Rechazar a Nolan: ¿el peor error de Josh Hartnett?

Hoy en día, Josh Hartnett protagoniza la serie de terror Penny Dreadful y se encuentra cómodo manteniendo un perfil relativamente bajo dentro de la industria de Hollywood, sin excesiva exposición y con otros intereses alejados del cine. Una situación muy distinta a la de hace justo un decenio, cuando la estrella de Pearl Harbor y Black Hawk derribado provocaba taquicardias románticas con Wicker Park y formaba parte del reparto coral de la exitosa Sin City. Pero en 2005 también se estrenó otra película que, por omisión, determinaría el resto de la carrera de Hartnett: Batman Begins.

Hace unos meses, el actor reveló en una entrevista con Details que por aquella época recibió distintas ofertas para interpretar a superhéroes como Spider-Man, Superman y Batman, pero las rechazó todas. "No quería que me encasillaran como Superman para el resto de mi carrera. Puede que tuviera 22 años, pero era consciente del peligro", declaró. Ahora, en otra conversación con Playboy, ha aportado más detalles sobre el porqué de aquellas decisiones ("dije que no porque estaba cansado, quería pasar más tiempo con mi familia y mis amigos") y cómo, más allá de haberle privado de los suculentos beneficios económicos de encarnar a un superhéroe en la gran pantalla, pudieron afectar negativamente al desarrollo posterior de su carrera. Sobre todo, en lo que respecta haber dicho que no a alguien como Christopher Nolan.

"Está claro que rechacé a la gente equivocada", explica Hartnett. "Esto está muy mal visto en esta industria. A la gente no le gusta que le digan que no. A mí no me gusta. Aprendí la lección cuando Christopher Nolan y yo hablamos sobre Batman. Decidí que no era [un papel] para mí. Entonces, él no me quiso para El truco final. No sólo contrató de nuevo a su Batman [Christian Bale], sino también a mi novia de entonces [Scarlett Johansson]".

El año de El truco final, Hartnett estrenó dos películas como El caso Slevin y La dalia negra, la adaptación de Brian De Palma sobre la novela de James Ellroy, en la que también compartió cartel con Johansson. Sin embargo, ninguna de las dos fue un taquillazo; la primera por su escala humilde, y la segunda porque no conectó demasiado con crítica ni público. Más adelante vino la vampírica 30 días de oscuridad y una paulatina desaparición de Hartnett de las marquesinas para dedicarse a proyectos de menor exposición. De haber dicho que sí a Batman, todavía habría tenido dos entregas más de la franquicia por protagonizar.

"Fue entonces cuando me di cuenta de las relaciones que se formaron al fuego de la primera película de Batman [Batman Begins] y que yo debería haber formado parte de aquello con Nolan, quien me parecía un tipo con mucho talento e increíblemente guay", confiesa ahora el actor. "En cambio, estaba preocupado por que no me encasillaran y me daba miedo ser reducido a un único registro como actor. Debería haber pensado: 'Bueno, pues entonces trabaja más duro, tío'. Ha sido increíble ver cómo Christian Bale ha seguido haciendo tantas otras cosas. Ha sido capaz de trascender aquello. ¿Por qué no pude darme cuenta en aquel momento?".