De forma cíclica e inesperada, algunos títulos se transforman en grandes fenómenos, detrás de los cuales se intuyen tácticas agresivas de promoción. Las películas que venden desmayos, vómitos y ataques de ansiedad han logrado convertirse en grandes reclamos para el público, que adora el gore y la búsqueda de revolver sus estómagos.
Ahora, Terrifier 2 se ha transformado en la última película en añadirse a un extenso listado de truculentos filmes que retorcieron en las butacas a los espectadores. En CINEMANÍA, hacemos una selección de 15 títulos que también causaron desmayos y ataques de ansiedad en su llegada a los cines.
La parada de los monstruos
Enamorado desde su adolescencia del mundo del circo y después de dirigir Drácula (1931), el cineasta Tod Browning logró que una serie de empleados de la farándula participaran en Freaks (La parada de los monstruos) (1932), en una época en la que la diversidad brillaba por su ausencia en el celuloide. Un filme en el que postró sus verdaderos conocimientos circenses, después de huir de casa a los 16 años y trabajar como contorsionista y showman.
Su trama intentó combatir los prejuicios de la sociedad contra los freaks, que se ejemplificaron en la obligación interpuesta por MGM para que los discapacitados protagonistas durmieran durante el rodaje en tiendas de campaña, apartados del resto de trabajadores de sus instalaciones. Un espíritu que se trasladó también a las salas, donde la audiencia denunció el filme por contener personajes demasiados inusuales y repulsivos, tanto que una leyenda apunta a que una embarazada incluso abortó a causa de su visionado.
Martyrs (Mártires)
Presentada como una de las propuestas gore más heavys de las últimas décadas, la película de Pascal Laugier exhibió un recital de tortura, donde su protagonista era despellejada ante una secta. La búsqueda del éxtasis religioso de su trama se tradujo en la colocación de ambulancias en las puertas de los cines para evitar nuevos desmayos. Ríete tú ahora de Holocausto caníbal.
Titane
Entre los últimos filmes que se suman a este curioso catálogo encontramos a la flamante ganadora de la Palma de Oro de Cannes 2021, dirigida por la francesa Julia Ducournau. Un filme donde los asesinatos cruentos de una pequeña región llegaron a provocar hasta 13 desmayos en su estreno australiano en Sidney.
NEW FROM ME: At least 13 people fainted, others walked out, during the Aussie premiere of Titane in Sydney last night.
— Julian (@GayWeebDisaster) November 5, 2021
As one attendee said: "The guy in front of us fainted and the chick to my right had a panic attack."https://t.co/uh3tlPGnVA
"Dicho por un asistente a la proyección: "El tipo que estaba frente a nosotros se desmayó y la chica a mi derecha tuvo un ataque de pánico", señalaba un usuario de Twitter sobre el susodicho momento. Una campaña que la anterior película de Ducournau, Crudo, también había vendido, debido a sus escenas caníbales.
Irreversible
Hasta nueve largos minutos dura la explícita escena de la violación al personaje de Alex (Monica Bellucci), en la película del polémico Gaspar Noé. Una secuencia que no extraña que levantara a muchos asistentes de las butacas y que se sumó al uso de una técnica de sonido experimental, que utilizó notas graves de frecuencia ultra baja y había sido utilizado como un arma no letal en la Segunda Guerra Mundial.
Irreversible provocó las náuseas y la salida de muchos asistentes a sus proyecciones, después de su gran estreno en Cannes. Uno de los títulos más aclamados y difíciles del cineasta argentino.
Saw III
La franquicia Saw y su villano (Jigsaw) siempre han puesto al límite a los amantes del gore, quienes han disfrutado de torturas tan variopintas como la del pozo de jeringuillas usadas o la trampa del oso invertida. Una serie de momentos incómodos que encontraban su punto álgido en la tercera entrega, mucho más violenta que las anteriores. La BBC publicaba que, en su estreno en Reino Unido, el staff de un cine había tenido que llamar hasta en tres ocasiones a los servicios de emergencias, después de tres desmayos durante las proyecciones del filme.
Los ojos sin rostro
A comienzos de 2020, el filme de Georges Franju demostró que no había perdido ni un ápice del terror que sobrecogía al público en los años 60, después de que una proyección para los alumnos de un instituto francés sembrara el pánico. 134 jóvenes, de entre 16 y 17 años, asistieron a un pase de la película, que desembocó en un encadenamiento de crisis de ansiedad, afectando hasta a 13 personas y provocando que hasta cincuenta policías y bomberos se personaran en el lugar.
La reconstrucción del rostro de la protagonista sorprendió a los jóvenes, quienes no esperaban que una película en blanco y negro pudiera contener tantos momentos horripilantes. Una noticia de la que ya nos hicimos eco en CINEMANÍA.
El exorcista
El clásico del terror de William Friedkin cumple 50 años el año que viene, manteniéndose como uno de los grandes referentes del cine de género. Una influencia que provoca que muchos la señalen como su película favorita de miedo y que su rodaje maldito aún suscite un enorme interés.
Sin embargo, su estreno tampoco estuvo extenso de polémica, con una escena en la que la pequeña Regan (Linda Blair) profanaba un crucifijo, como ya hiciera en la novela homónima de William Peter Blatty. El clímax de un filme (con vómitos y cabezas girando) que fue señalado como culpable de que mucha gente quedara inconsciente en los cines.
