Un paseo con Benedict Cumberbatch por el set de 'El espía inglés', un rodaje hoy imposible por el Brexit y las medidas anti-covid

La película protagonizada por Benedict Cumberbatch (Sherlock) y Rachel Brosnahan (La maravillosa Sra. Maisel) llega por fin a los cines, tres años después de su rodaje pre pandemia. Cinemanía estuvo en el set y charló con el actor entre toma y toma
benedict Cumberbatch y Rachel Brosnahan, en 'El espía inglés'
Benedict Cumberbatch y Rachel Brosnahan, en 'El espía inglés'
Cinemanía
benedict Cumberbatch y Rachel Brosnahan, en 'El espía inglés'

Camisa impecablemente planchada, corbata, tirantes, pelo engominado y bigotito. Benedict Cumberbatch se mueve con paso firme y gesto concentrado por la sala. Está completamente metido en su personaje en El espía inglés, el largometraje dirigido por Dominic Cooke (En la playa de Chesil): el empresario británico Greville Wynnen, reclutado en 1962 por los servicios secretos británicos y americanos para infiltrarse en Rusia como espía del MI6 durante la Guerra Fría.

Cumberbatch, en el rodaje de 'El espía inglés'
Cumberbatch, en el rodaje de 'El espía inglés'
Cristina Casero

Es 16 de Noviembre de 2018 y el equipo tiene por delante diez horas de trabajo en la sede de gobierno del distrito londinense de Hackney, que va a transformarse a ratos en la embajada americana en la capital británica, a ratos en un bar de Londres donde Wynnen tendrá lugar una importante reunión con los espías de verdad.

Sede del distrito londinense de Hackney, en el rodaje de 'El espía inglés'
Sede del distrito londinense de Hackney, en el rodaje de 'El espía inglés'
Cristina Casero

Toda esta recreación para contar una historia real de otros tiempos. …Como el rodaje en sí mismo, que tuvo lugar hace ahora tres años en una realidad que hoy parece ciencia-ficción: preCovid y preBrexit.

Entre toma y toma, el actor británico atiende a CINEMANÍA en su improvisado camerino y explica -a sólo unos centímetros de distancia- la importancia de esa secuencia 59 en el bar que le hemos visto rodar desde el combo. Sin spoilers.

Benedict Cumberbatch, en el combo del rodaje de 'El espía inglés'
Benedict Cumberbatch, en el combo del rodaje de 'El espía inglés'
Cristina Casero

“Es una escena muy importante que nos permite conocer mucho de mi personaje. Un hombre sencillo que no quiere arriesgar la seguridad de su familia, que no es un experto en lo que está haciendo y se ve trabajando en un mundo de manipulación”, señala.

Apunte: Cumberbatch habla calmado, te mira a los ojos y se extiende en las respuestas igual que en los comentarios y propuestas que le hace al director durante la grabación porque, como explica: “No se trata solo de estar contenido y soltar lo que has memorizado. Y creo que él también lo agradece. No sé si mucha gente lo hace o quizá no porque se no se sientan seguros para hacerlo, pero yo siempre he trabajado así y ademas es que no es tan divertido si simplemente lo haces sin preguntar y sin hablarlo”.

El actor está cien por cien implicado en la cinta; a Cumberbatch le gustó tanto el proyecto que decidió participar también como productor ejecutivo.

Junto a la suya y a la del director Dominic Cooke, la tercera silla de tijera a la vista lleva el nombre de Rachel Brosnahan que ese día está tan ajetreada que atiende a Cinemanía al teléfono mes y medio después de finalizar el rodaje. Desde Nueva York habla de lo que supone para ella este trabajo: “Llevo varios años trabajando en televisión y me alegra mucho volver a hacer cine”. Y confirma lo que ya habíamos imaginado: “Trabajar con Benedict ha sido un auténtico placer; es un compañero muy generoso y tiene un talento extraordinario. Consigue elevar el nivel de todos los que están a su alrededor”.

Algo tendrá que ver ella también, una mujer fuerte como su personaje de agente de la CIA: “Las mujeres somos muy poderosas y es importante que los personajes femeninos lo reflejen así”.

Y a modo de flashback, regresamos a Londres. Llegamos al amanecer y nos marchamos ya de noche. Sin mascarillas, sin distancia de seguridad, ni geles, ni medición de temperatura, ni prueba de antígenos ni nada de todo eso que hoy está a la orden del día en cualquier rodaje. ¡Pero si nos despedimos con un abrazo! Ni pasaporte mediante, por supuesto, que para entonces Reino Unido seguía siendo territorio comunitario.

Al equipo todavía le quedaban por delante dos días en Londres y unas semanas en Praga, que en la cinta simula ser Moscú. Quién hubiera imaginado que esta aventura no acabaría hasta tres años después, cuando por fin podemos decir que El espía inglés -ahora sí- está ya en los cines. 

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