"¿Por qué hacéis 'Toy Story 4'? Mi propia madre me lo preguntaba"

Toy Story 4 es la primera película de Josh Cooley, y el director novel no oculta su incertidumbre inicial en ningún momento de la rueda de prensa que ha ofrecido en Barcelona. "Recuerdo que me lo propusieron y sentí como si me desmayara. ¡Es mucha presión! Las tres anteriores son fenomenales, y tratar de hacer otra es...". Una voz espontánea termina su frase con "¡una locura!", gesto que Cooley agradece. "¡Exacto!", grita mientras señala de vuelta. "Pero en el fondo en Pixar estamos locos, y lo más cómodo sería tener una buena idea y aún así no intentarlo."

El productor Jonas Rivera se encarga de esbozar el proceso de producción de Toy Story 4 a través de dos elementos cruciales: los veteranos de Pixar, que llevan ahí desde la Toy Story original y quieren asegurarse de que esté a la altura; y los miembros más jóvenes del equipo, para algunos de los cuales Toy Story fue la primera película que vieron en cines, cuya actitud es '¡no podemos cargarnos nuestra propia infancia!'. "Ambas cosas son nuestra póliza de seguros mental en la película", destaca Nielsen, "y tenemos que asegurarnos de que responda por sí sola a la inevitable pregunta: '¿Por qué haríais otra? ¡La tercera fue perfecta!". Cooley le interrumpe de inmediato: "Mi propia madre me preguntó eso."

Esta mezcla de fe en lo que están contando y respeto por aquello que les precede permanece en el aire durante toda la conversación, y es Tom Hanks quien se encarga de aliviarlo ocasionalmente. Quizá el momento más personal y a la vez más cómico del encuentro surge de ello, cuando Hanks nos habla de su juguete predilecto de infancia: una figurita hiperrealista de astronauta americano, comercializada como "Major McMason", que se llevaba a todas partes.

"Si tuviera ese juguete a día de hoy", bromea Hanks, "me empujaría a convertirme en uno de los déspotas más ricos y poderosos del mundo hasta mi lecho de muerte, donde le susurraría a los mismos cielos: '...Major McMason...'". Entre carcajadas, surge la duda en el público: ¿imaginaba el Hanks que jugaba con figuritas de astronauta hasta donde llegaría? Tan desconcertado como afilado, Hanks responde al instante: "¡Por supuesto! No creo que haya ningún niño de 11 años que no sepa exactamente donde va a acabar a los 62. Jugaba con McMason en mi casa y pensaba '¡Ojalá pudiera viajar en el tiempo hasta esta sala para hacer una rueda de prensa de Toy Story 4!'. Sé que suena extraño, pero podía sentirlo".

Es el productor Mark Nielsen el que retoma la conversación hacia la relativa seriedad, destacando que Hanks fue el primero en darle un subidón de confianza al equipo: "Le estábamos presentando el proyecto a Tom, nerviosísimos, y Josh llegó al tercer acto y su reacción fue 'Espera, ¿qué? ¿En serio?'. Y tras mil posibles planteamientos para Toy Story, todo lo que queremos hacer es presentarle al público algo que no se espere, y realmente nos hizo sentir que lo teníamos". Hanks, sin embargo, expresa su decepción: "Tenía esperanzas puestas en que fuera horrible, así no tendría que encerrarme en la cabina de voz de nuevo. Pero nada, tocó volver a hacerlo."

La última pregunta que el equipo recibe en la rueda resulta inevitable: ¿habrá una Toy Story 5? "No tenemos planes para una Toy Story 5", destacan sus productores. "Nos sentimos satisfechos con este cierre para la saga, y específicamente para el arco de Woody." Pero Hanks les reta: "¡Tampoco había planes para Toy Story 4!". "¡Ni para la 3!", responde Rivera, "pero en el fondo a todos nos gustan las historias que terminan, y hemos intentado darle el cierre más apropiado que hemos podido."

Hanks, sin embargo, no se rinde: "¡Esperad a que Toy Story 4 sea la primera película que vea en cines algún chaval que vaya a trabajar en Pixar en 2030!".