[San Sebastián 2021] ‘Rosa Rosae’, la Guerra Civil por Carlos Saura

Se oye ruido ambiente de colegio. De niños jugando en el patio, parece. Al exterior. Se lee: “A los niños de la guerra”. Y empieza a sonar la canción de José Antonio Labordeta Rosa Rosae mientras, en la siguiente imagen, una ilustración, unos trazos en blanco y negro, muestran a un profesor escribiendo en una pizarra esa declinación del latín que daba nombre a la canción del cantautor y escritor zaragozano y al nuevo cortometraje del director oscense, Carlos Saura. Y con esa misma imagen del profesor escribiendo en la pizarra se cierran los casi exactos cinco minutos de película. que ha producido la hija del cineasta, Anna Saura.

Rosa Rosae. La guerra civil inaugura este viernes 17 de septiembre, fuera de concurso, la 69 edición del Festival de San Sebastián. Saura vuelve al Festival que en 2007, cuando presentó Fados, ya le entregó la Concha de Oro Honorífica a toda su carrera (solo entregada también en 1981 a Luis Buñuel). Y regresa con esta pequeña pieza dedicada a esos niños de la Guerra Civil y de cualquier guerra. Cinco minutos en los que, apoyado en la letra de Labordeta, resume la infancia durante el horror. Salpicándolo también con sonidos de bombas, de fuego, de terror.

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Todas las imágenes del corto, una treintena, son del propio Saura. Son fotografías de su colección particular intervenidas por él hasta parecer ilustraciones, dibujos hechos por él con aparentemente distintas técnicas, todas en blanco y negro. Juntas van van componiendo esta lección bélica desde la mirada de un niño. Una mirada bella y difícil de ver también desde nuestros ojos y nuestro tiempo.

La canción de Labordeta estaba escrita desde el recuerdo de su educación de posguerra. Rosa, rosae / Y también el valor de pi, / Y el recuerdo final / Por los muertos / De la última guerra civil. / Así, así, así crecí. Inspirada por esas lecciones de latín, de un silencio que había llegado después del “fuego y del terror”. 

Saura pone imágenes a esas palabras, pensando probablemente también en su infancia, en sus años inmediatos a la terrible de guerra. Y así habla de cualquier guerra hoy. De cómo la sufren y la viven los niños que no pueden estar simplemente jugando en el patio, gritando de diversión y no de dolor o pavor. Una pequeña píldora audiovisual que, desgraciadamente, sirve para ilustrar muchos momentos de la historia. Incluso hoy. Sobre todo, hoy.

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