¿Puede DiCaprio ser un poeta persa?

El guionista de Gladiator quiere convertir a 'Leo' y a Robert Downey Jr. en dos figuras cruciales de la literatura musulmana. A los musulmanes no les hace gracia.
¿Puede DiCaprio ser un poeta persa?
¿Puede DiCaprio ser un poeta persa?
¿Puede DiCaprio ser un poeta persa?

A lo largo de sus más de dos décadas de carrera, Leonardo DiCaprio ha demostrado que puede hacer frente a casi cualquier tipo de papel: ahí quedan El lobo de Wall Street (con su verborrea) y El renacido (con sus silencios) para probarlo. Ahora bien: reclamándolo para su nuevo proyecto, el guionista David Franzoni (Gladiator) ha enfrentado a 'Leo' con la que podría ser la horma de su zapato. Porque, declarando que DiCaprio sería perfecto para interpretar al poeta persa RumiFranzoni ha vuelto a despertar una tormenta en las redes sociales a cuenta del "whitewashing"Es decir, de la costumbre de Hollywood por 'blanquear' a los personajes de otras etnias, adjudicándoselos a actores caucásicos.

Con su sobrehumano talento literario, su vida azarosa y su defensa de la tolerancia entre religiones, Rumi es una figura venerada en la cultura de todo el mundo islámico, donde se le conoce por el apodo de "Mawlânâ" ("El Maestro"). Y, por cosas de las modas literarias, sus libros se venden actualmente como rosquillas en EE UU. De este modo, Franzoni opina que un biopic de este literato del siglo XIII ayudaría a desmontar los prejuicios de Hollywood hacia los musulmanes. El problema, claro, es que Rumi nació en lo que ahora es Afganistán y DiCaprio es nativo de Hollywood, mientras que Robert Downey Jr. (la apuesta de Franzoni para interpretar a Shams-e Tabrizi, su amigo y maestro) vio la luz en Nueva York. Así pues, las protestas no tardaron en aparecer en en Twitter, con el hashtag "#RumiWasntWhite" ("Rumi no era blanco").

Con tono más o menos virulento, muchas de estas quejas se preguntan lo mismo: ¿es que no hay en EE UU un solo actor procedente de Asia u Oriente Medio que pueda hacerse cargo del papel? Por otra parte, observándolas puede deducirse que David Franzoni no podría haber declarado sus intenciones en un peor momento: los casos de los Oscar 2016 (en los que todos los nominados a las categorías dramáticas fueron blancos) y de Ghost in the Shell (con la polémica por el fichaje de Scarlett Johansson para interpretar a un personaje originalmente japonés) están aún recientes, y, para colmo, este lunes comenzó el Ramadán, el mes santo de los musulmanes. Por otra parte, a nosotros nos basta con acordarnos de ese John Wayne interpretando a Genghis Khan en El conquistador de Mongolia, o de Laurence Olivier como líder sudanés en Kartum,  para saber que esta clase de elecciones de casting están siempre a un paso del desastre.

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