Como ese recluta patoso que va pasando por todos los rangos militares posibles hasta convertirse en el más experimentado del pelotón, de Tom Sizemore se puede decir que se curtió en mil batallas. Solo así se puede entender la vida de un tipo que pasó de ser camarero en el World Trade Center a trabajar con Martin Scorsese, Tony Scott, Oliver Stone, David Lynch o Steven Spielberg entre otros.
Nacido en Detroit en 1961 e hijo de un profesor de filosofía y una trabajadora en la oficina del Defensor del Pueblo, Sizemore se inclinó muy pronto por el cine en su juventud. Siendo un adolescente comenzó a enamorarse del cine. En los 70 no era para menos, y pronto se obsesionó con películas como Encuentros en la tercera fase, Alien o El cazador. Aunque sin duda su mayor flechazo cinéfilo fue con Taxi Driver, sin saber que años después terminaría trabajando con su director en Al límite y convirtiéndose en un buen amigo de su protagonista, Robert De Niro.
A mediados de los 80 y tras estudiar interpretación en la Wayne State de Detroit, Sizemore se mudó a Nueva York para comenzar su carrera como actor. Aunque sus primeros papeles apenas eran de extra...pero en películas de Sylvester Stallone (Encerrado, 1989) o dirigidas por Kathryn Bigelow (Acero azul, 1990) nada menos. Fue su profunda admiración y respeto por los superiores lo que le llevó a ganarse la confianza de estos, y a raíz del casting con Bigelow pudo también trabajar con Oliver Stone en una película que ya daría una idea de su futura filmografía: Nacido el 4 de julio.
Aunque Sizemore trabajó para grandes cineastas, nunca estuvo a las órdenes de Quentin Tarantino -y eso que asegura que se presentó a la audición para ser el Señor Rosa en Reservoir Dogs-, pero paradójicamente fueron dos trabajos suyos (como guionista) los que le valieron a Sizemore el cambio de rango: Amor a quemarropa y Asesinos natos, en ambos casos, como no podía ser de otra manera, dando vida a dos agentes de la ley. Para entonces aquel chico de Detroit ya había dejado de trabajar como camarero en el World Trade Center, porque su nombre iba a empezar a estar en varias listas de reclutamiento para empresas mucho mayores.
Una de ellas fue la de Michael Mann, quien andaba preparando la que sería una de sus mayores obras, Heat, y en la que presentaría a Sizemore al que fuera su ídolo de adolescencia y quien estaba por convertirse en un amigo y guía de vida: Robert De Niro. En la ficción, Sizemore interpretaba al compañero de atracos de Neil McCauley (De Niro), pero esa relación se prolongó fuera de cámara e hizo que el legendario actor fuera figura indispensable cuando Sizemore comenzó a lidiar con problemas de drogas y alcohol que a punto estuvieron de dejarle fuera de Hollywood. Según contaría en entrevistas, el protagonista de Taxi Driver se presentó en casa de Sizemore junto a la madre de este y le dijo que estaban allí para llevarle a la cárcel o a rehabilitación. Sizemore hizo caso a sus superiores una vez más.
En 1998 tras haber empezado la rehabilitación gracias a la intervención de De Niro, Sizemore estaba más que preparado para afrontar otro gran reto, el de dar vida al Sargento Horvath, uno de los siete miembros del pelotón liderado por Tom Hanks en Salvar al soldado Ryan, de Steven Spielberg. Una experiencia que sin duda le cambió la vida y en la que hasta se atrevió a escribir él mismo la famosa escena entre Horvath y Reiben (Edward Burns). Su personaje no salió airoso del conflicto pero sí Sizemore, quien sobrevivió a la amenaza de Spielberg de que si daba positivo en alguno de los controles, sería despedido. Tras Spielberg vendrían Michael Bay (Pearl Harbor) o Ridley Scott (Black Hawk derribado), pero ya nada sería lo mismo.
Tras haberse condecorado con honores como actor de acción clave entre finales de los 90 y principios de los 2000, Sizemore comenzó su declive a partir de una serie de arrestos e imputaciones que ya habían empezado con su primera mujer Maeve Quinlan pero que detonaron en 2003 cuando fue detenido por violencia doméstica sobre su pareja Heidi Fleiss. Los problemas con las drogas también regresaron y para entonces la caída en desgracia del otrora recluta ejemplar era imparable. Aun con todo Sizemore siguió luchando contra sus propios demonios y siempre con la ayuda de gente cercana a él como De Niro o su propia exmujer, a la que siempre ha reconocido como un pilar indispensable en su vida.
Tras encadenar varias películas de serie B y papeles muy secundarios en películas de acción de bajo presupuesto, quizá el único gran proyecto en el que se ha visto envuelto estos años ha sido Twin Peaks: The Return, la serie de David Lynch en la que Sizemore tenía el papel de Anthony Sinclair, el agente de seguros que cubría la ausencia de Dougie Jones (Kyle MacLachlan). Entre medias, Sizemore tuvo tiempo de escribir un libro en torno a su lucha contra el alcohol y las drogas, cuyo título resumía la perfección la aventura de ese recluta patoso que se convirtió en tipo duro y sobrevivió a pesar de todo: ‘Salí de allí de milagro’.
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