¿Qué significa el final de 'Glass'?

[ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS DE GLASS]

Finalmente ha llegado el 18 de enero y, con él, uno de los estrenos más esperados de 2019. Hablamos de Glass (Cristal), la película de M. Night Shyamalan que pone fin a una trilogía que comenzó con El protegido hace 19 años y continuó con Múltiple.

A continuación, vamos a analizar el final de esta saga superheroica de autor, por lo que si no quieres saber cómo acaba la cosa en el universo de Shyamalan, te invitamos a que saltes a este otro artículo sobre la influencia de los cómics en el cine del director.

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Ahora sí, pasamos a ahondar en el plan maestro de Mr. Glass. El personaje interpretado por Samuel L. Jackson está internado en un hospital psiquiátrico comandado por la doctora Ellie Staple (Sarah Paulson). Allí se reencuentra con David Dunn (Bruce Willis) y conoce a Kevin y sus múltiples personalidades (James McAvoy). Entre flashes de luz y tanques de agua, la doctora trata de hacer comprender a sus pacientes que no existen los héroes ni los hombres con las habilidades extraordinarias (sacadas de un cómic) que ellos creen tener.

Pero, como cabía esperar, ese Elijah aparentemente medicado al que vemos en la primera mitad de la película tiene un plan de fuga con varios giros de guion de por medio. El hombre de los huesos de cristal se las apaña para cambiar sus drogas por aspirinas, evitar que Staple le practique una lobotomía y acabar con el guardia de seguridad sin despeinarse, y, a partir de ahí, echa mano de la Bestia para que se enfrente a todo aquel que se interponga en su camino.

El caos llega al hospital psiquiátrico mientras Dunn y la Bestia se enfrentan en las afueras del recinto ante la atenta mirada de Glass. Allí, el hijo de David, tratando de evitar que la Bestia acabe con su padre, le dice a Kevin que su progenitor viajaba en el mismo tren que David cuando ocurrió el accidente en El protegido. Accidente en el que el hombre murió y el cual fue provocado por Elijah en su búsqueda de superhombres.

Pero el verdadero giro de guion llega cuando se descubre que la doctora Ellie no solo sabía de la existencia de superhombres en el mundo, sino que pertenece a una organización internacional (los reconocerás porque llevan un trébol tatuado) que conspira en secreto para asegurarse de que la existencia de gente con poderes no sale a la luz. Ella quería que Elijah, David y Kevin negasen sus dones ya que, si no lo hacía, se vería obligada a acabar con ellos.

Los tres protagonistas fallecen en la batalla final de la película, pero en otro inesperado giro de guion, justo cuando Ellie parecía haber resultado vencedora, descubrimos que Mr. Glass consigue su cometido: la mente pensante más retorcida del universo cinematográfico de Shyamalan (con excepción del propio Shyamalan) había hackeado la noche antes todas las cámaras de la institución para grabar lo que estaba a punto de suceder durante la huída. Todas esas grabaciones llegan a manos de la madre de Elija, el hijo de David y Casey Cooke (Anya Taylor Joy), que deciden mostrárselo al mundo y así echar por tierra todo el trabajo de la organización para la que trabajaba la doctora de Sarah Paulson.

¿Hay más que contar en esta trilogía? ¿Volveremos a ver a esa organización secreta con tatuajes de trébol? ¿Qué sera de Casey y compañía? Pese a que el propio Elijah confiesa en el filme que esta es una historia de orígenes, no parece que el cineasta tenga ninguna intención de seguir ampliando este universo superheroico. Él mismo ha asegurado lo siguiente: “Tengo los derechos de secuela de casi todas mis películas. Y precisamente es para evitar que se hagan”.

Glass se estrena el 18 de enero.