Pregunta del día: ¿A qué espera Marvel para fichar a Matthew McConaughey?

Es más popular que nunca, y tiene todo lo necesario para convertirse en superhéroe (o supervillano). Te explicamos por qué la Casa de las Ideas debería fichar al 'oscarizado' actor más pronto que tarde. Por YAGO GARCÍA
Pregunta del día: ¿A qué espera Marvel para fichar a Matthew McConaughey?
Pregunta del día: ¿A qué espera Marvel para fichar a Matthew McConaughey?
Pregunta del día: ¿A qué espera Marvel para fichar a Matthew McConaughey?

Érase una vez un actor con mucho (muchísimo) prestigio crítico, pero por el que nadie daba un duro: aunque sus días de juerguista kamikaze habían acabado ya, por suerte, las aseguradoras de Hollywood se lo pensaban mucho antes de hacerle una póliza. Además, su reputación de impredecible parecía condenarle a una carrera como secundario de lujo, y a ser protagonista sólo cuando le llamaban amiguetes como Shane Black o Richard Linklater. Pero resultó que a dicho actor no se le caían los anillos por interpretar a un superhéroe. Es más: el chico parecía pasárselo pipa soltando agudezas con la armadura puesta. Gracias a ello, Robert Downey Jr. se convirtió en el rostro por excelencia de la factoría Marvel, y en cabeza visible de un proceso que, gracias al megaéxito de Iron Man y Los Vengadores, ha hecho que el cine de superhéroes pase de patito feo a gallina de los huevos de oro para toda una industria. Qué bonita fábula, ¿verdad?

Pues tenemos otra historia interesante que contar: su protagonista es un intérprete cuyo apellido difícil de pronunciar, por una parte, y un poco agradecido historial de trabajos sin fuste (¡ay, esas comedias románticas!), por otra, parecían haber arrojado al rincón de los has been. Claro que, si la industria del cine estadounidense sigue mereciendo interés es debido a las sorpresas. Sin ir más lejos, nuestro hombre comenzó a armar revuelo hace tres años gracias a El inocente, un thriller judicial que, sin ser nada del otro mundo, comenzó a despertar los proverbiales ecos de "¡Oye, que este chico vale mucho!" en los despachos de las productoras. Un desplazamiento tectónico, diríase, porque sus prolegómenos fueron casi invisibles pero sus consecuencias han sido estruendosas: hace cuatro días escasos, Matthew McConaughey se alzaba con el Oscar al Mejor Actor Principal por Dallas Buyers Club, mientras que en El lobo de Wall Street sólo le hacía falta una escena para devorar a un Leonardo DiCaprio que, para más INRI, jugaba en casa de papá Scorsese. Así las cosas, y teniendo en cuenta el precedente anterior, sólo cabe preguntarse: ¿A qué espera Marvel para ficharle de una maldita vez?

Por un lado, puede decirse que la Casa de las Ideas aún está a tiempo de hacerse con los servicios de Maziumacónaji: no en vano el nombre del actor ha sonado (y se ganó un puesto en nuestra quiniela) como intérprete del Doctor Extraño. La película sobre el Hechicero Supremo, recordemos, parece hallarse ya en camino tras una gestación más enrevesada que los tentáculos de Shuma-Gorath, y su papel como buque insignia de la Fase 3 del estudio diríase indiscutible, dada la importancia del personaje. Así pues, la idea de que McConaughey se las vea con Dormammu y el Barón Mordo resulta tentadora, máxime si tenemos en cuenta que Johnny Depp y Joseph Gordon-Levitt (los candidatos al papel más comentados hasta ahora, con permiso de Viggo Mortensen) no parecen estar por la labor.

Reconozcamos que McConaughey sería un intérprete ideal para Stephen Extraño: tiene el físico, tiene el talento, tiene un punto de locura muy adecuado y, a qué mentir, tras haber soltado frases como "Cuando tengas práctica, te la pelarás pensando en billetes", exclamar cosas tales que "¡Por las bandas púrpura de Cyttorak!" debe resultar sencillo. Es más, dado que el héroe no es sólo doctor en hechicerías, sino también en Medicina, los conocimientos acumulados en el rodaje de Dallas Buyers Club le serían muy útiles al actor. Y aquí es donde empezamos a pinchar en hueso: como sabemos, las estrellas de Hollywood no sólo codician los Oscar por lo bonitos que quedan en la estantería, sino también porque cada 'hombrecito' ganado conlleva un incremento de caché. Ahora que la placa con su nombre está aún caliente en la peana del premio, puede aducirse que Matthew comenzará a exigir cheques muy jugosos antes de dar cada "sí". Lo cual choca frontalmente con una de las señas de identidad de Marvel Studios: esa tacañería a la hora de pagar a sus actores merced a la cual Mads Mikkelsen (menos conocido internacionalmente, pero con gran tirón entre cierto público gracias a la serie Hannibal) podría ser una opción más económica.

Haciendo otro paralelismo con el caso de Downey, recordemos que el intérprete de Tony Stark ya había sonado fuerte en las listas de la Academia cuando se convirtió en Iron Man. Pero ojo, porque Robert sólo contaba entonces con una nominación a Mejor Actor, y ya lejana (fue candidato en 1992 por Chaplin), en lugar de con un trofeo en mano y reciente. Sumemos a ello que Matthew se quedó sin interpretar al Capitán América en 2008, cuando su nombre sonó para el papel, y tendremos un panorama tirando a escuálido. Pero no conviene ser negativos: asumiendo que McConaughey es carne de película Marvel, y aun descartando verle como protagonista, tenemos dos tipos de roles que conllevan menos tiempo en pantalla (y, por tanto, menos cifras en el salario) sin renunciar por ello a su carga de lucimiento. Los primeros son los villanos, y el lector nos disculpará si la idea de Matthew como Mephisto nos pone los dientes largos. ¿El segundo? Los secundarios de lujo, sin peso específico para tener una película propia, pero que quedan muy adecuados para una nueva entrega de Los Vengadores: Puño de Hierro, el Hombre Maravilla, un Capitán Marvel enfermo de cáncer, incluso... La lista es larguísima.

En todo caso, y antes de que se le pase definitivamente el arroz, Marvel debería espabilar: nunca se sabe cuándo una de esas rivales con los derechos de sus personajes para el cine podría tirar de chequera, y reclutar a Matthew McConaughey para un filme superheróico. ¿Hemos dicho ya que nuestro hombre vendría al pelo para hacer de Ben Urich, el reportero amigo de Spiderman? ¿O que el reboot de Los 4 Fantásticos dirigido por Josh Trank anda aún a la búsqueda de un Doctor Muerte en condiciones? Así las cosas, Kevin Feige y sus ejecutivos deberían ponerse las pilas y tomar medidas urgentes para atraerle a su redil: seguro que no se arrepentirían. Y nosotros tampoco.

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