¿Quién le plagió a quién la canción de 'Cazafantasmas'?

Tras la canción más famosa del cine de los 80 se esconden, no uno, sino dos latrocinios creativos (y ectoplásmicos). Aquí te contamos su loca historia
¿Quién le plagió a quién la canción de 'Cazafantasmas'?
¿Quién le plagió a quién la canción de 'Cazafantasmas'?
¿Quién le plagió a quién la canción de 'Cazafantasmas'?

¿Que qué nos parece la canción de Missy Elliot Fall Out Boy para la nueva versión de CazafantasmasBueno, pues... mejor lo dejamos en que nuestra opinión no importa: Ray Parker Jr., el intérprete del tema original de 1984, ha expresado diplomáticamente su visión del asunto ("Me parece interesante, pero soy más de la vieja escuela"), lo cual debería bastarnos. Ahora bien: que nos perdone el señor Parker, porque esta incidencia musical nos permite contar de nuevo una vieja historia. Una en la que él no sale demasiado bien parado (aunque, como veremos, tiene excusas) y que ha dado mucho de qué hablar durante tres años y pico. ¿A qué nos referimos? Pues al difuso origen de Ghostbusters, la canción que sirvió como tema principal al filme de Ivan Reitman, que aun hoy nos hace saltar como un resorte cuando oímos lo de "Who you gonna call?"... y cuyo proceso compositivo registró tantos plagios y 'préstamos' de ideas que acabó siendo un proceso paranormal en sí mismo.

Como buenos investigadores de lo oculto, viajaremos hacia atrás en el tiempo, partiendo de lo evidente para llegar a los misterios más arcanos. Y, aquí, lo evidente es que los responsables de Los Cazafantasmas (es decir, Reitman, Dan Aykroyd Harold Ramis) lo tuvieron bastante crudo para encontrar a alguien que compusiera un tema para su película. Primero, abordaron a Lindsey Buckingham, ex componente de los exitosísimos Fleetwood Mac, con quien Ramis ya había trabajado en Las vacaciones de una chiflada familia americana. Buckingham rechazó el encargo de malos modos, alegando que no quería ser encasillado como un compositor de canciones de cine (y probablemente, intuimos nosotros, cabreado por que su ex Stevie Nicks vendiera más discos que él y le quedase mejor la laca en el pelo). Con las mismas, el trío se dirigió nada menos que al grupo favorito de Patrick Bateman: Huey Lewis & The News. Por entonces, este conjunto había pasado de un sonido medio punk a facturar canciones aptas para yuppies y ejecutivos (asesinos o no), con lo que uno de sus temas sería idóneo para ambientar un filme sobre una PYME con protones.

Aquello tampoco funcionó: Lewis andaba ocupado con otro encargo de película, para un proyecto de Steven Spielberg y Robert Zemeckis titulado Regreso al futuro. De modo que, como en tantas otras ocasiones, Ramis, Aykroyd y Reitman acabaron quedándose con la opción más barata y más disponible: la de un Ray Parker Jr. que, tras currar como guitarrista para Marvin Gaye, Stevie Wonder y otros titanes del soul, había obtenido varios éxitos radiofónicos. Según confiesa el propio Parker, el encargo le cayó como una losa: al principio, Reitman le pidió un fragmento de 25 segundos que pudiese emplear en Los Cazafantasmas como música incidental, pero, tras ver que aquello prometía, exigió un tema en condiciones... con sólo tres días de plazo. Desesperado y víctima del insomnio, el músico acabó inspirándose en las sintonías de los anuncios de las teletiendas que emitían en TV a horas intempestivas. Y, para ahorrar tiempo, decidió recurrir a un viejo truco de estudio: "Cogí dos grabadoras y copié tres veces la canción en una sola cinta", ha reconocido.

El resultado de Ghostbusters (la canción) fue apoteósico: el tema fue uno de los éxitos del verano en EE UU (y en el mundo), fue nominada al Oscar (perdería frente a I Just Called to Say 'I Love You', del antiguo jefe de Parker, Stevie Wonder) y se hinchó a ganar millones, además de contar con un videoclip en el que Bill Murray intentaba bailar breakdance (sospechamos que por primera y única vez en su vida). Fue entonces cuando Huey Lewis cayó en que el tema se parecía mucho a I Want A New Drug, una canción que él había incluido en su elepé Sports, ese mismo año.

La similitud entre las dos canciones, todo hay que decirlo, va bastante más allá de la duda razonable. De hecho, en YouTube puede encontrarse este mashup que une los dos temas, sin que haya apenas diferencias perceptibles entre uno y otro.

¿Qué fue antes, Ghostbusters o I Want A New Drug? Imposible saberlo: tras la demanda de rigor, Huey Lewis obtuvo satisfacción mediante uno de esos acuerdos extrajudiciales cuyos términos no se revelan a la prensa, pero que suelen redundar en sabrosos dividendos para el presunto plagiado. Los rumores afirman que el músico se llevó cinco millones de dólares (no ajustados a la inflación) por mantener la boca cerrada. Aun así, le gusta alardear del asunto de cuando en cuando: allá por 2001, fue Ray Parker Jr. el que le denunció por haberse ido de la lengua en un programa de VH1. Pero aquí es donde la cosa se pone realmente interesante, porque... ¿has oído hablar alguna vez de un grupo llamado M, y de una canción titulada Pop Muzik?

Efectivamente: las similitudes de esta canción con Ghostbusters (y, por añadidura, con I Want A New Drug) son muy llamativas. El autor del tema, Robin Scott, era un productor inglés que se había codeado con la escena punk de Londres, y que había lanzado su canción como una parodia de la música disco más plastificada... en 1979, cinco años antes de las dos canciones que nos han ocupado hasta ahora. Puede alegarse que ni Ray Parker Jr. ni Huey Lewis tenían por qué conocer el tema, pero ese argumento se sostiene poco: Pop Muzik había gozado de un tremendo éxito en todo el mundo, llegando incluso al número 3 de las listas de ventas en EE UU, y todavía hoy se la sigue considerando uno de los primeros grandes hits del pop electrónico. Extrañamente, Scott nunca demandó a ninguno de los otros dos músicos por plagio,

Así pues, más que un sencillo caso de plagio, la historia de Ghostbusters se nos aparece como un ejercicio de morro que habría sonrojado incluso al doctor Peter Venkman: a fin de cumplir rápidamente con el encargo de Ivan Reitman, Ray Parker Jr. le chorizó el riff de guitarra y la línea de bajo a Huey Lewis, quien, a su vez, se había apropiado de la progresión de acordes y de las melodías de teclado compuestas por Robin Scott para M. Una cadena de latrocinios que parece sacada del guión de una comedia de los 80, y que vuelve aún más divertida la intrahistoria de Los Cazafantasmas. Ahora bien: la nueva versión del tema, la de Missy Elliott y Fall Out Boy, dudamos mucho de que sea jamás plagiada por algún otro músico. Vosotros nos entendéis.

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