[San Sebastián 2021] 'Red Rocket': Sean Baker ('The Florida Project') firma una de las mejores películas del año a base de porno, decadencia y NSYNC

Simon Rex es Mikey en 'Red Rocket'
Cinemanía

Melena pelirroja, pecas en la nariz y casi 18 años. Casi. Es Strawberry (Suzanna Son), la 'Lolita' por la que el carismático granuja Mikey Saber (Simon Rex), una estrella del porno caída en desgracia que regresa a su Texas City natal, pierde la cabeza en una tienda de donuts. Coquetean detrás del mostrador, entre glaseados, trapicheos y cierto apretón en la bragueta. 

Tras su paso por Cannes, Red Rocket llega al Festival de San Sebastián para revolucionar y conquistar la sección Perlas. Y vaya si lo hace. La última producción de Sean Baker (The Florida Project) ilumina la América más profunda y decadente al son de Bye Bye Bye, de los NSYNC. Es irreverente, sexual, salvaje; una tragicomedia irresistible con la que el autor reivindica a marginados e invisibles, esos personajes secundarios que el cine tiende a estigmatizar o ignorar. Strawberry lo es, igual que Lexi (Bree Elrod), la mujer del protagonista; June (Brittney Rodriguez), la suegra; Lonnie (Ethan Darbone), el vecino con complejo militar y coche clásico; o Leondria (Judy Hill), la 'capo' del lugar.

Y entre todos ellos, está Mikey. En bicicleta, desde lo alto de una montaña rusa o corriendo desnudo de noche, es la estrella absoluta de Red Rocket, un granuja con carisma, un antihéroe magnético y un narcisista incorregible capaz de quejarse de que se quedó sin trabajo en la saga porno de Fast & Furious tras la muerte de Paul Walker. Y, pese a su desquiciante arrogancia y sus reprochables acciones e intenciones, te fascina y te seduce desde ese plano contrapicado inicial en el que engatusa a su mujer y su suegra para que lo dejen volver a casa. 

Baker teje a través de este actor porno en busca desesperada de la gloria perdida una crítica desacomplejada y valiente del corrupto sueño americano, y propone un viaje adrenalínico, de diálogos frenéticos y descacharrantes, para invitarte a reflexionar sobre las frustraciones y las penurias de esos ciudadanos caricaturescos (la mayoría interpretados por actores sin experiencia) en unos EE UU pre-Trump.

En ese contexto de depravación y supervivencia nace el controvertido romance entre el protagonista y la joven Strawberry, una relación que el creador aborda con acierto al optar por una aproximación directa, provocativa y desacomplejada, pero consiguiendo que todo ese sexo no resulte gratuito. La atracción entre ambos desestabiliza la trama, detona los instintos más básicos del protagonista y conduce a un final abierto que desafía al espectador. 

Tras las soberbias Tangerine y The Florida Project, Sean Baker da en Red Rocket el salto cualitativo definitivo que lo confirma como uno de los autores indie más interesantes, reconocibles y brillantes del panorama internacional. Arriesgada, audaz, entretenida a más no poder. Desafiante, adictiva y desprejuiciada, esta película es puro cine, sin duda uno de los títulos más reivindicables del año. Y encima suena a Bye Bye Bye.

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Coordinadora de series 'Cinemanía'

Con un nombre susceptible de ser olvidado, muchos se refieren a mí como la chica del cine y las series, y desde 2016 escribo sobre ellas en CINEMANÍA. Estudié Periodismo en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y tengo un Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo, donde ahora imparto la asignatura Información Cinematográfica. Nunca dejaré de volver a ver 'Friends'.

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