Macabre
Al filme de William Castle, de 1958, le acompañó un mensaje de advertencia, señalando que 'podría matar al público de miedo'. Un aviso que parece que se instaló en las mentes de muchos espectadores, acompañado de algunos pases especiales en los que se entregaron pólizas de seguros de vida y estuvieron presentes 'enfermeras' contratadas. Un hecho aupado por las escenas de terror de un título que empezó a sembrar la paranoia en la sociedad, pero que vendió más marketing que realidad.
Taxidermia
La violación a un cerdo, los traumatismos en zonas sensibles o la utilización de una maquina para extirpar órganos provocaron arcadas al público más predispuesto a las experiencias cinematográficas más extremas y experimentales. El filme del cineasta húngaro György Pálfi originó el abandono de los espectadores de los salas de cine y el vómito de aquellos valientes que aguantaron. Unos sucesos de los que se quejaron en 2006 los trabajadores encargados de la limpieza de las salas de cine.
A Serbian Film
Probablemente, una de las películas más desagradables de la historia del cine, que muchos han sido incapaces de finalizar. El filme de Srđan Spasojević se considera prohibido en muchos territorios y es muy complicado encontrarlo en la web. Estrenado en 2010 y centrado en un actor que acepta rodar un 'snuff movie', su violencia y sexo fueron muy criticados en su lanzamiento.
El título ocasionó incluso una denuncia (archivada ya) a Ángel Sala, el director del festival de Sitges, después de que su proyección llevara ligada un presunto delito de pornografía infantil. Un hecho ocasionado por una escena en la que se hace entender que un bebé recién nacido sufre abusos nada más salir del útero. Un juego con el límite de la permisibilidad que puso en tela de juicio el filme y creó numerosos disgustos en las salas.
127 Horas
El caso del filme del oscarizado Danny Boyle es muy curioso, puesto que el conflicto surge de un instante en el que el cineasta se atrevió a introducir de más la cámara. La película narra la tragedia sufrida por el aventurero Aron Ralston (James Franco), cuyo brazo quedó atrapado en una excursión a las montañas de Utah (EE UU). Un hombre que no tenía forma de contactar con nadie y sin posibilidad de liberarse, provocando que finalmente decidiera cortarse él mismo su extremidad y salvara así su vida.
Boyle se arriesgó en su filme de 2010 a mostrar este duro momento. Un hecho que provocó una letanía de desmayos y dolencias de la gente en su visionado, con un registro de hasta nueve supuestos casos graves (según el medio Movieline) y uno que realmente lo fue, puesto que el espectador sufrió convulsiones. No obstante, poco después se descubrió que este espectador había sufrido problemas por su diabetes, algo que no impidió que muchos relacionaran la película con su lance.
La pasión de Cristo
Mel Gibson consiguió escandalizar al público más puritano con su propia versión sobre la vida de Jesús de Nazaret, una historia sobre la religión católica ampliamente conocida por el público. La dureza de las imágenes, protagonizadas por la sangre del protagonista (Jim Caviezel) y su acercamiento a María Magdalena (Monica Bellucci), causaron el disgusto de muchos e incluso provocaron un infarto a una mujer de 50 años, quien falleció después de presenciar la crucifixión.
Un ataque de corazón que sirvió para que la leyenda maldita del filme encadenara los anuncios de otros tantos infartos e incluso la conexión de algunos homicidios con la violencia ejercida en la película, como el asesinato de Dean Leach (21) a su novia embarazada.
El crimen de Cuenca
En España también contamos con nuestro propio caso. El filme de 1980 de Pilar Miró incomodó a numerosos sectores políticos, después de que la película denunciara un error judicial y la tortura de las autoridades. Un suceso real, ocurrido a principios del siglo XX, en el que la célebre cineasta no evitó mostrar las perrerías (como el levantamiento de sus uñas) que sufrieron León Sánchez Gascón y Gregorio Valero Contreras, acusados de cometer un asesinato que nunca tuvo lugar.
La dureza de las imágenes causó desvanecimientos en las salas e incluso la prohibición de su proyección en muchos lugares, que querían ocultar un capítulo negro de la historia de nuestro país.
El ciempiés humano
Una de las franquicias más nauseabundas de la cinematogafía, pero que continúa ganando adeptos. El estreno de la primera entrega en 2009, donde un cirujano alemán causaba la aversión del público, llegó también junto a numerosos titulares que señalaban las arcadas provocadas en las salas de cine. Un filme al que no le fue nada mal, a juzgar por las secuelas posteriores... igual de enfermizas.
Bite
AunqueV/H/S, Asylum Blackout, The Tribe o Saló o los 120 días de Sodoma también arrastran la fama de ser filmes causantes de desmayos y ataques de ansiedad, cabe destacar en esta lista un título mucho menos conocido: Bite. Un largometraje, que más allá de su calidad, logró arrastrar al público a las salas por su campaña publicitaria y la viralidad en redes sociales. Un precedente de fenómenos como el de Terrifier 2.
En su estreno en el Fantasia Film Festival 2015, el filme Bite provocó presuntamente el desmayo a dos personas, como publicó a bombo y platillo el director de la película, Chad Archibald. Una estrategia ante una película en la que los insectos causaron un gran malestar entre el público, pero que terminó captando a los espectadores potenciales.
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