siempre hablo con Guillermo del Toro. Tienes fotografía, pintura, música, literatura y teatro. Todo. Es muy excitante coger los libros de Tolkien y hacer cine. Realmente, es lo que diseñamos desde el principio. Yo no soy fan del lenguaje televisivo, porque se basa en la multicámara y el diálogo.

Belén: Pero desde la primera conversación hemos enfocado esta serie como una película y hemos contado con el apoyo para esto.

​J: Todos éramos conscientes de que podíamos aportar algo a la obra de Tolkien. Algo cinematográfico.

¿Hay reparto español? No me creo que no te haya llamado nadie para pedirte que le disfraces de hobbit.J: Habría muchísimos. Pero han sido muy estrictos con los acentos.

¿Ni al fondo?Belén: Qué va, fueron audiciones muy estrictas. No ha pasado.

Lo que sí hay son jefes de departamento españoles, colaboradores habituales vuestros.J: Sí, está Oscar Faura como director de foto, Bernard Villaplana y Jaume Martí en montaje, Alexis Fibla como storyboard artist, el pack completo. Oscar era perfecto, le obsesiona la belleza, algo que también es importantísimo en Tolkien. El equipo entero encajó de maravilla.

En tu carrera has tratado legados. No solo Jurassic World, también Lo imposible es el legado de una persona, la historia de una familia. Ahora, Tolkien. ¿Cómo de peligroso es intentar ajustar intenciones comerciales a través de personajes que ya no están con nosotros? ¿Es reconfortante cuando se consigue hacer bien?J: Qué tricky esta pregunta [ríe]. Tolkien hablaba de El señor de los anillos como un cuento que crecía al contarlo. Los relatos tienen independencia. Tolkien también dijo que él plantaba semillas para que otros autores pudiesen enriquecerlas. De alguna forma dejó las bases, igual que Michael Crichton con Parque Jurásico. Yo tengo la suerte de haber aportado mi visión al mundo de Jurassic World. Hicimos probablemente la película más rara de la saga, convirtiéndola en una película de mansiones encantadas. Siempre estaré agradecido a Spielberg por darnos el permiso para poder hacer eso.

​Aquí había mucha libertad para llenar los huecos de Tolkien. A la hora de adaptar un relato, hay que ser infiel. Tienes que aportarle algo. Si no, te quedas en la recuperación, en la nostalgia. El nivel de excitación lo tienes que aportar tú. Esta adaptación del mundo de Tolkien es original, estamos rellenando los espacios tomándonos el trabajo muy en serio y dando lo mejor de nosotros.

¿Cuál es la mayor infidelidad que has cometido?J: Ya la verás [ríe]. La reconocerás perfectamente.

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