Quentin Tarantino es un auténtico maestro, sus guiones son autorales al igual que su estética, el tratamiento de los personajes y su forma de rodar. No es un director que suela abusar de la cámara lenta pero cuando lo hace le da un uso diferente, en Kill Bill lo utiliza para regocijarse en la acción y la violencia, y en Django Desencadenado y en Malditos Bastardos, también se recrea en el gore en ese terrible accidente de Death Proof o con el ojo, le gusta recoger la cámara tanto dentro como fuera de foco con planos lentos y por supuesto para ciertos planos de detalle de balas o cigarros.
En este montaje de Jacob T. Swinney están algunos, muchos, de estos planos de toda la filmografía de Tarantino, a excepción de Jackie Brown.
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