'20 días en Mariupol': el diario sin filtros de la guerra de Ucrania que ha ganado el Oscar

El corresponsal de guerra ucraniano Mstyslav Chernov relata y muestra la crueldad del sitio de Mariupol. Su película ha ganado el Premio Oscar de mejor documental.
20 Días en Mariupol
20 Días en Mariupol
mstyslav chernov
20 Días en Mariupol

20 días en Mariupol ha ganado el Oscar de mejor película documental. Esta es la crítica que publicamos al paso del filme dirigido por el ucraniano Mstyslav Chernov a su paso por el Festival de Sundance de 2023. Actualmente se puede ver en Filmin.

“Vladimir dice que las imágenes del ataque del hospital de maternidad cambiarán el curso de la guerra”. Vladimir es un oficial ucraniano de Mariupol, guía del corresponsal Mstyslav Chernov y su compañero fotógrafo Evgeniy Maloletka, en la ciudad portuaria de Ucrania. Vladimir es un convencido esperanzado de que mostrar el horror de lo que allí estaban viviendo ayudaría a detener ese sinsentido.

Durante un breve tiempo (mediático), Vladimir parecía tener razón. Las imágenes del ataque ruso a aquel hospital materno el 9 de marzo de 2022 sacudieron nuestras conciencias, nuestro espíritu, nuestro día. Aquella mujer que, después supimos que murió, en la camilla. Aquella otra llorando. No se hablaba de otra cosa esos días. No había imágenes más repetidas. Pero nada cambiaron. Casi un año después, la guerra de Ucrania sigue llenando portadas de diarios.

Quizá por eso el documental de Mstyslav Chernov, uno de los dos periodistas que permaneció en Mariupol durante parte de su sitio y ataque, es aún más importante. 20 días en Mariupol es su diario audiovisual sin escapatoria, sin filtros. Es su cámara siempre a mano rodando cada paso que dieron por una ciudad que se convirtió en el infierno en tan solo dos semanas.

Mstyslav Chernov, director de 20 días en Mariupol.
Mstyslav Chernov, director de 20 días en Mariupol.
Cinemanía | Sundance

Los dos periodistas ucranianos llegaron a Mariupol cuando se sabía que el estallido de la guerra era inminente, los dos intuyeron que la ciudad sería una de las primeras atacadas por los ejércitos rusos, por su cercanía a Rusia y por su valor estratégico como puerto y potencia metalurgia. Estaban en lo cierto. Llegaron allí el 24 de febrero. “Alguien me dijo que las guerras no empiezan con explosiones, empiezan con silencio”, dice en un inglés correctísimo, seco, breve. La ciudad está desierta y aún no han empezado las explosiones que poco tardan en llegar.

En los siguientes 19 días, pasaron especialmente tiempo en los hospitales. Hasta que solo quedó uno. Viendo cómo llegaban las víctimas, cada vez más numerosas, niños, mujeres, mayores. Llegaban también a refugiarse cuando no les queda nada más.

Los que siguieron grabando

La dureza del asedio, del cerco a la ciudad se siente a la semana de comenzar. Ataques sobre viviendas de civiles, tiendas, en plena calle. Internet caído, la luz, el gas, el agua, hasta la red móvil. El 2 de marzo ya no queda prensa internacional en Mariupol. Solo ellos para seguir grabando las atrocidades de una guerra que la población no entiende. No saben ni a quién culpar. Están solo aterrados, incomunicados. No hay ni opciones de corredores humanitarios. Casi no hay búnkeres. Empiezan los robos. Las fosas comunes para enterrar a tantos muertos con rapidez.

Evgeniy Maloletka en 20 días en Mariupol.
Evgeniy Maloletka en 20 días en Mariupol.
Cinemanía | mstyslav chernov

Sus imágenes son una respuesta a la desinformación, a la propaganda. Su testimonio también atemorizado, temiendo por su vida cada día, es real. “Como una enfermedad, la guerra sigue extendiéndose”, dice. Durante días no pueden enviar sus imágenes a sus editores en Associated Press. Lo consiguen después del ataque al hospital materno, gracias a Vladimir, que les lleva al único punto de la ciudad que él conoce con cobertura móvil. Chernov parte su vídeo en píldoras de 10 segundos.

Un día después los rusos ya están dentro de la ciudad. Ellos vuelven al Hospital nº3. El ejército les rescata. Siguen grabando, pero su misión es ahora salir de Mariupol. Chernov recuerda a sus hijas, ya huidas del país. ¿Qué les podrá decir cuando ellas les pregunten qué hiciste para parar esa locura, este acto sádico? Contarlo. Contar la historia de médicos, paramédicos, oficiales, mujeres y niños.

Mariupol cayó en manos rusas después de 86 días de asedio y resistencia. Las imágenes de destrucción tomadas por Chernov se muestran en silencio. Las ruinas y muertos que no olvidan. “Mi cerebro quiere desesperadamente olvidar lo que veo, mi cámara no lo dejará”, dice el reportero. Vladimir, por desgracia, no tuvo razón: Mariupol nada cambió.

¿Quieres estar a la última de todas las novedades de cine y series? Apúntate a nuestra newsletter.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento