[SEFF 2020] 'Borrar el historial' presenta el Apocalipsis digital según Michel Houellebecq (y Daniel Johnston)

Los franceses Gustave Kervern y Benoît Delépine denuncian hasta qué punto internet nos está devorando vivos.
'Borrar el historial' (Benoît Delépine & Gustave Kervern, 2020)
'Borrar el historial' (Benoît Delépine & Gustave Kervern, 2020)
'Borrar el historial' (Benoît Delépine & Gustave Kervern, 2020)

Es apenas un cameo, pero la desastrada presencia de Michel Houellebecq como voluntarioso suicida da sentido a Borrar el historial, dirigida por Delépine y Kervern. También lo hace la música de otro rey del desastre como Daniel Johnston, el ingenuo cantautor esquizofrénico cuyo grandes éxitos suena durante todo el filme. Dos seres singulares cuya peculiar sensibilidad tiene mal encaje en el mundo tal y como lo conocemos. O mejor dicho, cuya peculiar sensibilidad hace que el mundo tal y como lo conocemos los expulse a los márgenes. 

Marie, Bertrand y Christine, los protagonistas de esta singular fábula (anti) digital son un poco como Houellebecq y Johnston: llevan una existencia cochambrosa, hecha de jirones y lamparones, pero a diferencia de los dos genios, todavía no han abandonado la esperanza de pertenecer a la sociedad. Hasta que ante ellos se presenta el monstruoso GAFA, la hidra de cuatro cabezas. GAFA es el popular acrónimo de Google, Apple, Facebook y Amazon, muy usado en Francia. 

Aunque aquí la televisión nos haga creer que somos lo más de lo más, en realidad seguimos papando moscas y la palabreja nos suena a chino, pero los franceses están en pie de guerra contra el GAFA por sus prácticas monopolísticas y su violación constante de la privacidad. Por el teléfono y sus aplicaciones, esos emisarios de Satán, se cuelan las pesadillas del trío protagonista: un vídeo sexual, una comercial demasiado insistente, un cliente insatisfecho. 

Todo el planeta esta ocupado por el Imperio GAFA. ¿Todo? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste, todavía y como siempre, al invasor. El trío irá a donde haga falta para defender su derecho a la intimidad, a que los admitan de nuevo en la sociedad neoliberal. Con una puesta en escena tan tosca y efectiva como una canción de Daniel Johnston, los vemos luchar contra la dictadura de las redes. 

Es una sátira agudísima que no desdeña las situaciones grotescas. Es una carcajada libertaria, de résistance contra internet, pero también contra el principal aliado del GAFA: una Europa en la que el Estado nación se diluye y deja con el culo al aire a sus ciudadanos. ¿Por cuánto tiempo? Borrar el historial, manual del perfecto “chaleco amarillo”, todavía se lo toma a broma. Fuera de los cines, da la impresión de que la gente ya ha perdido la paciencia…

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